ELLA ES UNA GORDITA SIMPÁTICA
Ella es una gordita simpática que veo en el café Gijón.
Suelo encontrarla de madrugada tendida en vanos sueños.
Española de ser y de sustancias, nació en Castilla
y su mancha, es haber amado, de por demás, a Dios.
Siempre la encuentro hablando de sí misma:
Que soy muy gorda, que no tengo más arreglo.
Que me tiro veneno en el cuerpo para morir.
Que si te beso, majo, te pudro para siempre.
Soy el solo silencio negro de la noche,
lo que muere en Madrid sin que nadie lo note.
Un hilo abierto de luz que nadie quiso ver.
Yo me dejo caer rendido en una silla a su vera
y me siento Gardel cantando el tango Mano a Mano,
le cojo la barbilla y le digo: ¡Ah Gorda, Gorda!
BUJÍA SUPERSÓNICA DE LUZ
Bujía supersónica de luz y misterio,
fui lanzado al espacio y sin saber por qué, caí en Madrid.
Al poco tiempo me dijeron de qué iba y yo lo supe todo.
¡Con tanta luz, aquí en Madrid, no se va a ningún lado!
Quise apagar los gritos que traía, de América, en mi vientre
y me estalló en el pecho el llanto desgarrado de los Andes,
la violencia de un idioma, luchando por su libertad
y nunca más pude callar y nunca más pude vivir en paz.
Después de los primeros golpes me fui documentando.
Buena Conducta, Certificado de haber nacido vivo
y el D.N.I. de un muerto, para salvar las apariencias.
Me vendieron una casa a pagar en quince años y un coche
en tres.
Pregunté por los grandes Poetas de España y qué harían
con mis versos.
Dijeron nada, con los poetas nada. Los exiliamos,
los dejamos morir.

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POEMAS Y CARTAS A MI
AMANTE LOCA JOVEN
POETA PSICOANALISTA
(1987)
CUANDO ENVEJEZCA
Cuando envejezca
cuando mi piel se caiga,
porque soy incapaz de sostenerla,
entonces, mi palabra, levantará la voz.
Agonizando, el canto,
se hace más fuerte que viviendo.
HE VIAJADO
Querida:
He viajado. He viajado,
hombre de piel como palabras,
he viajado por lo que queda del alma
y no estoy de acuerdo.
Tristeza agrandada por sus contradicciones,
soy el dolor del siglo que no duele.
Más que la atroz materia que destruye,
un simple giro del lenguaje.
A la palabra amor,
le puse cascabeles como a la lepra antaño.
A la palabra madre,
le puse un cataclismo entre las piernas
y una belleza masculina en la mirada.
Ojos de miel combiné con mi patria
y me dejé llevar por la marea.
Llené el mar de palabras antiguas
y hundí el mar.
De la mujer hice una frase.
Detuve su infatigable locura,
toda locura entre mis letras.
Al tembloroso, avergonzado sexo,
le agregamos torrentes, cataratas.
Ella existe,
ha nacido en mis versos.
Poesía de fuego,
donde el dragón es ella y la palabra.
Te escribo, ¿ves? te escribo,
como antaño el hombre se escribía.
Hago que tus gemidos,
yegua loca pariendo la mañana,
abandonen tu cuerpo. |