SUMARIO
Editorial
Blas de Otero
Pido la paz y la palabra
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Ernesto Guevara
Amor
Miguel Hernández
Eterna sombra
Edith Södergran
El dolor
¿Qué habrá mañana?

Walt Whitman

Poetas futuros
Paul Celan
Tú con la palabra que yo dije
María Eugenia Vaz Ferreira
Único poema
Oliverio Girondo
El tren expreso
Gloria Fuertes
Autobigrafía
Gabriela Mistral
Mariposas
Charles Baudelaire
La pipa
Miguel Oscar Menassa
Y si no habremos de morir hoy, precisamente, amor
Le pregunté si la vida era nuestra
Aforismos
Agenda Grupo Cero

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Edith Södergran

Rusia, 1892

EL DOLOR

La felicidad no tiene cánticos, la felicidad no tiene
pensamientos,
la felicidad no tiene nada.
Empuja a tu felicidad para que se rompa, porque la felicidad
es malvada.
La felicidad viene dulcemente con el murmullo de la mañana
en los arbustos soñolientos.
La felicidad se desliza como nubes ligeras sobre un abismo
azul profundo,
la felicidad es el campo dormido bajo el calor del mediodía
o el espacio infinito del mar bañado bajo rayos cenitales,
la felicidad no tiene fuerza, duerme, respira y no siente
nada…
¿Conoces el dolor? Es fuerte y grande, los puños
secretamente cerrados.
¿Conoces el dolor? Tiene una ilusionada sonrisa bajo sus ojos
afligidos.
El dolor nos da todo lo que necesitamos:
Nos entrega las llaves del reino de la muerte
y nos lanza a través de la puerta, cuando todavía dudamos.
El dolor bautiza a los niños y vela con la madre
y forja todas las alianzas de oro.
El dolor reina sobre todos, alisa la frente del pensador,
pone la joya al cuello de la mujer deseada,
se queda en la puerta cuando el hombre deje a su amada…
¿Qué otra cosa da el dolor a sus amantes?
No conozco nada más.
Nos ofrece perlas y flores, nos entrega canciones y sueños,
nos da miles de besos que están vacíos,
nos da el único beso que es real.
Nos da nuestras almas extrañas y nuestros raros
pensamientos,
el dolor nos da todas las ventajas supremas de la vida:
Amor, soledad, y el rostro de la muerte.

¿QUÉ HABRÁ MAÑANA?

¿Qué habrá mañana? Quizás tú no.
A lo mejor otros brazos, y un nuevo contacto, y un dolor
parecido…
Te dejaré con una certeza indudable:
Regresaré como una parte de tu propio dolor.
Volveré a ti desde otro cielo con un nuevo propósito.
Volveré a ti desde otra estrella con la misma mirada.
Volveré a ti con mis viejos deseos bajo rasgos nuevos.
Volveré a ti extraña, malvada y fiel
con los pasos de una alimaña, fuera de la lejana patria
desértica de tu corazón.
Lucharás contra mí, duramente y sin fuerzas,
como se lucha contra el destino, contra la felicidad y
contra la propia estrella.
Sonreiré y ovillaré hilos de seda alrededor de mi dedo
y esconderé la pequeña madeja de tu destino entre los
pliegues de mi ropa.

 

Walt Whitman

Estados Unidos, 1819

POETAS FUTUROS

¡Poetas del futuro! ¡Oradores, cantantes, músicos futuros!
No es el presente el que me justifica ni el que asegura
que yo esté un día con ustedes,
son ustedes, la raza nueva y autóctona, atlética, continental,
la mayor de cuantas son conocidas;
¡Arriba! Porque ustedes me justificarán.
Yo no hago más que escribir una o dos palabras para
el futuro,
solo me adelanto un instante, para retornar luego
a las sombras.
Soy un hombre que, vagabundo, siempre sin hacer alto,
echo sobre ustedes una mirada al azar, y sigo,
dejándoles la encomienda de probarla y definirla,
aguardando de vosotros la realización de la magna obra.

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA