SUMARIO
Editorial
Miguel Oscar Menassa
Buscando su identidad
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Bertolt Brecht
Loa al estudio
Loa a la dialéctica
O todos o ninguno
León Felipe
¿Por qué habla tan alto el español?
Carilda Oliver Labra
Homenaje a sus 92 cumpleaños
Los encuentros
Como una mujer de absorto
Yo no me enfermo de las casi hermosas
Razón de sueño
Madrigales
Con desdén y oro
Anoche
Gioconda Belli
El cielo que no he tenido. El cielo azul
Embestida a mi hombro izquierdo
Puertas abiertas
Mujer irredenta
Guillaume Apollinaire
Las nueve puertas de tu cuerpo
Oh puertas de tu cuerpo
Frescores
El cubismo en las letras (II)
Socios de honor
Poesía y Flamenco
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HOMENAJE A SUS 92 CUMPLEAÑOS

CARILDA OLIVER LABRA

Cuba, 1922

COMO UNA MUJER DE ABSORTO

Apenas quedé sin hombre
mudaron el dos los pianos,
no me bastaban las manos
para estrujar aquel nombre.
¿Habrá ya nada que asombre
como este beso a traición?
Desde entonces mata el son,
dicen nunca las arecas,
sonando a unas güiras secas
anda el poco corazón.

Hoy declaro un amor roto
que no logra deshojarme.
Nada ha venido a sanarme
el borbotón donde agoto
tu siempre soy... ¡Ah, qué ignoto
milagro el que se prepara!
Me cogió una trampa rara.
Sin esperanza ninguna
tengo sed, pido la luna
y nadie vive en mi cara.

Pero esta pena la aborto,
este dolor me lo quito;
destrozo recuerdo y grito,
los mando al diablo, los corto.
Como una mujer de absorto
polen que siempre se inmola,
le doy el turno a la ola
porque quiero, porque sí:
pues es cierto que perdí,
pero el ala vuela sola.


Hojas de otoño de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 35x27 cm.


Sueño de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 50x50 cm.

 

YO NO ME ENFERMO
DE LAS CASI HERMOSAS

Yo no me enfermo de las casi hermosas
arrugas que prometen ser mi cara.
Yo no me enfermo de la tarde clara,
del milagro sencillo de las cosas.

Enfermo, ay, eso sí, de todo clavo,
de fieras soledades ancestrales;
estrujo entonces misteriosos males
porque empiezo a morir y ya no acabo.

El corazón comprende, tranza, ayuna;
se le forma a la sien algo que espera.
(Pobreza de ser triste como una

espina que aspiraba a flor entera).
Estoy enferma, sí... Ya no es la luna.
Y me quedo a velar mi calavera.

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RAZÓN DE SUEÑO

No es el modo casual con que caminas,
ni el dibujo inexacto de tu mano:
es tu ruda tristeza mal vestida
quien se pone de acuerdo con los astros.

Cansado de nacer para los ángeles,
tienes todo el dolor de la ceniza.
Alarma cotidiana de mi sangre,
pasajero rebelde de esta herida:
sucedes por adentro de mi carne
y dueles en el centro de mí misma.

 
NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA