SUMARIO
Editorial
Leopoldo de Luis
Los nombres de las cosas
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
José Portogalo
Elogio del esfuerzo
Walt Whitman
Una araña paciente y silenciosa
Juan Gelman
Fábricas de amor
Alejandra Pizarnik
Nemo
La noche
La luz caída de la noche
Anillos de ceniza
Ojos primitivos
Silvia Plath
Las voces
Guillaume Apollinaire
Cortejo
Julio Cortazar
Toco tu boca
Mario Benedetti
Síndrome
Charles Baudelaire
El hermoso navío
Lord Byron
Melodía hebrea
Vicente Aleixandre
Total amor
Adelanto del libro
“ANTOLOGÍA POÉTICA”
de Miguel Oscar Menassa
Hoy estoy casi muerto
Aforismos
Agenda Grupo Cero

Descargar nº 187 en PDF

Lord Byron

Reino Unido, 1788

MELODÍA HEBREA

1

Tu vida terminó, tu fama empieza,
Y en los cantos que van de boca en boca,
Tus batallas, tu gloria y tu grandeza
El amor patrio con delirio evoca,
Y el bien supremo de la patria amada:
La libertad que restauró tu espada.

2

No morirás, aunque en la lid caíste,
Mientras libres nos mires en la altura;
La sangre generosa que vertiste
No fue embebida por la tierra impura.
En nuestras venas rápida se agita,
Y en nosotros tu espíritu palpita.

3

Tu nombre habrá de ser grito de guerra
Al cargar nuestros bravos escuadrones,
y tu fin inmortal sobre la tierra
Las vírgenes harán en sus canciones.
No necesita lágrimas tu gloria:
¡Sería el llanto ofensa a tu memoria!


Recuerdo del Caribe II de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x81 cm.

Vicente Aleixandre

España, 1898

TOTAL AMOR

No.
La cristalina luz que hiere el fuego,
que deshace la frente como un diamante al fin rendido,
como un cuerpo que se amontona de dicha,
que se deshace como un resplandor que nunca será frío.

La luz que amontona su cuerpo como el ansia que con nada
se aplaca,
como el corazón combatiente que en el mismo filo
aún ataca,
que pide no ser ya él ni su reflejo, sino el río feliz,
lo que transcurre sin la memoria azul,
camino de los mares que entre todos se funden
y son lo amado y lo que ama, y lo que goza y sufre.

Esa dicha creciente que consiste en extender los brazos,
en tocar los límites del mundo como orillas remotas
de donde nunca se retiran las aguas,
jugando con las arenas doradas como dedos
que rozan carne o seda, lo que estremeciéndose se alborota.

Gozar de las lejanas luces que crepitan
en los desnudos brazos,
como un remoto rumor de dientes jóvenes
que devoran la grama jubilosa del día,
lo naciente que enseña su rosada firmeza
donde las aguas mojan todo un cielo vivido.

Vivir allá en las faldas de las montañas
donde el mar se confunde con lo escarpado,
donde las laderas verdes tan pronto son el agua
como son la mejilla inmensa donde se reflejan los soles,
donde el mundo encuentra un eco entre su música,
espejo donde el más mínimo pájaro no se escapa,
donde se refleja la dicha de la perfecta creación
que transcurre.

El amor como lo que rueda,
como el universo sereno,
como la mente excelsa,
el corazón conjugado, la sangre que circula,
el luminoso destello que en la noche crepita
y pasa por la lengua oscura, que ahora entiende.

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA