Dejo de escribir
lo miro fijamente a los ojos
y murmuro sus propias palabras
en un solo verso un hombre
en un solo verso un hombre
y me decido a escribir ese verso.
Sostengo con mi mirada
la mirada del salvaje
y con rápidos movimientos
tomo la ametralladora
y disparo varias ráfagas
sobre el cuerpo del salvaje
que con los ojos desorbitados
por el asombro
cae
para morir y desaparecer.
Sentado sobre mi cama escribo
con la seguridad
de quien ha llegado a la cima:
Un poeta asesinó su hombre
para escribir este poema
y eso
es un hombre.

Lucha interior de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 92x73 cm.
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HE ATENTADO CONTRA TODO
He atentado contra todo y no ha servido.
He aceptado todo y tampoco ha servido.
Volar
y volaba más alto que las nubes.
Morir
y me hundía las manos en el vientre
y me arrancaba el corazón.
Después alguien murmuraría:
hubiese sido mejor de otra manera.
La belleza
en el centro de la belleza
esperaban tranquilamente
los grandes amores
y la verdad
tibias locuras.
Pieles maltratadas para que el amor
tenga su destino de luz apagándose.
Caminos de la vida cortados para siempre.
Atolondradas cadenas golpeándonos el rostro
atardeceres donde la justicia nos condena.
Noches enteras donde la fiebre
es el amor
y simples pensamientos
la locura.
Tiempos donde la vida
no entraba en la mirada
tiempos de la famosa soledad.
Interminables caminatas por mi cuerpo
como si mi cuerpo fuera el universo.
Celeste y sombrío.
Luminosos soles
encandilados por su propia belleza
y los interminables astros negros
embrutecidos de dolor.

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