SUMARIO
Editorial
Roberto Juarroz
X. 24
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Carilda Oliver Labra
Canción para decirme en marzo
Alfonsina Storni
La caricia perdida
Roberto Juarroz
Levantar el papel donde escribimos
Así como no podemos
Cada uno tiene su pedazo de tiempo

León Felipe

Sé todos los cuentos
Bertold Brecht
Soy una anciana
Johann W. Goethe
La fuerza de la costumbre
Ocean Vuong
Rompe hogares
Dylan Thomas
Tumbados en la arena
Silvia Plath
Soy vertical pero preferiría ser horizontal
Nichita Stanescu
Emoción de otoño
No hay
Germán Pardo García
Pausas de amor 2. A una mujer
Pausas de amor 6. A una mujer
Vicente Aleixandre
No te conozco
Miguel Oscar Menassa
Tres amores
Aforismos
Agenda Grupo Cero

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Bertold Brecht

Alemania, 1898

SOY UNA ANCIANA

Al despertarse Alemania
recortaron las pensiones. Mis hijos
me daban dinero de vez en cuando. Pero yo
ya no podía comprar casi nada. Al principio
iba menos a las tiendas donde antes compraba a diario.
Pero un día me lo pensé mejor y volví
a diario a la panadería y a la verdulería
como antigua clienta.
Escogía cuidadosamente entre los comestibles
y no me llevaba ni más ni menos que antes:
añadía los panecillos al pan y los puerros al repollo y sólo
cuando me hacían la cuenta, lanzaba un suspiro
rebuscaba con mis rígidos dedos en el monedero
y confesaba, sacudiendo la cabeza, que no me alcanzaba
el dinero para pagar aquellas pocas cosas y,
con nuevos movimientos de cabeza,
salía de la tienda, a la vista de los parroquianos.
Y me decía:
si todos los que no tenemos nada
dejamos de aparecer donde se exhibe la comida,
podrían pensar que no necesitamos nada.
Pero si venimos y no podemos comprar nada,
se sabrá cómo están las cosas.

Traducción: José Muñoz Millanes


Piel de pieles de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 60x60 cm.

Johann Wolfgang Goethe

Alemania, 1749

LA FUERZA DE LA COSTUMBRE

¡Amé ya antes de ahora, mas ahora es cuando amo!
Antes era el esclavo; ahora el servidor soy.
De todos el esclavo en otro tiempo era;
a una beldad tan solo mi vasallaje doy;
que ella también me sirve, gustosa, a fuer de arnante,
¿cómo con otra alguna a complacerme voy?

¡Creer imaginaba, pero ahora es cuando creo!
Y aunque raro parezca y hasta vituperable,
a la creyente grey muy gustoso me adhiero;
que al través de mil fuertes duras contrariedades,
de muy graves apuros e inminentes peligros,
todo de pronto leve se me hizo y tolerable.

¡Comidas hacía antes, pero ahora es cuando como!
Buen humor y alegría bulléndome en el cuerpo,
al sentarme a la mesa todo pesar olvido.
Engulle aprisa el joven y se va de bureo;
a mí, en cambio, me place yantar en sitio alegre;
saboreo los manjares y en su olor me recreo.

¡Antaño bebí, hoy es cuando bebo a gusto!
El vino nos eleva, nos hace soberanos
y las lenguas esclavas desata y manumite.
Sí, sedante bebida no escatiméis, hermanos,
que si del rancio vino los toneles se agotan,
ya en la bodega el nuevo mosto se está enranciando.

La danza practiqué e hice su panegírico,
y en cuanto oía sonar la invitación al baile
ya estaba yo marcando mis honestas posturas.
Y aquel que muchas flores cortó primaverales,
por más que todas ellas a guardar no acertara,
siempre le queda, al menos, un ramo razonable.

¡Sus, y a la obra de nuevo! No pienses ni caviles;
que quien amar no sabe a las floridas rosas
solo encuentra después espinas que le pinchen.
Del sol, hoy como ayer, fulge la enorme antorcha;
de las cabezas bajas aléjate prudente,
y haz que tu vida empiece de nuevo a cada hora.

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA