El hombre tiene hambre y sed desde milenios.
Somos ese hombre hambriento y sediento poeta
cantad con nosotros:
Venimos de la Mesopotamia
y del Caribe
y buscando la perfección hemos llegado
hasta los mundos que se esconden
por encima del cielo
y no hemos encontrado nada.
Siempre hay un hombre que tiene hambre.
Siempre hay un hombre que se muere de sed.
Aquí mismo poeta
en tu casa
anidan el opresor y el oprimido.
Sentado sobre mi cama escribiendo
les digo a los salvajes
que ya es noche tarde
que por favor dejen de danzar
que necesito
hundirme entre las letras
mi hambre
mi única sed.
Dejaron de danzar
y el que se destacaba
por su tremenda humanidad
me fulminó con su mirada.
¿Quién es más cruel?
Poeta
¿Quién más salvaje?
El que muere peleando
por un trozo de pan
o el que no muere nunca.
Quién producirá el exterminio
poeta.
Mis armas o tus versos.
Y ahora poeta deja la pluma
echa a andar y piensa.
Sentado sobre mi cama
escribiendo
le digo al salvaje
que no quiero irme de mi pieza
y que siempre supe que pensar
no era necesario y que deseo
es la última vez que se lo digo
seguir escribiendo este poema.
Antes de continuar me detengo
en la inteligencia del salvaje:
habla bien y mientras habla
deja escapar entre las palabras |

El resultado de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 80x80 cm.
el aliento
para que todo suene vital
desgarrador.
Yo soy el hombre
grita la bestia encadenada
y tú poeta ¿eres el hombre?
Escribir para quién
dónde los amigos
y dónde los enemigos.
Dime poeta
¿tu canto
necesita del futuro
para ser?
Ese poema que escribes
contra todo
a quién le servirá.
A ver poeta un verso
que me diga ahora mismo
¿qué es el hombre?
Sentado sobre mi cama escribiendo
me doy cuenta
que la inteligencia del salvaje
terminará quemando
todos mis papeles escritos
en esa hoguera
que fueron construyendo
a mi alrededor
sus palabras.
(sigue...) |