SUMARIO
Olga Orozco
El sello personal
En tu inmensa pupila
El retoque final
Andante en tres tiempos
El narrador
La mala suerte
Para este día
Al pie de la letra
En la brisa, un momento
Frescores
Juan-Jacobo Bajarlía
Orígenes creacionistas del ultraísmo
1. Dos cartas olvidadas
2. Plagio y muestrario ultraico-creacionista
Socios de Honor
Festival Poético Grupo Cero
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FRESCORES

ORÍGENES CREACIONISTAS
DEL ULTRAÍSMO

Por Juan-Jacobo Bajarlía

1. DOS CARTAS OLVIDADAS

A lo ya dicho sobre el influjo de Vicente Huidobro y la renovación del estilo en la poesía, debemos agregar dos cartas que prueban de modo incontrovertible, que el ultraísmo sólo fue la versión hispánica del creaccionismo. Nuestra tesis tiene en estas cartas firmadas por Guillemo de Torre, la constancia insoslayable de cómo se originó en España el movimiento de renovación. Fueron dirigidas a Huidobro el 28 de diciembre de 1918 y el 22 de junio de 1919, y publicadas por primera vez en un suplemento en castellano de la revista Création (París, febrero, 1924). Este suplemento1 del que era autor el poeta chileno, lleva el título de Al fin se descubre mi maestro, y cons-tituía un largo artículo tendiente a levantar los cargos del escritor español sobre la paternidad de las nuevas expresiones poéticas. Formulaba, a su vez, ciertas acusaciones que aclaraban un punto no discutido hasta ese momento: el influjo de Huidobro sobre el autor de Hélices.

Pero antes es necesario aclarar que el cargo principal levantado por Huidobro, e implícito en el título del suplemento, se refería a Julio Herrera y Reissig: “Gracias a los esfuerzos del sagaz detective Guillermo de Torre se descubren finalmente los orígenes del Creacionismo. Loado sea Dios”. Y algo más abajo, sin perder el tono zumbón de la redacción, agregaba: “Pobre Herrera Reissig ayer acusado a su vez de plagiar a Jules Laforgue y Albert Samain y hoy culpa de mis pecados”. A nosotros, en realidad, nos interesa un punto no tratado en el suplemento: la polémica Reverdy-Huidobro, y el que luego se plantea en él, o sea el mencionado influjo de Huidobro sobre el ultraísmo. La cuestión referente a Herrera y Reissig, la dejamos a un lado por infundada2. Nos limitaremos a transcribir, excluyendo las frases irónicas o de ataque personal, los si-guientes párrafos:

“Parece ser que este verso de Herrera y Reissig:
Los astros tienen las mejillas tiernas
(...) ha influido este otro mío
Apretando un botón los astros se iluminan.
(...) Y este otro verso de Herrera:
Ríen los labios de leche de los luceros precoces.

Fíjese usted mi querido Larrea, en ese verso, analícelo usted: leche, labios, precoces, luceros... no le digo más porque usted está en el secreto, pero sepa que ese verso (...) ha inspirado este otro mío: Miro la estrella que humea entre mis dedos.

Pero esto no es nada. (...) Un soneto de Herrera en que pintando un cura el poeta dice:

Él ordeña la pródiga ubre de su montaña
Para encender con oros el pobre altar de pino

Esto es completamente creacionista, ¿no me ve usted Larrea, escribiendo esos versos? Ahí no hay ningún símbolo, en cambio yo digo:

Campesinos fragantes ordeñaban el sol
y esto no es un simple hecho que yo presente,
que yo haya inventado, esto tiene otra significación
escondida, y no es sino puro simbolismo y nada más”3.

Pasemos, por lo tanto, a las cartas, las cuales resuelven el problema de los orígenes y especialmente, como ya lo hemos apuntado, el del influjo.

A) La primera carta (28 de diciembre de 1918) deja constancia de estos hechos: 1. Vicente Huidobro llega a España y conmueve el ambiente literario con su nueva poesía: “Las fragantes semillas que Usted arrojó magnánimo, los módulos inéditos que Usted descubrió ante nuestros trémulos espíritus atónitos han ido arraigando purificados en su devenir de evolutiva gestación triunfal”. 2. El poeta chileno reúne en su casa a escritores españoles y franceses y les habla del creacionismo: “junto con las irradiaciones de afines espíritus galos con quienes Usted nos hizo intimar y a los que vamos desglosando pausadamente, estamos ya aguerridos para lanzar en un gesto de magna propulsión algunos poemas creacionistas y deveniristas4.

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3. Era la primera vez que oían hablar de las nuevas orientaciones: “Le remito hoy los adjuntos dos artículos de los seis que hasta ahora lleva publicados Cansinos Asséns sobre Usted y sobre las nuevas orientaciones líricas que él ha comenzado a contemplar merced a sus explícitas referencias”. 4. De Torre se declara influido por Huidobro: “Y hoy (...) portamos anclados en nuestro yo los frutecidos motivos germinales de sus directrices Poemas Árticos, de su cósmico Ecuatorial y de su emotiva Tour Eiffel”. Y terminaba la carta con la creencia de que sólo él y Alfredo de Villacián eran los únicos que podían estudiarlo medularmente.

B) La segunda carta (22 de junio de 1919) está publicada fragmentariamente y es más importante que la anterior en cuanto afirma: 1. Que Cansinos Asséns, aprovechando las nuevas doctrinas de Huidobro -que éste mismo le explica, según la carta de 1918 -ha lanzado el primer Manifiesto Ultraísta: “Cansinos Assén ha aprovechado el pasmo por Usted suscitado para promover tras un manifiesto sintético, firmado por algunos de nosotros una nueva escuela post novecentista a la que denominamos Ultraísmo”. 2. Que la imitación de la poesía de Huidobro es ya cosa corriente entre los nuevos: “ (...) las mistificaciones. Como una de las más escandalosas le señaleré la cometida por el cínico N.N.5 que ha publicado unos poemas del Neolirismo en los que plagiaba burdamente las características exteriores de sus Poemas Árticos. Y otros varios que le omito para no enojarle. Mas en cambio no dudo habría de sonreír complacido ante las fieles asimilaciones creacionistas realizadas por los recientes poetas Eugenio Montes y Pedro Garfias...”. 3. Que De Torre vuelve a declarar que Huidobro es su ascendiente: “En cuanto a mí (...) vengo de iniciar (...) un devenirismo esquemático basado en sus hallazgos creacionistas”. (Las últimas palabras, desde basado hacia el final, aparecen subrayadas por Huidobro en el citado suplemento).

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1 Imp. Unión, 46 B D Staint-Jacques, París, en 16 páginas.

2 Es interesante señalar que veinte años después, De Torre habrá de reconocer que sus primeros juicios fueron dictados por el “exceso” y el “afán polémico”: “Por mi parte, años después, al señalar otra oriundez, la del chileno Vicente Huidobro, en sus alardes creacionistas, yo, en un capítulo de mis Literaturas europeas de vanguardia, ensanchaba el campo de interés herreriano, señalándole -con exceso, llevado por cierto afán polémico- como antecesor inequívoco del estilo creacionista” (Cfr. La aventura y el orden, p. 211, Buenos Aires, Losada, 1943).

3 En estas últimas líneas hemos dejado deslizar la ironía, porque para Huidobro, si no hay simbolismo en Herrera, a quien no sigue por otra parte, tampoco lo hay en sus propios versos que sólo persiguen la presentación del “hecho simple” o “inventado”.

4 El tiempo confirmará nuestro juicio y el párrafo de Guillermo de Torre: (...) Guillaume Apollinaire, ¿Dónde lo oí o leí por primera vez? (...) creo no errar si digo que fue en casa de Vicente Huidobro. (...) En su casa, en aquel departamento amueblado de la Plaza de Oriente, casi esquina a la calle Felipe V y el Teatro Real (...) Allí, en casa de Huidobro, o por mediación de éste, conocí a algunos artistas extranjeros (...) a los esposos Delaunay (...) a teorizantes políticos rusos, compañeros hasta poco antes de Lenin, en Ginebra (...). Allí se incubó originariamente el óvulo ultraísta, entre los contertulios españoles”. (Cfr. G. de Torre: Guillaume Apollinaire, pp. 18, 19 y 20, Buenos Aires, Poseidón, 1946).

5 Huidobro, quizás por amistad, no se atreve a transcribir el nombre y lo sustituye por N.N.

 

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA