TRILCE
IIILas personas mayores ¿a qué hora volverán?
Da las seis el ciego Santiago,
y ya está muy oscuro.
Madre dijo que no demoraría.
Aguedita, Nativa, Miguel,
cuidado con ir por ahí, por donde
acaban de pasar gangueando sus memorias
dobladoras penas,
hacia el silencioso corral, y por donde
las gallinas que se están acostando todavía,
se han espantado tanto.
Mejor estemos aquí no más.
Madre dijo que no demoraría.
Ya no tengamos pena. Vamos viendo
los barcos ¡el mío es más bonito de todos!
con los cuales jugamos todo el santo día,
sin pelearnos, como debe de ser:
han quedado en el pozo de agua, listos,
fletados de dulces para mañana.
Aguardemos así, obedientes y sin más
remedio, la vuelta, el desagravio
de los mayores siempre delanteros
dejándonos en casa a los pequeños,
como si también nosotros no pudiésemos partir.
¿Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo. 
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HASTA EL DÍA EN QUE VUELVA,
DE ESTA PIEDRA
Hasta el día en que vuelva, de esta piedra
nacerá mi talón definitivo,
con su juego de crímenes, su yedra,
su obstinación dramática, su olivo.
Hasta el día en que vuelva, prosiguiendo,
con franca rectitud de cojo amargo,
de pozo en pozo, mi periplo, entiendo
que el hombre ha de ser bueno, sin embargo.
Hasta el día en que vuelva y hasta que ande
el animal que soy, entre sus jueces,
nuestro bravo meñique será grande,
digno, infinito dedo entre los dedos.
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ME ESTOY RIENDO
Un guijarro, uno solo, el más bajo de todos,
controla
a todo el médano aciago y faraónico.
El aire adquiere tensión de recuerdo
y de anhelo,
y bajo el sol se calla
hasta exigir el cuello a las pirámides.
Sed. Hidratada melancolía de la tribu errabunda,
gota
a
gota,
del siglo al minuto.
Son tres Treses paralelos,
barbados de barba inmemorial,
en marcha 3 3 3
Es el tiempo este anuncio de gran zapatería,
es el tiempo, que marcha descalzo
de la muerte hacia la muerte.

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