Bueno, le dije yo, tranquilizándola,
si se tratara de nosotros dos
la muerte no diría nada.
Se quedaría enmudecida, pálida de dolor,
por tener que matar tanta hermosura.
Pero algún día, igual, lo hará
insistió ella, terca y ensombrecida
y yo, macho y cantor,
sin darme cuenta de mis años
le dije toda la verdad:
Tenemos como cien años, amor mío,
algún día vendrá.
EL HOMBRE Y YO
(2005)
EL HOMBRE Y YO
1
¿Acaso una luciérnaga
cansada de volar, de iluminar la nada,
se posará sobre mis hombros quietos
y me hará feliz?
¿O tal vez soy el hombre
que se inunda de besos
y no consigue nunca
dejar la soledad?
11
Nada nos será dado de la libertad
sin arrancarla de nuestros corazones.
Sexo que no consiguió
sino el poema.
Locura que brilló,
sólo un instante.
Fueron palabras
todos mis odios,
todos mis amores,
el sexo y la locura
fueron palabras
hasta la libertad,
sólo palabras.

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Un paseo por el río de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x81 cm.
23
Hombres de mí,
mujeres de mí,
niños y ancianos de mí,
vida y muerte de mí,
os convoco al poema.
El poema es, también,
el aire que corre.
La vida plena
nunca es el poema
pero la corteza
dura de un recuerdo
que se rompe
al hablar y se disuelve
es poesía
si la dejo fluir
como una ausencia,
como una voz sonora
que nunca fue.
Y el amanecer
es poesía cuando el sol
surge desde los senos
ardientes de mi amada
y hasta los senos
de la amada nocturna son poesía
cuando su desnudez
entrelaza lo humano y lo divino. |