Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2214)

Para después entrar en otro capítulo donde se plantea la materia del arte por medio de “La nube” de Maiacovski donde el significante se desliza en interrogaciones como ¿Hay hombre en el poeta? ¿Hay poeta en el hombre? o en frases como “La Poesía habita en nosotros desde las primeras palabras, ella es esa letra indeleble grabada en una grieta” “...la grieta es el lugar donde nuestro hombre habla” y donde la autora da cuenta de que la vida humana es en la palabra y del cómo hacer los Versos, acercándonos al sentido que hace surgir el verso “si es posible el poema es posible la vida”, en un apartado que titula La poesía en la Vida.

El libro termina con un capítulo donde la interrogación que plantea es ¿Qué es el poema? donde podemos leer que el poema y el poeta sólo se encuentran en lo escrito. Instante del que se separarán para comenzar a habitar destinos distintos, tiempos distintos. En este capítulo se abren cuestiones como los primeros pasos, donde leemos:

Amo también lo que no fui
ni soy
ni seré
Y escribo.

Y nos propone un destino lúdico, porque “lo que es juguete para el poeta es destino para el loco”, y el trabajo creativo y la sexualidad, porque el trabajo creativo produce la obra y el goce, y el exilio como condición del hacedor de versos, y el síntoma y el fantasma como vías hacia el vacío necesario para la creación, concluyendo el libro presentándonos a la Dama de la cuestión analítica: La libido, a la que se propone arrancar de sus monstruos: “Ligada a casi nada la dama de nuestra cuestión, la libido, evoca su pasado tratando de aferrar lo tangible y concreto que pasó, para encontrarse intemporal, escinedida en el tiempo.

Desde siempre inmemorial. Amor no sabe nada.

Laberíntico itinerario de la palabra en la sangre, avenidas del derrumbe y el oasis, desértica flor en medio del escenario”.
Podríamos decir que este libro es un canto a la mujer y a la creación.

Amelia Díez Cuesta

Dibujo original de Miguel Oscar Menassa (D2209)