SUMARIO
Editorial
Miguel Oscar Menassa
Adiós cultura mi señora
Eugenio Montale
No nos pidas
Del brazo tuyo
Margarita Guidacci
La caracola
Giacomo Leopardi
El infinito
Sibilla Aleramo
He vuelto a ser bella
Quemo mi vida
Salvatore Quasimodo
Hombre de mi tiempo
Pier Paolo Pasolini
Balada de las madres
María Luisa Spaziani
Los dragones agonizando
Dacia Maraini
Noche de fin de año en el hospital
Maelia Rosselli
Si yo quería
Mario Luzi
Nada de lo que sucede
Umberto Saba
El deseo
Dino Campana
La quimera
Cesare Pavese
Siempre vienes del mar
Giuseppe Ungaretti
La piedad
Alda Merini
Yo quisiera
Mario Luzi
Cuánta vida
Italo Calvino
Más allá del puente
Cesare Pavese
Vendrá la muerte
Salvatore Quasimodo
Y de repente la noche
Adelanto del libro
“ANTOLOGÍA POÉTICA”
de Miguel Oscar Menassa
Murmuraciones del poeta
Flamenco, Tango y Poesía: Soy el cantor
 
Descargar nº 151
en PDF

EUGENIO MONTALE

Italia, 1896

NO NOS PIDAS

No nos pidas la palabra que ciña cada lado
de nuestro ánimo informe, y con letras de fuego
lo manifieste espléndido como flor de azafrán
extraviada en el medio de un polvoriento prado.

¡Ah los hombres seguros que se van,
en paz con los demás y consigo mismo,
ajenos a las sombras que el bochorno
estampa encima de una tapia en ruinas!
No nos pidas la fórmula que un mundo pueda abrirte,
sí apenas una sílaba reseca como un leño.
Hoy tan sólo esto podemos decirte:
lo que no somos, lo que no deseamos.

...................................................

DEL BRAZO TUYO

Del brazo tuyo he bajado por lo menos un millón de escaleras
y ahora que no estás cada escalón es un vacío.
También así de breve fue nuestro largo viaje.
El mío aún continúa, mas ya no necesito
los trasbordos, los asientos reservados,
las trampas, los oprobios de quien cree
que lo que vemos es la realidad.

He bajado millones de escaleras dándote el brazo
y no porque cuatro ojos puedan ver más que dos.
Contigo las bajé porque sabía que de ambos
las únicas pupilas verdaderas, aunque muy empañadas
eran las tuyas.

 

Traducción: Marco Casavecchia

MARGARITA GUIDACCI

Italia, 1921

LA CARACOLA

No te pertenezco, a pesar de que en la palma
de tu mano ahora reposo, caminante;
ni a la arena de la que me recogiste,
donde yacía largamente antes
de que a tus ojos se ofreciera mi forma admirable.
Yo, compañera de ágiles peces y algas,
cobré vida en el seno de las libres olas.
Y no el odio, ni el olvido,
sino la amarga tempestad me separó de ellas.
Por eso se lamenta en mí la antigua patria y murmura
asiduamente y suspira mi alma marinera,
mientras mantienes en tu mano mi secreto,
y asombrado acercas tu oído extranjero.

 

Traducción: Dolores Ramirez Almazan
y Mercedes Arriaga Florez

 

GIACOMO LEOPARDI

Italia, 1798

EL INFINITO

Amé siempre esta colina,
y el cerco que me impide ver
más allá del horizonte.
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.
Escucho los silbidos del viento sobre los campos,
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz:
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas,
la realidad presente y todos sus sonidos.
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar.

 

Traducción: Marco Casavecchia

 

www.cinegrupocero.com

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA