GONZALO
VÁZQUEZ MÉNDEZ
Bolivia, 1929 |
ESTE DARSE DE GOLPES
Este darse de golpes
entre el sueño y la vigilia;
este girar interminable
como un trompo de imágenes
azules, verdes, rojas o amarillas;
este gastarse a diario
con un jornal de angustia,
con un fragmento de recuerdo
clavado en la mitad del alma,
doliendo al pulso
y a la raíz nocturna de los besos.
Voy penando en un círculo
ajeno al corazón,
voy andando
con un destierro de cal entre los párpados,
con un hueco en la sangre
donde pesa la sombra,
donde gimen los ángeles
arrojados del cielo...
Hasta cuándo
este río de lodo
acuchillando la esperanza,
y este gusto de azufre
lloviendo por tu piel,
cayendo sordamente
hasta el fondo de la ternura,
oscureciendo la pequeña luz
que llevas
en tu secreta adolescencia.
El oro de tu nombre de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x160 cm. |
DOS NIÑOS ANHELANTES
No. No tienen tamaño sus tobillos; no es su espuela
suavísima, que da en las dos mejillas.
Es la vida no más, de bata y yugo.
No. No tiene plural su carcajada,
ni por haber salido de un molusco perpétuo, aglutinante,
ni por haber entrado al mar descalza,
es la que piensa y marcha, es la finita.
Es la vida no más; sólo la vida.
Lo sé, lo intuyo cartesiano, autómata,
moribundo, cordial, en fin, espléndido.
Nada hay sobre la ceja cruel del esqueleto;
nada, entre lo que dio y tomó con guante
la paloma, y con guante,
la eminente lombriz aristotélica;
nada delante ni detrás del yugo;
nada de mar en el océano
y nada
en el orgullo grave de la célula.
Sólo la vida; así: cosa bravísima.
Plenitud inextensa,
alcance abstracto, venturoso, de hecho,
glacial y arrebatado, de la llama;
freno del fondo, rabo de la forma.
Pero aquello
para lo cual nací ventilándome
y crecí con afecto y drama propios,
mi trabajo rehúsalo,
mi sensación y mi arma lo involucran.
Es la vida y no más, fundada, escénica.
Y por este rumbo,
su serie de órganos extingue mi alma
y por este indecible, endemoniado cielo,
mi maquinaria da silbidos técnicos,
paso la tarde en la mañana triste
y me esfuerzo, palpito, tengo frío.
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