SUMARIO
Editorial
Vladimir Maiakovski
Prólogo de "La nube en pantalones"
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Delmira Agostini
En tus ojos
Nocturno
Fernando Pessoa
Más allá de la curva del camino
Es tal vez el último día de mi vida
Eliseo Diego
El día de los otros
César Moro
Un camino de tierra en medio de la tierra
El plato de sombrero
Juan L. Ortiz
Sobre los montes
Venía de las colinas
¿Quién eres tú?
Fui al río
Germán Pardo García
Llanto lunar
Adelanto de la "Antología Poética" de Miguel Oscar Menassa
Llegó la poesía y me dijo
Al Sur de Europa
El genoma humano
Aforismos
Flamenco, Tango y Poesía

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EDITORIAL

PRÓLOGO DE
“LA NUBE EN PANTALONES”

A vuestros pensamientos que sueñan
sobre sus sesos reblandecidos
como un gordo lacayo sobre un sofá grasiento
quiero irritarlos
con un jirón sangriento de mi corazón,
me burlaré hasta hartarme, mordaz y atrevido.

¡No tengo en el alma ni una sola cana
ni tampoco hay en ella ternura senil!
Ensordeciendo al mundo
con el poder de mi voz avanzo hermoso,
con mis veintidós años de existencia.

¡Los delicados
tocan el amor con tiernos violines!
Pero el rudo se sirve de timbales.
Prueben, como yo,
a darse vuelta como un guante
y ser todo labios.

¡Venid!
¡Aprended!

Mujeres que hojean los libros mojando los labios,
como cocineras repasando un libro culinario.
Dejad vuestras salas, sedas, batistas,
y la decente decencia de vuestras ligas angelicales.

Si es eso lo que queréis,
enloqueceré con la carne,
y como el cielo cambiaré de matiz.
Si es eso lo que queréis
seré intachablemente delicado.
No seré un hombre,
sino
una nube en pantalones.

No creo que exista una Niza florida.
De nuevo
glorifico
a hombres cansados como un hospital,
y a mujeres gastadas como un refrán.

Vladimir Maiakovski

NOTAS DE DIRECCIÓN

Recientemente, las autoridades de Reino Unido y Alemania han tachado de pornografía la obra pictórica de Egon Schiele, que falleció el 31 de octubre de 1918.

Más de 9.000 personas relacionaron la obra 'Teresa soñando' -de Balthus, 1938- con el abuso sexual y pidieron al Metropolitan de Nueva York la retirada del cuadro. El museo se negó.

Facebook canceló la cuenta de un internauta después de que publicara la obra 'El Origen del mundo' -de Gustave Courbet, 1866- en la que se ve una vagina.

Además, una galería de Manchester directamente ha descolgado el cuadro de 'Hylas y las ninfas' -J.w. Waterhouse, 1896- para crear debate sobre el tema.

En un instituto de enseñanza superior, la Comunidad de Madrid ha enviado una auditora para decidir si el mito de Apolo y Dafne podía considerarse acoso sexual.

Aunque pueda parecer mentira, las frases anteriores son noticias aparecidas en los medios de difusión los últimos meses. Dicho esto, se hace difícil continuar el texto sin proferir exabruptos y maldiciones. Pero intentaremos reflexionar un poco.

La censura, según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, es la 'intervención que practica el censor en el contenido o en la forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas'. En un sentido amplio se considera como supresión de material de comunicación que puede ser considerado ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario para el gobierno o los medios de comunicación según lo determinado por un censor.

Así que esas tenemos. Estamos en una época de involución cultural (que, como sabemos, es el reflejo de la sociedad) por motivos aparentemente morales, bienpensantes, políticamente correctos.

"Se empieza por ceder en las palabras y se acaba a veces por ceder en las cosas", escribió Sigmund Freud. Así que llamemos a las cosas por su nombre:

Una de las principales ocupaciones de los poderosos es encontrar siempre mecanismos para mantener a raya, es decir, siempre sometidos, a los demás. Y para ello recortan de mil maneras inimaginables cualquier atisbo de libertad. Sobre todo, la libertad de pensamiento, que es la libertad de hablar.

Así, censurar por inmorales ciertas manifestaciones artísticas, además del efecto rebote, redunda en considerar las palabras que las nombran también como inmorales. Al final, se trata de silenciar cualquier voz que pueda poner en peligro su permanencia e inaccesibilidad.

Desde esta revista tenemos la obligación de denunciar a los tramposos y sus trampas (la principal hoy día es esa moralina barata tan acorde a ciertos presidentes de gobierno que conocemos).

Es por eso que para la editorial hemos recurrido a alguien que nunca se dejó engañar: Maiakovski. Léanlo con detenimiento, porque cualquier día de estos quizá nos lo prohíban.

Feliz primavera.

Carmen Salamanca
Directora

 

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA