SUMARIO
Editorial
Mario Benedetti
Defensa de la alegría
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Clarice Lispector
Cambie
Julio Cortázar
Te amo por ceja
Enrique Molina
Una experiencia
Rosalía de Castro
Una vez tuve un clavo
Oliverio Girondo
Gratitud
César Vallejo
Espergesia
Olga Orozco
El resto era silencio
Alfonsina Storni
Regreso en sueños
Animal cansado
Blanca Varela
Escena final
Robert Louis Stevenson
Fuerte y débilmente
Roberto Juarroz
Así como no podemos
Cada uno tiene su pedazo de tiempo
Miguel Oscar Menassa
La vejez me pisa los talones
Aforismos
Agenda Grupo Cero

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Blanca Varela

Perú, 1926

ESCENA FINAL

He dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna a morir
la eternidad es la oscura bisagra que cede
un pequeño ruido en la noche de la carne
soy la isla que avanza sostenida por la muerte
o una ciudad ferozmente cercada por la vida
o tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante indiferencia de los astros
desierto destino
inexorable el sol de los vivos se levanta
reconozco esa puerta
no hay otra
hielo primaveral
y una espina de sangre
en el ojo de la rosa.

 

Robert Louis Stevenson

Reino Unido, 1850

FUERTE Y DÉBILMENTE

Fuerte y débilmente en la chimenea
las ráfagas suspiran;
y a modo de respuesta disminuye
y centellea el fuego,
y el aposento se entenebrece y enciende
al compás de un aliento quedo.
Junto a la resonante chimenea
el joven, apartado,
presta oído con colores cambiantes
y el alma alborotada,
y en el vértice de la tempestad escucha
la voz del amor y la muerte.
Suena en lo alto el amor con sus notas
frágiles y aflautadas
como emanando de prados de abril
y apriscos en laderas;
pero el viento del bosque por la chimenea
profiere el lema de la muerte.

Roberto Juarroz

Argentina, 1925

ASÍ COMO NO PODEMOS

Así como no podemos
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.
No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo
las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.
El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,
ni tampoco a lo que no es el hombre.
Y sin embargo puede
soportar el peso inexorable
de lo que no existe.

 

CADA UNO TIENE
SU PEDAZO DE TIEMPO

Cada uno tiene
su pedazo de tiempo
y su pedazo de espacio,
su fragmento de vida
y su fragmento de muerte.
Pero a veces los pedazos se cambian
y alguien vive con la vida de otro
o alguien muere con la muerte de otro.
Casi nadie está hecho
tan sólo con lo propio.
Pero hay muchos que son
nada más que un error:
están hechos con los trozos
totalmente cambiados.

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA