SUMARIO
Editorial
Blas de Otero
Pido la paz y la palabra
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Ernesto Guevara
Amor
Miguel Hernández
Eterna sombra
Edith Södergran
El dolor
¿Qué habrá mañana?

Walt Whitman

Poetas futuros
Paul Celan
Tú con la palabra que yo dije
María Eugenia Vaz Ferreira
Único poema
Oliverio Girondo
El tren expreso
Gloria Fuertes
Autobigrafía
Gabriela Mistral
Mariposas
Charles Baudelaire
La pipa
Miguel Oscar Menassa
Y si no habremos de morir hoy, precisamente, amor
Le pregunté si la vida era nuestra
Aforismos
Agenda Grupo Cero

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¡Si al menos pudiéramos arrimar un ojo
a alguno de los agujeritos que hay en el cielo!

¡Campanas! ¡Silbidos! ¡Gritos!;
y el maquinista, que se despide siete veces
del jefe de la estación;
y el loro, que es el único pasajero que protesta
por las veintisiete horas de retardo;
y las chicas que vienen a ver pasar el tren
porque es lo único que pasa.

De repente,
los vagones resbalan
sobre los trastes de la vía,
para cantar en sus dos cuerdas
la reciedumbre del paisaje.

¿España? ¿1870?... ¿1923?


Un dios se rinde de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x73 cm.

Gloria Fuertes

España, 1917

AUTOBIOGRAFÍA

Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta
me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA