SUMARIO
Editorial
Pablo Neruda
Las causas
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Konstantino Cavafis
Fin
En la calle
Días de 1903
Vicente Aleixandre
El poeta se acuerda de su vida
Walt Whitman
Una araña paciente y silenciosa
Gonzalo Rojas
Perdí mi juventud en los burdeles
Charles Baudelaire
La voz
León Felipe
Misterio
¡Oh Memoria, Memoria!
Robert Desnos
Como una mano
Cesare Pavese
La casa
Oliverio Girondo
Espantapájaros (18)
Aimed Cesaire
Entre otras masacres
Hakima Abdoun
Cuerpo con vagina
Victoria Santa Cruz
¡Me gritaron negra!
Miguel Oscar Menassa
Cumplir 62 años
Agenda Grupo Cero

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León Felipe

España, 1884

MISTERIO

Aquí estoy solo... siempre solo...
siempre entre el relámpago y el trueno...
en este irascible fogonazo, que es la vida,
lleno de angustia y de pavor.
Esto es lo que sé...
esto es lo que puedo decir.
¿Qué otra cosa puedo preguntar?
¿Cómo se llama Dios?
¿Cómo me llamo yo?
Dios se llama “Misterio”.
Yo me llamo “Misterio”...
No hay más que sombras, sombras, sombras...
Y este irascible fogonazo, que es la vida,
lleno de angustia y de pavor...
que también se llama “Misterio”.

..........................

¡OH MEMORIA, MEMORIA!

Siempre sin saber por dónde entré
sin saber por dónde he de salir
y sin saber a dónde me van a llevar...
porque a algún sitio me tienen que llevar
que de algún sitio me han traído...
Y... ¿Quién me trajo?
¿Quién me trajo aquí?
¿A quién le dije yo que me trajera?
No recuerdo nada... ¿Hay alguno que recuerde?
¡Oh, memoria, memoria!... Siempre sin memoria.
Todos sin memoria...
Y sólo un cerco duro de sombras y misterio
donde se estrellan los gritos, los lamentos y todas
las preguntas.

 

Robert Desnos

Francia, 1900

COMO UNA MANO

Como una mano que en el instante de la muerte y del
naufragio
Se levanta al modo de los rayos del sol poniente, así surgen
por todas partes tus miradas.

Quizá ya no haya tiempo, ya no haya tiempo para verme,
Pero la hoja que cae y la rueda que gira te dirán que nada
perdura en la tierra,
Salvo el amor,
Y de esto quiero convencerme.
Botes de salvamento de colores rojizos,
Tempestades en fuga,
Un vals anticuado que se lleva el tiempo y el viento por los
largos caminos del cielo.
Paisajes.
No quiero más abrazos que aquel al que aspiro,
Y muera el canto del gallo.
Como una mano que en el instante de la muerte se crispa,
así se oprime mi corazón.
Nunca he llorado desde que te conocí.
Quiero demasiado a mi amor para llorar.
Tú llorarás sobre mi tumba,
O yo sobre la tuya.
No será demasiado tarde.
Hasta mentiré. Diré que fuiste mi amante,
Y al final todo es tan absolutamente inútil,
A ti y a mí muy cerca nos espera la muerte.

Versión Aldo Pellegrini


En las penumbras de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 40x40 cm.

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