GIUSEPPE UNGARETTI
Egipto, 1888 |
¿POR QUÉ?
Carsia Giulia, 1916
Necesita reposo
mi lóbrego corazón disperso
En las cavidades fangosas de los guijarros
como una hierba de esta región
quiere temblar despacio a la luz
Pero yo no soy
en la honda del tiempo
más que la escama de los guijarros carcomidos
del improvisado camino
de guerra
Desde que ha mirado la cara
inmortal del mundo
este loco ha querido saber
cayendo en el laberinto
de su corazón afligido
Se ha aplastado
como un riel
mi corazón que escuchaba
pero se descubría siguiendo como una estela
una navegación desaparecida
Miro el horizonte
que se salpica de cráteres
Como esta noche
mi corazón quiere iluminarse
al menos con surtidores de cohetes
Sostengo mi corazón
que se retrae
y explota y atruena
como un proyectil
en la llanura
pero no me deja
ni siquiera un signo de vuelo
Mi pobre corazón
atemorizado
de no saber
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ANIQUILACIÓN
Versa, 21 de mayo de 1916
El corazón ha prodigado las luciérnagas
se ha encendido y apagado
de verde en verde
he deletreado
Con mis manos plasmo el suelo
esparcido de grillos
me modulo
con
igual sumiso
corazón
Me quiere no me quiere
me he esmaltado
con margaritas
me he enraizado
en la tierra podrida
he crecido
como un crespón
en el tallo torcido
me he cogido
en la zambullida
del espino albar
Hoy
como el Isonzo
de asfalto azul
me fijo
en la ceniza del arenal
descubierto por el sol
y me transformo
en vuelo de nubes
Al fin del todo
desenfrenado
el habitual ser asustado
ya no indica el tiempo con el corazón
no tiene tiempo ni lugar
es feliz
Tengo en mis labios
el beso del mármol
El botón rojo, de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 38x61 cm.
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