LA PRUEBA

Y los discípulos le preguntaron al maestro:
Maestro, ¿son legítimos, son buenos estos versos?
Y el maestro les dijo: Comprobadlo vosotros. Hacedlos
saltar como monedas sobre la sombra dura de los túneles ciegos,
en la piedra mojada por la angustia, que hay al final
de ciertos sueños
o en la calavera del último jinete que pereció de sed
en el desierto.
Si suenan bien, si suenan como el allegretto
de la Séptima, por ejemplo,
o como el padre nuestro,
ya tenéis un poco de dinero
para envenenar a la serpiente, para pagar a los barqueros,
para sobornar al centurión que está de guardia bajo la gran ojiva del silencio
y para abrir las puertas del infierno.

León Felipe

Fluctuación marina de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 100x73 cm.

El horizonte se despeja, tras la tempestad en la que nos hemos visto envueltos el último año. La pandemia, tema predominante en nuestras conversaciones, parece que se está controlando a nivel mundial.

Ahora podemos hablar de otras cosas, como por ejemplo en qué estado se encuentran los derechos humanos, entre los cuales se encuentra la educación.

O de qué manera los gobiernos cuidan a los ciudadanos, si es que lo hacen.

O quiénes han salido beneficiados del desastre (siempre los hay, recordemos que "a río revuelto, ganancia de pescadores").

O por qué los políticos se empeñan en seguir tratando a la población como si fuese un puñado de borregos.

Tras la cortina de humo de la pandemia, resurgen temas recurrentes, eternos, ancestrales que, tras siglos de humanidad, siguen sin resolverse y, lo que es peor, sin ninguna voluntad de solucionarlos.

La salvación es individual, uno a uno, no hay otra manera de ayudar a los demás.

Un poco de psicoanálisis, un poco de poesía, nos harán comprender el valor de la generosidad. Y eso ya es un paso.

Reflexionemos un poco, leamos y veamos la vida con otros ojos.

Feliz verano, en septiembre volveremos a la carga.

Carmen Salamanca
Directora
carmensalamanca@grupocero.info