SUMARIO
Editorial
Walt Whitman
No te detengas
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Boris Vian
No quisiera reventar
Aforismos
Las 2001 Noches cumple 20 años
Carta 1
Carta 2
Carta 3
Carta 4
Carta 5
Carta 6
Carta 7
Carta 8
Carta 9
Carta 10
Adelanto del libro
“ANTOLOGÍA POÉTICA”
de Miguel Oscar Menassa
La primera inquietud
Adolescente pescador
 
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LAS 2001 NOCHES ¡¡¡CUMPLE 20 AÑOS!!!

CARTA 10

La primera vez que conocí Las 2001 Noches fue hojeando sus páginas en la puerta de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid. La tomé de un montón que había junto a la puerta de entrada y comencé a leer. Lo primero que recuerdo haber leído es "¡Azotádme!", un poema de Oliverio Girondo, también un poema de Alejandra Pizarnik, otro de Carilda Oliver Labra... Yo no sabía que existía una poesía así. Esos poemas estaban vivos. Eran personas hablándome exactamente de mis asuntos. Y qué personas tan valientes, qué claro y sin tapujos hablaban de temas tan importantes para mí. Esos no eran filósofos ni contempladores de paisajes... No se parecían a las eminencias de los libros de texto o personalidades ante las que hubiese que callar en señal de respeto, y tratar de memorizar sus nombres y fechas para el examen de literatura. No, ellos eran personas poetas: hablaban de tú a tú, como personas, pero hablaban de forma bella, con eso que llaman voluntad estética, que es lo que tienen los poetas.

El encontrar una revista de poesía en medio de la calle, en una publicación que no era ministerial, ni de la universidad, ni del Ayuntamiento, me hizo darme cuenta de que la poesía era más que una asignatura o un adorno simbólico como lo son la bandera o el himno nacional. Había alguien en el mundo que decía personalmente esas cosas, alguien que sostenía y defendía ese discurso de los poetas. Porque esa revista no había caído del cielo. Alguien debía haberla compuesto, impreso y llevado hasta la puerta de mi facultad.

Antes de toparme con Las 2001 Noches, en las clases de literatura del bachillerato, había conocido a Lorca y a algunos poetas de la generación del 27, pero los había dejado por el heavy y la música en inglés. En este sentido puedo decir que gracias a Las 2001 Noches ahora soy un hispanohablante feliz, ya que fueron estos nuevos amores con poetas latinoamericanos los que me devolvieron el interés por mi propio idioma. Si por el Ministerio de Educación Española hubiera sido, o por las empresas españolas e internacionales que manejan la cultura, ahora sería un desposeído, un alienado de la cultura. Es decir, alguien que trabaja para una cultura en la que nunca puede participar. Una cultura decidida por personas desconocidas desde lugares desconocidos, bajo una moral desconocida, con una serie de intereses desconocidos... ¿Servirá el estribillo de la última canción de moda para justificar la invasión de Siria? ¿El último gesto filantrópico de esa superestrella adolescente servirá para bombardear algún país y robarle el petróleo? Quiero decir que en ninguna multinacional del entretenimiento habrían aceptado mi dinero ni me hubiesen dejado ser socio de honor, ni tampoco el Ministerio de Cultura hubiese publicado mi nombre en ninguna publicación suya. Para esas instituciones sólo existen los nombres de las personas muy poderosas o muy muy condescendientes. "Qué pena que yo no tenga el retrato de un mi abuelo que ganase una batalla, ni un sillón viejo de cuero, ni una tierra solariega y blasonada". Así, sin nada que perder, me hice socio de honor. Algún dinero procedente del trabajo alienado y un nombre sin blasones bastaron para que me permitiesen ser socio de honor, aceptasen mi cuota, y publicasen mi nombre junto al de otros socios de honor. Algunos de aquellos nombres pertenecían a poetas que había leído. Sobretodo el del director, Miguel Oscar Menassa... verdaderamente era un honor figurar en una lista encabezada por su nombre.

Después seguí leyendo. Una voz amiga me gritó cuando estaba en la biblioteca de la facultad, era un viejo conocido de las clases de filosofía: Nietzsche. Sin embargo nunca le había oído gritar de aquella manera. Entonces me encontraba en la biblioteca de la Facultad y levanté la vista temeroso de una reprimenda del bibliotecario, pero nadie había notado nada, todo estaba tranquilo. Me sorprendió aquel escándalo imperceptible para quienes sólo quieren tranquilidad. Después vinieron otros amigos: Cesare Pavese, Confucio, Aldo Pellegrini, La Rouchefoult... gritando también de aquella manera inaudible: Grita tu destino, grita con nosotros, con los mejores escritos, con los poetas, grita a versos, a todo verso, a toda noche... Los imbéciles no oirán nada porque precisamente "se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles". El estruendo era tal que no necesitaba tapones en las orejas para estudiar, ya no estaba en la biblioteca, estaba en medio de una manifestación violenta ¿O no es violencia la de la escollera contra las olas? Aquella revista estaba en los montones junto con revistas que hablaban de vidas de empresarios, de amor romántico, de coches, fama... Las 2001 Noches era la única revista de poesía que pude encontrar entre varias bibliotecas de distintas facultades de la universidad. La propia Universidad de Alcalá no tenía ninguna revista de poesía. En la Escuela Politécnica hicimos una hoja de poesía que se publicó durante años. Y me consta que en otras facultades pasaron cosas parecidas. Me encontré en el autobús con un antiguo compañero de instituto que a propósito de Las 2001 Noches me dijo: No sé de dónde sacará el dinero el argentino ese de las narices. -y dió un pisotón en el suelo del autobús, para seguir diciendo: "En mi facultad intentaron hacer una revista parecida, de literatura y poesía, y no hubo manera, tuvieron que parar porque no tenían dinero y podían hacer muy pocas copias...". De dónde sacará el dinero, se preguntaba él que era estudiante de periodismo. Podía haber preguntado de dónde sacaba los poemas... pero supongo que en su facultad les enseñarían a mirar la rentabilidad literaria.

Para muchas personas Las 2001 Noches era algo imposible, tal vez obra de una civilización extraterrestre, algo que existía de milagro... algo, en fin, de lo que no se puede hablar.

Hay un chiste de unos guardias civiles que están haciendo el atestado de un accidente de tráfico y el sargento dicta el parte: Un brazo en la mediana, una oreja en el arcén... El otro interrumpe: mi sargento ¿Arcén es con hache? Y el sargento da una patada a la oreja y dice: pon "en la cuneta". Pues algo parecido han hecho los periodistas y literatos con Las 2001 Noches. Han dicho: como no me lo puedo explicar no existe. O le han dado una patada y han dicho: son una secta, son argentinos, son peligrosos para la hermosa sociedad en que vivimos... Por eso que cada nuevo número que sale de la revista Las 2001 Noches se parece a esa oreja que, mediante precisos movimientos cartilaginosos, vuelve a situarse en el arcén.

Kepa Ríos

www.grupocero.org

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA