VA CORRIENDO, ANDANDO,
HUYENDO
Va corriendo, andando, huyendo
de sus pies...
Va con dos nubes en su nube,
sentado apócrifo, en la mano insertos
sus tristes paras, sus entonces fúnebres.
Corre de todo, andando
entre protestas incoloras; huye
subiendo, huye
bajando, huye
a paso de sotana, huye
alzando al mal en brazos,
huye
directamente a sollozar a solas.
Adonde vaya,
lejos de sus fragosos, cáusticos talones,
lejos del aire, lejos de su viaje,
a fin de huir, huir y huir y huir
de sus pies -hombre en dos pies, parado
de tanto huir- habrá sed de correr.
¡Y ni el árbol, si endosa hierro de oro!
¡Y ni el hierro, si cubre su hojarasca!
Nada, sino sus pies,
nada sino su breve calofrío,
sus paras vivos, sus entonces vivos...

Pedazos de azul de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 35x27 cm.
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Audre Lorde
Estados Unidos, 1934 |
LA AMENAZA MORENA
O POEMA A LA SUPERVIVENCIA
DE LAS CUCARACHAS
Llámame
tu ansia más honda
de supervivencia
llámame
y a mis hermanos y hermanas
en el fuerte olor del rechazo
llámame
cucaracha y presuntuosa
pesadilla en tu blanca almohada
tu gusanillo de destruir
la parte indestructible
de ti mismo.
Llámame
tu propia determinación
en la forma más detestable
puedes hacerte
amigo de tu propia imagen
dentro de mí yo soy tú
tu pesadilla más profundamente abrigada
escabulléndose por grietas pintadas
que creas para dejarme
entrar en tu cocina
tus terribles noches
tus valores a mediodía
en tus lugares más secretos
odiando
aprendes a honrarme
por imitación mientras yo me adapto
a tus ávidas preocupaciones
a tus guerras de cocina
a tu nocivo rechazo
para sobrevivir.
Para sobrevivir.
Para sobrevivir.

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