SIBILLA ALERAMO
Italia, 1876 |
HE VUELTO A SER BELLA
He vuelto a ser bella
y quizá sea éste mi último otoño.
Más bella que cuando le gusté en el sol,
bella y vana a sus ausentes ojos,
como una hoja de sombra.
Pero algunas noches,
en el silencio que ya no turba el llanto,
invocada me siento
con desesperada sed
por su boca lejana.
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QUEMO MI VIDA
Si me muevo, si me levanto,
todo se desvanece, todo se congela.
Pero si me quedo así tendida,
con los ojos cerrados, los labios aureolados de brasas,
el ardor de mi palma sobre el latido de mi garganta,
quemo mi vida, quemo mi vida,
mi sangre se consume en mis venas,
siento que se consume
sólo en el recuerdo de otra sangre,
de una voluptuosidad dada y probada,
del amor lejano
que quizá no reencontraré.
Traducción: Marco Casavecchia

Atravesando el laberinto de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 50x50 cm.
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En trasatlántico poderoso de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 50x50 cm.
SALVATORE QUASIMODO
Italia, 1901 |
HOMBRE DE MI TIEMPO
Hombre de mi tiempo, eres aún aquel
de la piedra y la honda. Estabas en la carlinga
con las alas malignas, los cuadrantes de muerte
-te vi- dentro del carro de fuego, en las horcas,
en las ruedas de tortura. Te vi: eras tú,
con la ciencia precisa dispuesta para el exterminio,
sin amor, sin Cristo. Has matado de nuevo,
como siempre, como tus padres mataron, como mataron
los animales que te vieron por vez primera,
y huele esta sangre como la de aquel día
en el que el hermano dijo a otro hermano:
"Vamos al campo". Y aquel eco frío, tenaz,
llegó a ti, y llegó a tu jornada.
Olvidad, oh hijos, las nubes de sangre
que ascienden de la tierra, olvidad a los padres:
sus tumbas se hunden en el cenizal,
los pájaros negros, el viento, cubren sus corazones.
Traducción: Marco Casavecchia
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