Friedrich Hölderlin
Alemania, 1770 |
LOS ROBLES
(1797/98)
Desde los jardines marcho ahora hacia vosotros,
hijos de la montaña,
desde esos jardines donde la naturaleza, paciente
y domeñada,
la que cuida y a su vez es cuidada, vive en comunión
con los hombres.
Mas vosotros, oh magníficos, os erguís como un pueblo
de titanes
en medio de este mundo más humilde, y sólo a vosotros
os debéis,
y al cielo que os alimenta y que os crio, o a esa tierra
que os diera el ser.
Ninguno de vosotros pisó nunca todavía la escuela
de los hombres,
y libres y dichosos os alzáis emergiendo de vuestras
recias raíces,
formando un círculo entre vosotros; y como el águila
su presa,
así aferráis con poderoso brazo el espacio, y hacia las nubes
orientáis grandiosa y alegre vuestra copa inundada de sol.
Un mundo es cada uno de vosotros; como las estrellas
del cielo,
cada uno un dios, unidos vivís en libre alianza entre
vosotros.
¡Ah! Si yo pudiera soportar la esclavitud, ya nunca
envidiaría
a este bosque y con gusto me abrazaría a la vida
en sociedad.
Y si ya no me atara a esa vida en sociedad este mi corazón
que al amor aún no renuncia, ¡cuánto me gustaría habitar
entre vosotros!

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EL MOMENTO
En la habitación
En la terraza al frente del mar,
el pirata en retiro prepara su cena…
Media hogaza de pan
un filete de carne
una botella de vodka…
Cierra su puerta con firmeza
y de su caja de hueso extrae sus libros mayores
sus mapas
y anclajes.
Ahora está solo
y feliz.
Mas el pecho resuena
y los ojos son pequeñas nubes.
¿Quién toca a la puerta?
¿Quién viene aquí siguiéndole hasta su buhardilla?
El pirata en retiro cierra su caja de hueso
y los secretos de sus libros mayores
sus mapas
y anclajes
y meciéndose, camina unos pocos pasos para beber el aroma
del mar.
¿Será el ciego quien toque a la puerta?
¿El ciego en forma de mujer
que vendrá a socorrerle en el momento en que su edad
sea sellada?

Empobrecimiento de los dioses. Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 50x50 cm.
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