SUMARIO
Editorial
Francisca Aguirre
Hace tiempo
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Edgar Bayley
Todo lo visto y lo vivido
León Felipe
¿Y el hombre?
Serguei Esenin
Carta a una mujer
Gloria Fuertes
La huéspeda
Olga Orozco
Un relámpago, apenas
Vicente Aleixandre
El desnudo
Miguel Oscar Menassa
La muerte del carnaval
Aforismos
 
Agenda Grupo Cero

Descargar nº 201 en PDF

entregada, moribunda
pero dispuesta a bailar.

Y así, bailando y bailando,
no encontraré jamás
ni a mi madre, ni a mi amante
ni al poema que se va.

Pero tendré entre los brazos
una opulenta señora
que no sólo tiene oro
también tiene un par de tetas
que, de ponerme a chupar,
nunca iría a trabajar.

Y no quiero despreciar
las tetas aquí presentes
pero las tetas de Lola
no sólo leche nos dan
sino que también coñac.

Murga, que te quiero bella
y si es posible en pelotas
el culo de marrón claro
y de magenta la boca.

Y así nos encontraremos
en medio del carnaval
y será tal la sorpresa
que beberemos cerveza.

Y los dos, medio borrachos,
nos miraremos los ojos
y los dos, como sensibles,
a la cama nos iremos.


Corazón helado de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 60x50 cm.

Pero la pobre cama
en Carnavales
no hace ninguna cosa
sino bailar y bailar.

Así que en la cama,
para sobrevivir,
hay que unirse con fuerza
al compañero de viaje.

Porque la cama
baila y baila,
te tira al suelo,
se pone como loca
y te pisa
y baila y baila
y sobre tus huesos,
baila.

Es por eso que a la cama
hay que ir acompañado
y agarrarse fuerte, fuerte
al que valiente acompaña.

Y decir, exactamente:
se lo juro por mi cuerpo
es decir, que sin usted
yo no tengo condimento.

Murga, que te quiero amor,
de violeta y carmín claro
estropeando los negocios
y, también, la educación.

Murga de amor, murga celosa
yo te amo locamente
y por eso me entretiene
verte morir de dolor.

Cuando el carnaval se va
se va con una canción:
Soy el carnaval
el dueño y señor
de todas las almas,
también del amor.

Y tan dueño soy
del señor del amor
que una murga final,
romperá su corazón.

Y no se romperá
ningún corazón
porque no se trata
de pedir perdón:

por haber mendigado
por ser rico de más.
Que no, que no, señor,
que no se trata
de pedir perdón
por haber amado
como aman las alas
de un pájaro muerto.

(sigue...)

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA