SUMARIO
Editorial
Miguel O. Menassa
La guerra
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Rafael Alberti
Toro en el mar (1)
Toro en el mar (2)
Aquí, donde con mano desterrada
Paul Celan
Fuga de muerte
Canción de una dama en la sombra
Ojos
Ojo oscuro en septiembre
Tardío y profundo
Y así te transformaste
Mortaja
En vano dibujas corazones en la ventana
Quien se arranca el corazón del pecho en la noche
Ella peina su pelo como se peina a un perro
Frescores
Cesare Pavese
No hay generaciones perdidas
Próximos libros
Los secretos de un psicoanalista de Miguel Oscar Menassa (1)
Los secretos de un psicoanalista de Miguel Oscar Menassa (2)
Promoción especial para estudiar psicoanálisis
Curso 2011-2012
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PAUL CELAN

Rumanía, 1920

TARDÍO Y PROFUNDO

Malvada como discurso de oro comienza esta noche.
Comemos las manzanas de los mudos.
Hacemos un trabajo que con gusto se cede a la propia estrella;
nos alzamos en el otoño de nuestros tilos como sensato rojo
de bandera,
como ardientes huéspedes del sur.
Juramos por Cristo el Nuevo casar al polvo con el polvo,
a las aves con el zapato vagabundo,
a nuestro corazón con una escalera en el agua.
Hacemos al mundo los sagrados juramentos de la arena,
los juramos con gusto,
los juramos en voz alta desde los techos del sueño sin sueños
y agitamos el pelo blanco del tiempo...

Nos gritan: ¡Blasfemáis!

Hace tiempo que lo sabemos.
Hace tiempo, pero ¿qué importa?
Vosotros moléis en los molinos de la muerte la blanca harina del
augurio,
la ofrecéis a nuestros hermanos y hermanas

Nosotros agitamos el pelo blanco del tiempo.
Nos advertís: ¡Blasfemáis!
Lo sabemos muy bien,
que venga la culpa sobre nosotros.
Venga la culpa sobre las señales de alarma de todos nosotros,
venga el mar borboteante,
la acorazada ráfaga del retorno,
el día a media noche
¡que venga cuanto aún no fue nunca!

Que venga un hombre de la tumba.

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Y ASÍ TE TRANSFORMASTE

Y así te transformaste
como nunca te conocí:
tu corazón late por doquier
en un país de pozos

donde ninguna boca bebe
y ninguna forma orla las sombras,
donde el brotar del agua es fingido
y el fingir espumea como agua.

Bajas a cada pozo,
flotas en cada luz.
Has inventado un juego
que quiere que lo olviden.

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MORTAJA

Lo que tejiste de liviano
yo lo llevo en honor de la piedra.
Cuando en lo oscuro despierto
los gritos, los orea.

A menudo, cuando debo tartamudear,
hace pliegues olvidados
y el que soy disculpa
al que fui.

Pero el dios de las escorias
toca su tambor más sordo
y al caer el pliegue
frunce el ceño el tenebroso.


Una llama de viento azul de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo, 195x114 cm.

EN VANO DIBUJAS
CORAZONES EN LA VENTANA

En vano dibujas corazones en la ventana:
el caudillo del silencio
abajo, en el patio del castillo, alista soldados.
Iza su pendón en el árbol -una hoja que le azulea en el otoño;
distribuye a la tropa los tallos de la melancolía y las flores del
tiempo;
con aves en el pelo va a sumergir las espadas.

En vano dibujas corazones en la ventana: hay un Dios entre la
hueste,
envuelto en el capote que antaño se te cayó de los hombros en
la escalera, por la noche,
antaño, cuando el castillo estaba en llamas, cuando dijiste como
los hombres: amada...
No conoce el capote ni invocó a la estrella, y sigue a aquella
hoja que aún aguanta
“Oh tallo”, cree escuchar, “oh flor del tiempo”.

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QUIEN SE ARRANCA
EL CORAZÓN DEL PECHO
EN LA NOCHE

Quien se arranca el corazón del pecho en la noche, quiere
alcanzar la rosa.
Suya es su hoja y su espina,
a él le deposita la luz en el plato,
a él le llena los vasos de aliento,
a él le susurran las sombras del amor.

Quien se arranca el corazón del pecho hacia la noche y lo lanza
a lo alto,
ése no yerra el blanco,
ése lapida la piedra,
a él le suena la sangre del reloj,
a él le quita su hora con un golpe el tiempo de la mano:
él puede jugar con pelotas más bellas
y hablar de ti y de mí.

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ELLA PEINA SU PELO COMO
SE PEINA A UN MUERTO

Ella peina su pelo como se peina a un muerto:
lleva los añicos azules bajo la camisa.

Lleva los añicos del mundo en una cinta.
Sabe las palabras, pero sólo sonríe.

Mezcla su sonrisa en la copa de vino:
debes beberla para estar en el mundo.

Tú eres la imagen que le muestran los añicos
cuando se inclina pensativa sobre la vida.

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA