SUMARIO
Editorial
Miguel Oscar Menassa
Domingo 5 de octubre
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Emily Dickinson
410
508
601
Rosalía de Castro
En su cárcel de espino y rosas
Aún otra amarga gota en el mar sin orillas
Gabriela Mistral
La otra
Puertas
Alfonsina Storni
La loba
Saludo al hombre
Retrato de un muchacho que se llama Sigfrido
Juana de Ibarbourou
El grito
Ruta
Rosa Chacel
Mariposa nocturna
Oda a la alegría
Libros

Poesía y Psicoanálisis
(1971-1991)

La cosa de la carne (III) (a)
La cosa de la carne (III) (b)
La cosa de la carne (III) (c)
Aforismos
Promoción especial para estudiar psicoanálisis
Curso 2011-2012
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ALFONSINA STORNI

Suiza, 1889

RETRATO DE UN MUCHACHO QUE SE LLAMA SIGFRIDO

Tu nombre suena
como los cuernos de caza
despertando las selvas vírgenes.

Y tu nariz aleteante,
triángulo de cera vibrátil,
es la avanzada
de tu beso joven.

Tu piel morena
rezuma
cantos bárbaros.

Pero tu mirada de aguilucho,
abridora simultánea
de siete caminos,
es latina.

Y tu voz,
untada de la humedad del Plata,
ya es criolla.

Te curva las arterias
el agua del Rhin.

El tango
te desarticula
la voluntad.

Y el charleston
te esculpe
el cuerpo.

Tus manos,
heridas de intrincados caminos,
son la historia
de una raza
de amadores.

En tu labio
de sangre huyente
el grito de las valkirias
se estremece todavía.

Tu cuello es un pedúnculo
quebrado por tus sueños.

De tu pequeña cabeza
fina
emergen ciudades heroicas.

No he visto tu corazón:
debe abrirse
en largos pétalos
grises.

He visto tu alma:
lágrima
ensanchada en mar azúl:

Al evaporarse
el infinito se puebla
de lentas colinas malva.

Tus piernas
no son las columnas
del canto salomónico:
suavemente se arquean
bajo la cadena de hombres
que te precedió.

Tienes un deseo: morir.
Y una esperanza: no morir.

 


Muchachas en la tarde de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 40x50 cm.

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA