TORO SENTADO EL VISIONARIO VIII
Después de la masacre se dieron cuenta,
que nuestras mujeres,
también tenían,
el don del amor,
la gracia de saberse inmortales.
Y si digo que ultrajaron sus cuerpos,
o las sometieron a las más duras pruebas,
lo digo por decir,
porque nuestras bellas amantes,
vivas durante cinco siglos,
lo soportaron todo
y tuvieron entre tanto,
hasta el último hijo necesario
y transportaron,
entre las mutilaciones de sus cuerpos,
ocultas,
nuestras pocas palabras.
Nunca fueron tristes,
en hijos y palabras fue todo porvenir.
Crecieron como crecen,
famosas sudestadas,
volcánicos murmullos.
Crecieron,
sin saber,
amantes,
del armonioso jugo de los vegetales,
y de sus propios excrementos,
fueron millones.

Ella y sus pensamientos de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 92x73 cm.
|
EL AMOR EXISTE Y LA LIBERTAD
(1984)
LA GUERRA
La guerra,
hoy estuve pensando en los señores y la guerra.
Y tengo que decirlo, aunque nadie lo crea,
mil litros de sangre coagulada rompieron a llorar.
El vientre de mi madre partido en mil pedazos,
sus brazos, sus amores, sus nervios congelados.
Mi padre, su mirada quebrada por el tiempo,
mi padre muerto, podrido, agusanado
y mis tristes hermanos y yo mismo, viviendo de silencios.
La guerra,
hoy estuve pensando en las señoras y la guerra.
En mi pueblo nadie dormía bien,
el corazón de la ciudad vivía alborotado.
Las mujeres tejían por las noches trapos de sangre,
los hombres murmuraban, urdían venganzas, se morían.
Los más jóvenes vestían de luto permanentemente
y los pequeños ángeles futuros morían antes de nacer
y mis tristes hermanas y yo mismo, muriendo de silencios.
La guerra,
esta vez, también, será con otros.
Hablaré con las voces ocultas de la tierra,
con aquellos muertos que fueron, totalmente,
privados de su libertad.
Hermosos muchachos, llenos de energías,
muertos antes de tiempo.
Soy esa grandiosa energía liberada,
nadie podrá conmigo, soy un millón de muertos,
el himno que la muerte reclama para sí,
lo negro de lo negro,
los brillos de lo negro,
las esmeraldas de la muerte.
EL AMOR EXISTE
La voluntad de amar,
única y poderosa voluntad
contra los misterios de la noche.
El silencio,
una brusquedad entre las sombras,
un saber,
un sigiloso silbido cortando el dolor
y, después, el silencio.
Descorro el telón, desclavo el ataúd
y hundo entre las carnívoras excrecencias,
inmaculado y bestial, mi sexo,
-arrogancia y esclavitud-
y el silencio. |