SUMARIO
Editorial
Miguel Oscar Menassa
Estoy contento de tanto haber amado
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Vladimir Maïakovski
De niño
Suele ser así
¡Oíd!
Robert Desnos
Identidad de las imágenes
Una hoja
La primera calle a la derecha
Como una mano
Cuento de hadas
Infinitivo
Oliverio Girondo
El tren expreso
Siesta
Yoyeo
A mí
Juana de Ibarbourou
El dulce milagro
Adelanto del libro
“ANTOLOGÍA POÉTICA”
de Miguel Oscar Menassa
La venganza del nautrino
Aforismos
Agenda Grupo Cero

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Adelanto del libro
“ANTOLOGÍA POÉTICA”
de Miguel Oscar Menassa

AFORISMOS


LA VENGANZA DEL NEUTRINO

La tierra será
un hotel de lujo
para los cuatro señores
que apretarán los botones.

Cada uno, cada día,
hará de padre y de madre,
de mujer y de hombre,
y los tres días que quedan
los habrán de utilizar
para quitarse de encima
la radiación general.

Y cuando ya estaban,
digamos, purificados
vino el viento del Oeste
y, otra vez, trajo la peste.

Los neutrones y protones
y hasta, inexplicablemente,
había dos neutrinos
que por la seriedad
se podía pensar
que los neutrinos
por primera vez
estaban en la tierra.

Los dos neutrinos venían
de un agujero negro
que permitía viajar
desde la tierra a plutonio
o de plutonio a la tierra
en 15 ó 20 minutos,
según el conductor.

Los neutrinos estaban
muy asombrados
que la tierra toda
fuera para cuatro.

Cuando los poderosos
llegaron a percibir
que el neutrino lo sabía,
lo sabía casi todo,

el neutrino,
claramente,
debía morir
para no contar
que había visto
cómo cuatro humanos
mataban la humanidad.

El neutrino, escapándose
al saberse perseguido,
se metió dentro de la vaca.

Y la pobre vaquita
se puso muy enferma
y, como trataba
de imitar a los hombres,
los hombres la llamaban
la vaca loquita
y cuando se la comían
se volvían locos y morían.

Lo peor de la historia
es que las vacas locas
eran la comida
de los cuatro del botón.

Y colorín colorado,
este cuento terminó
con la loca de la vaca
bailando de carnavales
y todos los hombres muertos
y los cuatro del botón
muertos por intoxicación.

Del libro Canciones 2003-2004

 

 

-Las epidemias han tenido más influencia que los gobiernos en el devenir de nuestra historia. (George Bernard Shaw)

-La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano. (Aldous Huxley)

-El arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad. (Voltaire)

-Una salud demasiado espléndida es inquietante, pues su vecina, la enfermedad, está presta siempre a abatirla. (Giovanni Papini)

-El aburrimiento es la enfermedad de las personas afortunadas; los desgraciados no se aburren, tienen demasiado que hacer. (A. Dufresnes)

-Si estás bueno del estomago, y no te duele ningún costado y puedes andar con tus pies, ninguna otra cosa mejor te podrán añadir todas las riquezas de los reyes. (Horacio)

-La sociedad no es una enfermedad, sino un desastre. Es un milagro estúpido que consigamos vivir en ella. (Emil Cioran)

-La vejez es una enfermedad como cualquier otra en la cual al final uno se muere irremisiblemente. (Alberto Moravia)

-La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. (Madre Teresa de Calcuta)

-La guerra es una enfermedad como el tifus. (Antoine de Saint-Exupéry)

-La experiencia es una enfermedad que no se contagia. (Enrique Jardiel Poncela)

-La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia. (Amos Bronson Alcott)

-El tedio es una enfermedad del entendimiento que no acontece sino a los ociosos. (Concepción Arenal)

-Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio. (Baltasar Gracián)

-La enfermedad es el tirano más temible. (Albert Camus)

-Las enfermedades son los intereses que se pagan por lo placeres. (John Ray)

-Saludable es al enfermo la alegre cara del que le visita. (Fernando de Rojas)

-Casi todos los hombres mueren de sus remedios, no de sus enfermedades. (Molière)

-El enamorado celoso soporta mejor la enfermedad de su amante que su libertad. (Stendhal)

-Cuando gozamos de salud, fácilmente damos buenos consejos a los enfermos. (Tácito)

-Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle. (Sócrates)


Así se baila el tango I, de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x73 cm.

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA