SUMARIO
Menassa en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles
Por Alejandra Menassa
Por Emilio Porta
Por Paloma Benito Fernández
Miguel Oscar Menassa
La Patria del Poeta I
La Patria del Poeta II
Poesía 2000
Sin buscar sentidos
Soy me doy cuenta
Socios de Honor
Agenda
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Miguel Oscar Menassa

Dos voces en una palabra

No era sólo en la voz del poeta donde cantaban las palabras, otros sonidos, vinieron, aquella tarde a entrelazarse con los fonemas para alcanzar elevadas esferas de expresión y sensibilidad, las de dos artistas Miguel Oscar Menassa y Pablo Borrego que, por vez primera decidieron, desde el respeto y la admiración mutua, colocarse frente a frente para ofrecernos, en un único recital, innumerables melodías cargadas de nostalgia, deseo, algarabía, pasión y muerte. La velada se inauguraba con el ilustre Adiós Nonino de Piazzolla para dar la entrada a los versos de La patria del poeta, que, por cierto, es tierra de tangos, una tierra sembrada de improvisaciones en sol menor, re mayor y la menor y arada por algunos versos que vaticinaban, aun sin saberlo, la fecundación, en un mismo embrión, de cuerda vocales e instrumentales: "Apóstol del verbo, en mi garganta nacieron desde el primer encuentro, mil cuerdas oceánicas y cantoras…", un nuevo tango, esta vez de Carlos Gardel El día que me quieras, clausuraba ese primer movimiento.


Público asistente al acto

Sin solución de continuidad, tres danzas de la Suite I de Bach acompañaban algunos versos más en el segundo tiempo: la marea baja del Preludio mecía los arpegios deshojados de “Poesía 2000”, la excitación rítmica, en tempo ternario, de la Courante, dibujaría el perfil del estremecimiento ante la Lejanía y los acentos quebrados de la Sarabanda vendrían a recordarnos que "Hay cosas de la infancia que no vuelven". Tras una cadencia "rota" por los insistentes aunque entusiastas aplausos del público, tal vez poco acostumbrado a los protocolos de la llamada "música culta", cuatro melodías tradicionales de aire celta para el tercer movimiento: "El hombre vuela, se hace nostalgia, vuela" "agazapado, esperando el sonido", quizá el de Star of the County Down, A los cincuenta años…"el baile sin pareja, la música sin fondo" al compás de la danza country Pool's Hole, "No tengo que dejarme cegar por luz alguna" y "Cuando se abran los vientres" en los tempos larghetto y andante de The Flower of the Quern y Parson's Fareweell respectivamente, despidiendo la sección.


E.Porta y M.O.Menassa conversando

www.miguelmenassa.com

 


Tercer embarazo de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo, 65x50 cm

La Gigue de la Suite II de Bach, en la sombría tonalidad de re menor, ilustra "El adiós del poeta", el encuentro con la cultura y la necesidad ineludible de proseguir su viaje, y lo hace de la mano de varios textos pertenecientes al volumen "La poesía y yo", a modo de cuarto movimiento. En "Sin buscar sentidos" enuncia: "pisar aquí y allá, quedarse siempre en el mismo sitio y volar", como los continuos giros de rotación y traslación de un vals, en esta ocasión, del romántico Chopin y "Ni como tú ni como yo" continúa explorando los "exóticos manjares y preludios" de la música nacionalista rusa.


M.O.Menassa y E.Porta al finalizar el acto

Un nuevo solo interrumpe el codiciado verbo, el tango Oblivión de Piazzolla despliega la voz más profunda y emotiva del violonchelo y el canto de la Siciliana de Von Paradis tendrá el honor de acompañar "Soy me doy cuenta", una auténtica oda a esa libertad que pide el poema, una libertad infinita: "Más que una danza para ser bailada por todos, una danza que tenga, de todos, el movimiento más preciso". Cada nota en su compás, cada palabra en su verso, sin que falte ni sobre nada en esta recién creada sinfonía. Callan las cuerdas, escuchamos los últimos versos de "Viví como pude": "ningún amor ama mi soledad, fantasma de fantasmas sin cadenas", y es que quizá, después de esa emancipación tan anhelada, todavía queden algunas cadenas por violar, las del silencio, ese silencio que confiesa amar el poeta y que resulta necesario para puntuar cualquier acontecer de la vida misma, ya transcurra entre sonidos o entre palabras.

Paloma Benito Fernández
Profesora de música

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA