AL SUR DE EUROPA
(2002)
PARA QUE ALGO NAZCA, ALGO TIENE
QUE DEJAR DE VIVIR O LA NUEVA
LEY DE EXTRANJERÍA
Ahora a crecer, que quiere decir:
entrenarse con voluntad fecunda
para poder dentro de unos años
saber vivir, amar en otro mundo.
Ahora a crecer,
a desviar nuestros principios,
a encarcelar nuestras pasiones,
hacerlas llevaderas y si un día,
siento una pulsación extraña
que al liberarme me condena,
diré que no, mil veces no.
Ahora a crecer,
a comprender el valor del dinero.
El dinero puede, cuando quiere,
de un solo golpe,
aniquilar toda virtud,
preñar la nada,
embellecer con flores el desierto
y hacer del hombre y de la piedra
dos amantes perfectos.
Ahora a crecer,
a dejarse llevar por el contrato.
Conocer a fondo nuestros sentimientos
para abandonarlos.
No poner nunca de excusa,
en el trabajo, un amor,
porque me quitarán el amor
y no me darán ningún dinero.
Ahora a crecer,
que quiere decir ahora a descansar.
No me fue posible encontrar nada en ningún sitio
ni amores, ni ventajas, ni pan, ni soledad
por eso me condeno a escribir un poema.
Un poema de un hombre
que ya lo tuvo todo
y desea soñar.
Un poema de un hombre
que sueña todo el día
pero no puede amar.
O la historia de un hombre
que trabajando duro 20 años
pudo al fin veranear.
O aquel hombre que amaba
sólo a su madre y que tuvo
un trágico accidente en el mar.
Hombres valientes,
hombres de acero firme, |
combatientes,
en las calles de la ciudad,
todos contra todos.
Yo soy un hombre
y escribo con violencia.
A veces termino sabiendo
cosas que nunca viví.
Otras, me doy cuenta, vivo vidas
que nunca imaginé.
Soy elegante y voy vestido de palabras,
al mismo tiempo deseo y me desean
y eso me da coraje para seguir en el poema.
Me hacen sentir que escribo para el mundo.
Digo violeta, pongo violeta aquí
y el horizonte se tiñe de violencia.
Digo violencia, pongo violencia aquí
y un hombre arranca sus genitales
y los ofrece a Dios.
O bien, una mujer le dice al hombre,
¡mátame! por favor,
y él la mata con cierto nerviosismo
y la mujer, complacida,
goza mientras se muere.
Al hombre
lo meten en la cárcel 30 años
(sigue...)

La sonrisa del gato de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x81 cm.
|