Me embargan hoy
amables sentimientos.
Al recordar su angustia
quiero apresurarme
a decirle
lo que fui antes,
lo que soy ahora.
Querida:
Me complace comunicarle
que no rodé por la pendiente.
Vivo en el Territorio Soviético
como el más entusiasta adherente.
No soy ya
el de antes.
Ahora no la haría sufrir
como entonces.
Tras la bandera de la libertad
y del trabajo luminoso,
estoy dispuesto a ir
al fin del mundo.
Perdóneme…
Sé que usted no es la de ayer.
Ahora vive
con un marido serio, inteligente.
A usted no le hacen falta
nuestros duros quehaceres,
y yo tampoco
le hago la menor falta.
Viva bajo
el signo de su estrella,
bajo su mansión renovada.
La saluda su amigo
que jamás la olvida.
El rey de la selva de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 60x50 cm.
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Gloria Fuertes
España, 1917 |
LA HUÉSPEDA
Sin comerlo ni beberlo
nos han encerrado en el Cuarto Oscuro
-¡la vida!-
(¡Qué cuarto de hora tan pequeño!)
¡Qué cuarto tan pequeño sin ventanas!
El mío tiene dos puertas, eso sí,
una cerrada,
-¡Y sólo Dios sabe dónde está la llave!-
y la otra de par en par...
Por ella entra y sale la fulana de la angustia...
...La dejé entrar en casa,
y me pidió quedarse,
me pilló en mal momento,
y la di manta y todo.
Vino para una noche,
y ya va para dos años;
...empezó a meter muebles,
y a adularme los versos...
Otras veces intenta matarme con su vino,
o con su droga barata de tristeza...
¡Voy a hacerlo!
¡Quiero deshacerme de ella!...
...El Abogado dice que no tengo derecho,
que ha pasado el periodo...
y que ha metido muebles...
y sigo con la Huéspeda.
La zorra de la angustia
anoche llegó mala...
¿Y cómo voy a echarla
si me vino preñada de esperanza?

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