JOHANN WOLFGANG VON GOETHE
Alemania, 1749 |
INFINITO
No poder terminar, es tu grandeza,
no poder empezar, es tu destino.
Cual la celeste bóveda, tu verso
gira y gira y es siempre un verso mismo,
en que no se percibe claramente
cuáles sean su final ni su principio,
y lo que va en el medio es evidente
que es igual a su término y su inicio.
Eres la verdadera fuente de que todas
las líricas fruiciones se derivan,
y cuyas ondas, sin cesar manando,
son copiosas, eternas, infinitas.
Boca a los besos siempre predispuesta,
canción de amor que de los pechos brota,
garganta siempre de bebida ávida,
corazón que se entrega y se abandona.
¡Húndase el mundo entero; no me inquieta!
¡Contigo solo, Hafiz, competir quiero!
¡Contigo compartir penas y goces,
como hermanos, mellizos, es mi anhelo!
¡Sean mi orgullo y mi vida solamente
en los labios libar de mi adorada
y en la copa en que el vino da destellos!
¡Lo mismo que haces tú, Hafiz insigne,
tú, mi amigo, mi hermano, mi maestro!
¡Resuene, pues, el canto sin reposo,
lleno de vital fuego!
¡Que si eres viejo, Hafiz, eres también
eternamente nuevo!
10 de nov. de 1814
(Libro de Hafiz
Diván de Oriente y Occidente)
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CALDERÓN DE LA BARCA
España, 1600 |
LA VIDA ES SUEÑO
Fragmentos
Jornada primera
Escena II
Segismundo
¡Ay, mísero de mí, y ay, infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido:
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber
para apurar mis desvelos
(dejando a una parte, cielos,
el delito de nacer),
qué más os pude ofender,
para castigarme más.
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
que yo no gocé jamás?
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma;
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas
(gracias al docto pincel),
cuando, atrevida y cruel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto;
¿y yo, con mejor instinto,
tengo menos libertad?
(sigue...) |