Miguel Oscar Menassa
Argentina, 1940 |
PEQUEÑA HISTORIA
(1961)
JUEGOS PROHIBIDOS
El mundo es un giro de viento;
abre las puertas detenidas;
yo abro las puertas,
yo soy el mundo.
Hablo a las baldosas
con la lentitud ingenua
de la renovación,
yo me renuevo.
Salto las ventanas viejas
de un barrio pobre
y amo a las muchachas
aun despiertas.
Les dejo el corazón
y luego parto.
Conmigo queda el aliento
que más tarde doy
por las calles de aquí,
por donde caminamos todos
todos los días.
Al llegar a las esquinas frías
me detengo,
miro el cielo:
no es imposible.
Y vuelo entonces sobre esta sonrisa atlética
para cubrir
algunas faltas de amor.
ELLA Y EL VIENTO
El viento,
ese trotamundos incansable
que nos toca,
ha llegado hasta mí para traerme
el recuerdo de ti,
de tu voz en el viento,
de tu risa en el viento,
de tu ferocidad detrás del viento. |
No es el mismo de las noches compartidas
ni el que levanta las polleras tristes de la tarde
para mostrarnos:
un amor de piernas,
un amor de noches,
un amor.
Es el gran luchador
como tú,
fuerte y frío
como tú
que te lleva
como tú solías llevarme
detrás de un beso
de una caricia prometida.
Él te retiene y te suelta
cuando quiere.
Él es el que repudiándose
te maldice y te ama,
como yo.
POLLERA DE NOCHE
Es la calle angosta
perdiéndose dos cuadras adelante
entre el árbol inexplicablemente verde
y unas casas bajas nunca bien dispuestas.
Y tú por la calle,
caminando hacia el infierno de humo
de este bar
donde yo espero,
rubia desde antes
impúdica desde antes
te ocultas
corres
pero nunca llegas.
Otras mujeres hablan y fuman
mi cansancio
metidas infieles
en sus ropas estrechas de canto.
Nuevas,
infecundas mariposas de septiembre
me esperan
en algún lugar oculto del invierno
y me tocan el alma.

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