CUMPLIR 61 AÑOS
CUANDO ESTALLA LA GUERRA
Hoy escuché a mi mundo,
el mundo donde vivo,
clamando por la guerra,
por la guerra total.
A matar, a matar,
gritaban los periódicos.
A matar, a matar,
decían por T.V.
A vengar nuestros muertos,
vociferaba el pueblo.
A matar, a matar,
enemigos, más allá.
Iremos por el aire;
iremos por el mar
y por la tierra iremos
escuchen el compás:
Vi morir una madre
de frío en la vereda,
esperando a su hijo
que nunca volverá.
Y una mujer moría
clavada en una espada,
que su amante muy joven
no supo manejar.
Y vi morir reptiles
atados a sí mismos
y vi morir el canto
en la voz del cantor.
Y mi madre moría
quemada por el fuego,
cual bruja o hechicera
del tiempo del terror.
La guerra se ha extendido
por mi mundo y el mundo.
Al aire libre no vivirá
ningún poema.
Al aire libre no habrá
ningún amor.
En las trincheras se hablará
de la muerte
y por las noches se soñará
el horror.
Al alba, el miedo
vivirá en la palabra.
En los pechos maternos
se escuchará el fragor.
En el colegio el niño,
aprenderá a matar.
A cuidarse del compañero niño,
del maestro.
A cuidarse del cielo en su conjunto,
hasta del alma.
A cuidarse del viento huracanado
y de la brisa.
Del volcán poderoso que vomita
fuego y basura
y la pequeña colina perfumada
florecida y abierta.
En cualquier pequeño lugar
de cualquier Patria,
aunque sea la nuestra,
oscurece, se pliega la montaña,
se hace invisible el agresor.
En plena oscuridad
ya no se sabe:
¿quién es el asesino?
¿quién tiene que morir?
En semejante oscuridad,
que produce la guerra,
ya no se sabe
dónde está la amada,
ya nadie sabe
dónde anida el traidor.
Por eso nos miramos
los unos a los otros,
presintiendo un culpable
en cada humanidad.
Nos persigue el delirio
de una guerra sin fin.
Enigma, de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x81 cm.
|
Amor de la piel y la piedra, de Miguel Oscar Menassa. Óleo sobre lienzo de 46x38 cm.
El Capitán herido
gritaba a las estrellas:
Habrá guerra, habrá guerra
y todos morirán.
Cristianos, musulmanes,
ricos y pobres,
todo el mundo muriendo
por un poco de paz.
Todo el mundo muriendo
de una vieja moral:
La guerra es necesaria
aunque sea fatal.
Nada de nada,
no puedo escribir nada.
Todo el mundo está en guerra
y el poema está quieto,
detenido
como un preso de guerra,
en silencio
como en la esclavitud,
caído de dolor
cual torre muerta.
De “Al sur de Europa”
-En los celos hay más amor propio que amor. (François de La Rochefoucauld)
-Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio. (Michel de Montaigne)
-Los celos son una mezcla explosiva de amor, odio, avaricia y orgullo. (Alphonse Karr)
-Los celos no son corrientemente más que una inquieta tiranía aplicada a los asuntos del amor. (Marcel Proust)
-Los celos se nutren de dudas y la verdad los deshace o los colma. (François de La Rochefoucauld)
-Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tienen tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de las demás...! (Oscar Wilde)
-El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba. (Salomón)
-El enamorado celoso soporta mejor la enfermedad de su amante que su libertad. (Stendhal)
-Los celos cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y la ambición. (Voltaire)
-Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad. (Honoré de Balzac)
-Ligerezas como el aire son para el celoso fuertes confirmaciones, como un testimonio de las Sagradas Escrituras. (William Shakespeare)
-Celos son hijos del amor, mas son bastardos, te confieso. (Lope de Vega)
-Pedir celos es despertar a alguien que está durmiendo. (Refrán)
-Marido celoso, no tiene reposo. (Refrán)
-La envidia es una declaración de inferioridad. (Napoleón I)
-Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien. (Proverbio árabe)
-El envidioso puede morir, pero la envidia nunca. (Molière)
-¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes! (Miguel de Cervantes)
-La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come. (Francisco de Quevedo)
-Después de aquellos que ocupan los primeros puestos, no conozco a nadie tan desgraciado como quien los envidia. (Marquesa de Maintenon)
-La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren. (Arthur Schopenhauer)
-La indignación moral es, en la mayoria de los casos, un dos por ciento de moral, un cuarenta y ocho por ciento, indignación, y un cincuenta por ciento, envidia. (Vittorio de Sica) |