DEMONIO DE LA POLÍTICA
Y fui corriendo hasta donde crecían los manzanos
y vi cuando llegué jadeante al nacimiento de los ríos
que los demonios de la guerra
y también los poderosos demonios de la paz
ocultaban sus grandes culos en opacas mansiones
y entonces elegí
el peligro de las altas cumbres
el deambular por las montañas y festejar
con los antiguos sabios en pequeñas alcobas
una nueva manera de vivir.
Miguel Oscar Menassa
"Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos", decía Bertolt Brecht en el nº 1 de nuestra revista, allá por enero de 1997.
Hoy, noviembre de 2017, veinte años después, podríamos decir que vivimos tiempos convulsos, impredecibles. Cierto es que la historia está regida por la ley del péndulo, y que los mecanismos sociales obedecen a una suerte de repetición que, no por conocida, deja de ser enigmática.
Pero hay un factor que siempre desconcierta, en tanto las motivaciones que lo mueven nos son absolutamente desconocidas, y es la política y sus repercusiones en nuestra existencia. Desde la definición de Aristóteles (la política es el arte de lo posible), mucho han cambiado las cosas.
Hoy día, tenemos ejemplos en todos los rincones del mundo, aquellos supuestamente encargados de gobernar un Estado, comunidad o municipio, manejan a su antojo la opinión pública (y privada), llevando a la población a lugares más que incómodos.
Los medios de comunicación hacen las veces de mensajeros del diablo contaminando y pervirtiendo conceptos, ideas, consignas. Y, por momentos, abandonamos nuestra humanidad y criterio para convertirnos en masas borreguiles y manejables.
Entregamos nuestra independencia a cambio de mentiras, sean las que sean, puesto que podemos estar seguros de que ningún mandatario dice la verdad. Todos ocultan sus intenciones, todos quieren su parte del pastel, aun a costa del enfrentamiento social, que promueven para conseguir la mayor división posible. Y así, vencen, consiguen sus propósitos.
Las 2001 noches es una revista de poesía, aforismos, frescores, es decir, un instrumento de sabiduría. Esto quiere decir que no tiene ideología política, no se define por uno u otro bando. Su labor es enseñarnos que la peor lectura posible es la lectura ingenua, puesto que es la que nos imponen los sistemas ideológicos del estado.
Es por eso que queremos prevenirles: abran los ojos, lean y después podrán tener opiniones. Repetir sin pensar lo que se oye es peligroso.
Felices fiestas y próspero 2018.
Carmen Salamanca
Directora
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EUGENIO MONTALE
Italia, 1896 |
LA CASA DE LOS ADUANEROS
Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
sobre el barranco profundo de la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró allí el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.
El sudeste azota hace años los viejos muros
y el sonido de tu risa ya no es alegre:
la brújula gira enloquecida a la aventura
y el cálculo de los dados ya no vuelve.
Tú no recuerdas; otro tiempo trastorna
tu memoria; un hilo se devana.
Aún tengo un extremo; pero se aleja
la casa y sobre el techo la veleta
tiznada gira sin piedad.
Tengo un extremo; pero tú estás sola,
no respiras aquí en la oscuridad.
¡Oh el horizonte en fuga, donde se enciende
rara la luz del petrolero!
¿Está aquí el paso? (la marejada insiste
aún sobre el barranco que se derrumba...)
Tú no recuerdas la casa de esta
noche mía. Y no sé quién se va y quién se queda.

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