SUMARIO
Editorial
Mario Benedetti
Defensa de la alegría
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Clarice Lispector
Cambie
Julio Cortázar
Te amo por ceja
Enrique Molina
Una experiencia
Rosalía de Castro
Una vez tuve un clavo
Oliverio Girondo
Gratitud
César Vallejo
Espergesia
Olga Orozco
El resto era silencio
Alfonsina Storni
Regreso en sueños
Animal cansado
Blanca Varela
Escena final
Robert Louis Stevenson
Fuerte y débilmente
Roberto Juarroz
Así como no podemos
Cada uno tiene su pedazo de tiempo
Miguel Oscar Menassa
La vejez me pisa los talones
Aforismos
Agenda Grupo Cero

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Alfonsina Storni

Argentina, 1892

REGRESO EN SUEÑOS

Boca perdida en el vaivén del tiempo;
detrás de los paisajes escondida;
boca hacia atrás huyente en el espacio;
boca muerta que fuiste boca viva:

Torbellinos de rostros te apagaron,
tú, que eras rosa ya palidecida;
bloques de casas, cielos circulantes,
telones fueron a velarte esquiva.

Alguna vez la punta de la llama
pintó en el aire la ligera estría
de tu boca atersada a finos verbos:
seda en la seda, flor más florecida.

Yo levanté la mano para asirte
en la nube traslúcida que lucía
acuchillada del cuchillo mismo
que parte en dos la ya palidecida.

Y a veces, en el fondo de otra boca,
flor de agua pura aún más verdecida,
hube de hallarte. Mas se abrió tu boca
como la sal al viento en las salinas...

Pero anoche, ¿de dónde regresaste?
¿De tumbas de agua? ¿De raíz nutrida
en anchos bosques? ¿De trasmundos malva?
¿Qué cadena de seres te fue guía?

Cortaste los paisajes y los rostros,
los circulantes cielos en huidas.
bloques de casas, hojarasca de horas,
y me hallaste no muerta, que dormida.

Pájaro de aire, reposó la boca
sobre la boca mía anochecida.
Mas no era boca. A musgo, macerado
en los soles de Dios, se parecía.

ANIMAL CANSADO

Quiero un amor feroz de garra y diente
que me asalte a traición en pleno día,
y que sofoque esta soberbia mía,
este orgullo de ser todo pudiente.

Quiero un amor feroz de garra y diente
que en carne viva inicie mi sangría,
a ver si acaba esta melancolía
que me corrompe el alma lentamente.

Quiero un amor que sea una tormenta,
que todo rompe y lo remueve todo
porque vigor profundo la alimenta.

Que pueda reanimarse allí mi lodo,
mi pobre lodo de animal cansado,
por viejas sendas, de rodar, hastiado.

 

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA