SUMARIO
Editorial
Miguel Oscar Menassa
Domingo 5 de octubre
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Emily Dickinson
410
508
601
Rosalía de Castro
En su cárcel de espino y rosas
Aún otra amarga gota en el mar sin orillas
Gabriela Mistral
La otra
Puertas
Alfonsina Storni
La loba
Saludo al hombre
Retrato de un muchacho que se llama Sigfrido
Juana de Ibarbourou
El grito
Ruta
Rosa Chacel
Mariposa nocturna
Oda a la alegría
Libros

Poesía y Psicoanálisis
(1971-1991)

La cosa de la carne (III) (a)
La cosa de la carne (III) (b)
La cosa de la carne (III) (c)
Aforismos
Promoción especial para estudiar psicoanálisis
Curso 2011-2012
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EMILY DICKINSON

Estados Unidos, 1834

410

La primera noche de aquel día había llegado -
y agradecida de que algo
tan terrible - fuera tolerado
pedí a mi alma que cantara -

dijo que sus cuerdas estaban rotas -
su arco - en átomos destrozado -
y entonces para componerlo - me dio trabajo
hasta la otra mañana -

y luego - un día tan enorme
como repetidos ayeres,
desplegó su horror en mi cara -
hasta enceguecer mis ojos

mi cerebro -se echó a reír -
y a balbucear - como un idiota -
y aunque pasaron años - desde aquel día -
la risita perdura -

y algo extraño - dentro -
de la persona que yo era -
y ésta - que no siente lo mismo -
¿podrá ser locura?

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508

Estoy concedida - ya no les pertenezco -
el nombre que dejaron caer sobre mi faz
con agua, en la iglesia de campo
terminó de gastarse, hoy,
pueden dejarlo con mis muñecas,
mi infancia, y los hilos de los conos,
que terminé de hilar -

bautizada, anteriormente, sin elegirlo,
pero esta vez, consciente, de la gracia -
en un supremo nombre -
llamada a mi conciencia - el creciente cayó -
el arco de la existencia total, se llenó,
con una pequeña diadema.

Mi segundo rango - demasiado pequeño el primero -
coronada - exultando - en el pecho de mi padre -
una inconsciente reina -
pero esta vez - adecuada - erecta,
con voluntad de elegir, o rechazar,
y yo elegí, sólo una corona -

 


Ruido subterráneo de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 73x50 cm.

601

Una tranquila - vida - de volcán -
que aleteaba en la noche -
cuando estaba lo bastante oscura
sin una borrosa visión -

una quieta - temblorosa tierra -
demasiado sutil para sospechar
por su naturaleza de este lado de Nápoles -
que el norte no puede detectar

el solemne - tórrido - símbolo -
los labios que nunca mienten -
cuyos corales sibilantes se abren - y cierran -
ciudades - que se trazuman -

Libros de Miguel Oscar Menassa

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NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA