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                    | GARCILASO DE LA VEGA España, 1501  |  EN TANTO QUE DE ROSA Y DE AZUCENA
En tanto que de rosa y de azucenase muestra la color en vuestro gesto,
 y que vuestro mirar ardiente, honesto,
 con clara luz la tempestad serena;
 y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, un vuelo presto,
 por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
 el viento mueve, esparce y desordena:
 coged de vuestra alegre primaverael dulce fruto, antes que el tiempo airado
 cubra de nieve la hermosa cumbre.
 Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera
 por no hacer mudanza en su costumbre.
 ............................................................................................ SONETO IVUn rato se levanta mi esperanza,mas cansada d’haberse levantado,
 torna a caer, que deja, a mal mi grado,
 libre el lugar a la desconfianza.
 ¡Quién sufrirá tan áspera mudanzadel bien al mal? ¡Oh corazón cansado,
 esfuerza en la miseria de tu estado,
 que tras fortuna suele haber bonanza!
 Yo mesmo emprenderé a fuerza de brazos romper un monte que otro no rompiera,
 de mil inconvenientes muy espeso;
 muerte, prisión no pueden, ni embarazos,
 quitarme de ir a veros como quiera,
 desnudo espíritu o hombre en carne y hueso.
 ............................................................................................ SONETO VIIIDe aquella vista pura y excelente salen espirtus vivos y encendidos,
 y siendo por mis ojos recebidos,
 me pasan hasta donde el mal se siente;
 
 éntranse en el camino fácilmentepor do los míos, de tal calor movidos,
 salen fuera de mí como perdidos,
 llamados d’aquel bien que está presente.
 
 Ausente, en la memoria la imagino; mis espirtus, pensando que la vían,
 se mueven y se encienden sin medida;
 
 mas no hallando fácil el camino, que los suyos entrando derretían,
 revientan por salir do no hay salida.
 
 
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