SUMARIO
Editorial
Francisca Aguirre
Hace tiempo
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Edgar Bayley
Todo lo visto y lo vivido
León Felipe
¿Y el hombre?
Serguei Esenin
Carta a una mujer
Gloria Fuertes
La huéspeda
Olga Orozco
Un relámpago, apenas
Vicente Aleixandre
El desnudo
Miguel Oscar Menassa
La muerte del carnaval
Aforismos
 
Agenda Grupo Cero

Descargar nº 201 en PDF

Miguel Oscar Menassa

Argentina, 1940

LA MUERTE DEL CARNAVAL

Murga, que te quiero murga,
murga, que te quiero verde.
Intelectuales y débiles
esta murga es para ustedes.

Y tengan cuidado
de comenzar a creer
que yo soy ministro
o padre o marido,
así de sencillo,
obrero cansado
o un mal dictador.

No, señor,
no, señorita,
yo soy un intelectual,
un intelectual barato
que sólo
lee y escribe
y a solas hago el amor
sin utilizar condón.

Murga, que te quiero murga
murga, que te quiero verde
intelectuales y débiles
esta murga es para ustedes.

El doctor Carlitos Marx
hizo una obra maestra
dedicada a los obreros,
escuchemos su respuesta:

Somos del barrio,
del barrio de los pobres
y no queremos,
no queremos progresar.

Murga, que te quiero murga,
murga, que te quiero azul,
un pedacito de cielo
que me separe de mí.

Vamos murga, vamos murga
que te voy a poner roja
te vas a tocar el sexo
con alguno de mis versos.

Esta noche juntaré
mis arrugas a mi sexo
y verán la solución
que le doy a mi vejez.

 

El cantor se moría
y no se lo creía.
En el medio del salón
había un cajón, esperándolo.

Quiten ese cajón,
que yo soy el cantor
y al morir volaré
cual música o palabra.

Muerto, es decir,
llevado por la vida
a extremos donde el viento
vuela por volar.

Murió, es decir, vivió
durmió la siesta,
amó y mintió siempre
pero escribió este verso:

Cuando mi madre me llama
desde la tumba, se entiende,
me siento lleno de vida
y bailo en el carnaval.

Bailo, Bailo, Bailo, Bailo,
salto de alegría y canto
y, cuando alguien lo requiere,
me calmo para escuchar.

Y cuando escucho
no soy pensador activo
ni amante con tal deseo
ni madre consoladora.

No soy, he dejado de ser
para que el mínimo aliento
de una palabra al pasar
me permita articular:

El deseo con el mar,
la vida con la mentira,
mi mujer con mi dinero,
y el futuro a la canción.

Murga, que te quiero murga,
murga, que te quiero negra,
mulata, cobriza, ocre,
humana, te quiero murga,
bailando en el CARNAVAL.

Y no quiero retirar,
yo quiero fortalecer
la propuesta que grabé
al cumplir mis veinte años:

Vale más carne en la mano
que pensamiento en el aire.
Si quiero sexualidad
me la tendré que buscar.

Murga, que te quiero bella
y si es posible en pelotas

(sigue...)

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA