SUMARIO
Editorial
Leopoldo de Luis
La representación
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Samuel B. Beckett
Malacoda
Gnomo
Soy un discurrir de arena que resbala
Bien, bien hay un país
Canción
Qué haría yo sin este mundo sin rostro sin preguntas
José Emilio Pacheco
Don de Heráclito
El pulpo
Caverna
Éxodo
Ecuación de primer grado con una incógnita
Inmemorial
Aceleración de la historia
Las palabras de Buda
Olga Orozco
Aun menos que reliquias
Presentimientos en traje de ritual
Fundaciones de arena
Libros

Poesía y Psicoanálisis
(1971-1991)

La cosa de la carne (I)
La cosa de la carne (II)
La cosa de la carne (III)
La cosa de la carne (IV)
La cosa de la carne (V)
Aforismos
Promoción especial para estudiar psicoanálisis
Curso 2011-2012
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OLGA OROZCO

Argentina, 1920

PRESENTIMIENTOS EN TRAJE DE RITUAL

Llegan como ladrones en la noche.
Fuerzan las cerraduras
y hacen aparecer esas puertas que se abren en un error del
muro
y solamente indican la clausura hacia afuera.
Es un manojo de alas que aturde en el umbral.
Entran con una antorcha para incendiar el bosque
sumergido en la almohada,
para disimular las ramas que encandilan desde el fondo del
ojo,
los pájaros insomnes, con su brizna de fuego arrebatada al
fuego de los dioses.
Es una zarza ardiendo entre la lumbre,
un crisol donde vuelcan el oro de mis días para acuñar la
llave que lo encierra.
Me saquean a ciegas,
truecan una comarca al sol más vivo por un puñado impuro de
tinieblas,
arrasan algún trozo del cielo con la historia que se inscribe en
la arena.
Es una bocanada que asciende a borbotones desde el fondo
de todo el porvenir.
Hurgan con frías uñas en el costado abierto por la misma
condena,
despliegan como vendas las membranas del alma,
hasta tocar la piedra que late con el brillo de la profanación.
Es una vibración de insectos prisioneros en el fragor de la
colmena,
un zumbido de luz, unas antenas que raspan las entrañas.
Entonces la insoluble sustancia que no soy,
esa marea a tientas que sube cuando bajan los tigres en el
alba,
tapiza la pared,
me tapia las ventanas,
destapa los disfraces del verdugo que me mata mejor.
Me arrancan de raíz.
Me embalsaman en estatua de sal a las puertas del tiempo.
Soy la momia traslúcida de ayer convertida en oráculo.


?La cápsula del tiempo de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 73x50cm.


?Bella de día de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 54x46cm.

FUNDACIONES DE ARENA

Si poblaras el mundo como Dios
sólo con proyectar la sombra de una mano, el oscuro fulgor
del ensimismamiento,
o las secretas contradicciones que te habitan,
saltarían de tu regazo hasta tus pies animales aviesos,
una fauna de pesadillas ilustradas que se propagaría
infestando el jardín
como en esos tapices en los que la discordia simula las
manzanas de la tentación.
No tienes felpa y seda que desplegar desde tu frío central
hasta tus uñas
en una deslumbrante, sinuosa orografía
-otro cuadro sienés con castillo lejano, fortaleza e irrevocable
caballero-,
ni caricia que vuelque su hierba complaciente sobre la
pradera,
ni el intenso esplendor que a veces inventaba un relámpago
azul con tu mirada
y que ahora podría esparcir tan largos ríos, tan bellos
horizontes,
y hasta los esmaltados y sucesivos cielos de cualquier libro de
horas,
sólo con que lograras olvidar el color de la piedra que te cerró
el camino.
Pero ningún prodigio deja fluir las aguas estancadas.
En tu historia no hay tintas para imprimir el decorado que
anuncie un paraíso,
ni plumajes de fiesta con que vestir otro destino.
Tampoco de tu palabra emana un génesis semejante a una
fábula en tu honor
donde instaurar un trono sobre el séptimo día.
Fundaciones de arena, muros crepusculares para el exilio y el
olvido,
lugares destemplados como el viento que pasa bajo las alas de
la ausencia.
Puedes volcar tu inmenso depósito de insomios hasta la borra
del final
o volver del revés todas las envolturas que adoptó la
nostalgia:
no encontrarás ni brizna de verdor ni hebra que se anude a la
esperanza.
Tu imagen, una sombra de áspero desecanto.
Tu semejanza, una desgarradura.

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA