SUMARIO
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Presentaciones del Recital Poético de Miguel Oscar Menassa en Ámbito Cultural de Málaga
Recital de Miguel Oscar Menassa
Si me aman me rompen...

Cuando envejezca

Poema dedicado al Gobierno Español
Hay días como hoy
El oficio de poeta
La vida del poeta (XVIII)
La vida del poeta (XIX)
Tango, querida, tango
Una repetición incalculable
Federico García Lorca
Romance sonámbulo
Romance de la pena negra
La casada infiel
La monja gitana
Soledad
Oliverio Girondo
La baba
Raúl González Tuñón
De pronto entró la libertad
El poeta murió al amanecer
La libertaria
Presentación de "Labios del Tiempo"
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FEDERICO GARCÍA LORCA

España, 1898

SOLEDAD
Homenaje a Fray Luis de León

Difícil delgadez:
¿Busca el mundo una blanca,
Total, peremne ausencia?

Jorge Guillén

Soledad pensativa
sobre piedra y rosal, muerte y desvelo,
donde libre y cautiva,
fija en su blanco vuelo,
canta la luz herida por el hielo.

Soledad con estilo
de silencio sin fin y arquitectura,
donde la flauta en vilo
del ave en la espesura,
no consigue clavar tu carne oscura.

En ti dejo olvidada
la frenética lluvia de mis venas,
mi cintura cuajada:
y rompiendo cadenas,
rosa débil seré por las arenas.

Rosa de mi desnudo
sobre paños de cal y sordo fuego,
cuando roto ya el nudo,
limpio de luna, y ciego,
cruce tus fijas ondas de sosiego.

* * *

En la curva del río
el doble cisne su blancura canta.
Húmeda voz sin frío
fluye de su garganta,
y por los juncos rueda y se levanta.

Con su rosa de harina
niño desnudo mide la ribera,
mientras el bosque afina
su música primera
en rumor de cristales y madera.

Coros de siemprevivas
giran locos pidiendo eternidades.

Sus señas expresivas
hieren las dos mitades
del mapa que rezuma soledades.

El arpa y su lamento
prendido en nervios de metal dorado,
tanto dulce instrumento
resonante o delgado,
buscan ¡oh soledad! tu reino helado.

Mientras tú, inaccesible
para la verde lepra del sonido,
no hay altura posible
ni labio conocido,
por donde llegue a ti nuestro gemido.

 

LA MONJA GITANA

Silencio de cal y mirto.
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.
Vuelan en la araña gris,
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos
como un oso panza arriba.
¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza,
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas,
en el mantel de la misa!
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerbaluisa.
¡Oh!, qué llanura empinada
con veinte soles arriba.
¡Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!
Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.


Pájaros entre montañas de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo, 80x80 cm.

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA