SUMARIO
Editorial
Konstantino Kavafis
Ítaca
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Fernando Villalón
Situación
812
Pedro Salinas
La memoria en las manos
El alma tenías
Confianza
¿Fue como beso o llanto?
Madrid. Calle de...
Tránsito
¿Por qué tienes nombre tú?
Dame tu libertad
Jorge Guillén
Despertar español
Guirnalda civil
Ars vivendi
De senectute
Gerardo Diego
Tranvía
Azucenas en camisa
Vicente Aleixandre
Ciudad del paraíso
Ven siempre, ven
Miguel Oscar Menassa
10 de septiembre de 1976, Madrid
Frescores
El vanguardismo (II)
Socios de honor
Poesía y Flamenco
Descargar nº 142
en PDF

FRESCORES

EL VANGUARDISMO - (Segunda Parte)

Haciendo un resumen de lo publicado en el número anterior de esta revista, podemos decir que Los vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30. En esos años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista.

De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista. Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como ocurrió en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania nazi de 1933.

En el primer caso, los poetas futuristas serán criticados a partir de la nueva estética realista y populista tras la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los jerarcas nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había caracterizado el renacer cultural alemán, considerada a partir de entonces como "arte degenerado".

La gran confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta, la Segunda Guerra, acabará con los vanguardismos. Sus restos o serán enterrados o derivarán en el arte moderno cuya expresión más genuina será el arte de Estados Unidos a partir de los años 40.

El trabajo de fundamentar un nuevo concepto de arte y de literatura ya estaba realizado.

MOVIMIENTOS DE VANGUARDIA EN LATINOAMÉRICA

En tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros treinta años del siglo XX encontraron un eco casi inmediato en los centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica.

El proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en la que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos (Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al escritor Latinoamericano.

De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, estridentísimo) de polémica inserción en un concepto europeo.

Para el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las Vanguardias europeas, la tarea principal era recoger no lo que había de singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo.

Al margen de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914.

Esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y Bibliotecas. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.

Sobre la ruina de una cultura humanística, euro-céntrica, que reconstruye una utopía cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, aunque no en la fábrica.

Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un siglo a otro, y que es el último movimiento del siglo XIX.

El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazado de arte socialista o academicismo fascista, en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales.

EN LATINO-AMÉRICA

Entre los años 20 y 30. Borges publica una primera proclama antirrubeniana y es uno de los tantos ataques que prevén el cambio. Entre la eclosión del modernismo y la tardía apertura vanguardista hay un vacío, un alargamiento retórico, del primero en muchos países del Continente.

La auto imagen, la copia, ha gestado un resultado repetitivo e indolente, que solo es alterado por ejemplos marginados, personales, como es el caso del poeta venezolano Salustio González Rincones, desconocido incluso para su propia generación y Lugones en su "Lunario Sentimental". Serían algunos de los ejemplos dentro del recelo, el temor a lo nuevo que identifican esos años.

El poeta chileno Vicente Huidobro que debe considerarse como una excepción dentro de ese panorama de espejos repetidores, pronuncia una conferencia en Buenos Aires en 1916 que constituye según Antonio de Undurraga, el acta de fundación del Creacionismo, el primer movimiento articulado, renovador que surge y logra interesar a poetas españoles, Gerardo Diego, Juan Larrea y otros y da pie al nacimiento del Ultraísmo de ese país. "Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol". "Hay que crear. He aquí el signo de nuestro tiempo".

"La cosa creada contra la cosa cantada". Son parte de la teoría poética de Huidobro, el más orgánico y coherente documento lanzado contra las vanguardias de lengua española. Es el comienzo de una teorización propia, apegada al entorno, pero sin pintoresquismos circunstanciales, usuales en esa u otra época.

El lenguaje poético quiso ser más auténtico, mas cercano a la realidad… quiso expresar mejor la identidad regional americana y las identidades de cada país. El idioma, no se deformó para transformarse en jergas localista, si no que se nutrió y creció.

Como en la época del "modernismo", los dos centros de la vanguardia fueron Buenos Aires (Borges, Girondo, Molinari) y México (Pellicer, Villaurrutia, Gorostiza). En Cuba aparece la poesía mulata: para cantar, bailar y mal decir (Nicolás Guillén, Emilio Ballagas); En Ecuador, Jorge Carrera Andrade inicia un "registro del mundo", inventario de imágenes americanas.

La vanguardia tiene dos tiempos: el inicial de Huidobro, hacia 1920, volatización de la palabra y la imagen; y el segundo de Neruda, diez años después; ensimismada penetración hacia la entraña de las cosas.

Se pueden considerar a Huidobro y Neruda personajes de gran importancia en el tema del creacionismo (la vanguardia literaria latinoamericana) por el hecho de que en sus escritos se expresan temas de la libertad estética a priori de todas las vanguardias literarias como conciencia de la crisis de la sociedad burguesa, sus temas poéticos desmantelan el discurso instaurado, el texto modifica sus convicciones usuales y la subjetividad rebelde del artista gesta una literatura abierta al mundo, capaz de registrar los cambios y el ritmo frenético social como rechazo al modelo tradicional.

Para concluir, Huidobro es el más radical del vanguardismo por su audacia estilística, porque rompe a las leyes de la sintaxis, porque hace una literatura totalmente cosmopolita, porque se permite una serie de licencias poéticas que no se le permiten ni a Neruda ni a los que vienen posteriormente. Por ese radicalismo, Huidobro, está considerado propiamente el más vanguardista de los poetas latinoamericanos. Además que inició el vanguardismo muy tempranamente, en 1914, superada su etapa modernista y es su decir:

"El poeta es un motor de alta frecuencia espiritual, es quien le da vida a quien no la tiene; cada palabra adquiere en su garganta una vida propia y nueva que va a anidarse palpitante de calor en el alma del lector".

Norma Menassa
Psicoanalista
normenassa@hotmail.com

 

SOCIOS DE HONOR EUROPA


Miguel Oscar Menassa (Madrid) (Socio Honorífico)
Miguel Martínez Fondón (Madrid) 360 €
Amelia Díez Cuesta (Madrid) 360 €
Carlos Fernández (Madrid) 360 €
Pilar Rojas Martínez (Madrid) 360 €
Fernando Ámez Miña (Madrid) 360 €
Olga de Lucia Vicente (Madrid) 360 €
Carmen Salamanca Gallego (Madrid) 360 €
Helena Trujillo (Málaga) 360 €
Alejandra Menassa de Lucia (Madrid) 250 €
Cruz González Cardeñosa (Madrid) 200 €
Virginia Valdominos (Madrid) 200 €
Magdalena Salamanca Gallego (Madrid) 150 €
Pablo J. García Muñoz (Madrid) 120 €
Paola Duchên (Madrid) 100 €
José Ramón Fernández Morgade (Orense) 100 €
Jaime Icho Kozak (Madrid) 100 €
Hernán Kozak Cino (Madrid) 60 €
Claire Deloupy (Madrid) 50 €
Clémence Loonis (Madrid) 50 €
Clara García García (Madrid) 25 €
Leo García García (Madrid) 25 €
Carmen Ortigosa Martín (Torrejón de Ardoz) 24 €
Juan Francisco González-Díaz (Las Palmas) 20 €
Sylvie Lachaume (Ibiza) 20 €
Luis Rodríguez Hernández (Madrid) 12 €
Fabián Menassa de Lucia (Madrid) 10 €
Clara Velasco León (Madrid) 10 €
Manuela Velasco León (Madrid) 10 €


SOCIOS DE HONOR AMÉRICA

Miguel Oscar Menassa (Buenos Aires) (Socio Honorífico)
Norma Menassa (Buenos Aires) 500 U$
Lucía Serrano (Buenos Aires) 63 U$
Lorgio J. Duchên (La Paz) 10 U$
Juan Francisco González-Díaz (La Habana) 10 U$

 

“Somos lo que leeemos,
si lo que leemos
dice algo de nosotros”

(Miguel Oscar Menassa)

www.editorialgrupocero.com

 

www.las2001noches.com

 

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA