HAY ALMAS QUE TIENEN...
8 de febrero de 1920
Hay almas que tienen
Azules luceros,
Mañanas marchitas
Entre hojas del tiempo,
Y castos rincones
Que guardan un viejo
Rumor de nostalgias
Y sueños.
Otras almas tienen
Dolientes espectros
De pasiones. Frutas
Con gusanos. Ecos
De una voz quemada
Que viene de lejos
Como una corriente
De sombra. Recuerdos
Vacíos de llanto,
y migajas de besos.
Mi alma está madura
hace mucho tiempo.
Y se desmorona
Turbia de misterio.
Piedras juveniles
Roídas de ensueño
Caen sobre las aguas
De mis pensamientos.
Cada piedra dice:
¡Dios está muy lejos!
PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO
EL CAMBORIO
EN EL CAMINO DE SEVILLA
A Margarita Xirgu
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
Guardia Civil caminera
lo llevó coco con codo.
*
El día se va despadio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceiturnas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.
Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre, con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos,
tiritando bajo el polvo.
*
A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro. |