LOS CUENTOS DE NORMA
Norma Menassa
PVP: 15 € (208 págs.)
SUNU GAAL (Senegal)
.../...Me quedé sin jardín, y grité sunu gaal, el nombre de tu río Senegal, el río de nuestra canoa, donde las olas estallaban. Ahora las mariposas también dejaron de ser libres y se posan sobre tu nombre ya libre de sustancia, que quedó en el medio de una frase, sin sentido perdido en medio de la calle.Yo te esperaba, me impacientaba cada día con tu regreso, era como cuando ibas al mar y no sabía si regresarías o no porque el mar te había tragado, y yo quedaba colgada de tu imagen, esperando hasta que se desvanecían mis presagios y te veía llegar siempre trayendo el alimento.
Frente a esta realidad, la realidad de esta tarde donde te espero, perdí la razón y negué el cansancio de tu corazón que no quiso seguir en esta historia. Que desconocí su manera imprevista de pararse y en mi delirio pensé que esta vida no era la mía, que ésta fue la historia enmascarada de una libertad que se estrelló en un ir y venir sin fin, sin comienzo.
Negro sobre blanco y se agrietó el tiempo, como se habían agrietado nuestras ilusiones de vivir en otro país, pero no nos dejaron, hachazos sobre el negro martirizado por un poco de libertad imaginada, desde esta nueva esclavitud que coaguló la sangre y se transformó en una lluvia roja que empapó hasta los huesos a la palabra España.
Te diré adiós desde este asombro que me inmoviliza y desde este espacio convertido en vidrio donde se rompen los ruidos de mi llanto que el eco multiplica. Cubriré mi desnudez con la manta en esta noche para hablarte, y viviré en este espacio donde vive mi pasión, conduciendo mis pasos hacia atrás, hacia lo que dejé y hacia lo que me dejó, y pasos hacia adelante, hasta aprender a quedarme quieta como el cedro donde podré escribir siempre la misma palabra: nosotros, y debajo nuestros nombres mortales, porque tal vez amar es la única manera de aprender a caminar sobre este mundo. |
DECIDO VIVIR
Carmen Salamanca Gallego
PVP: 10 € (68 págs.)
NUNCA HICE DIANA
Naciendo al revés de la costumbre,
caí en territorios donde tu poder
lleva nombre de acierto.
Barajando hipótesis de aislada razón,
renuncié a equiparar mi voz con tu puntería,
el tacto de mi piel con tu salvaje cabellera,
tu vigorosa anatomía
con las caricias que sostienen mi cuerpo.
Es cierto, nunca hice Diana,
con la vida, hice Carmen.
ESPERANDO
Esperando se van de forma las caídas,
los huecos de mirada obtusa.
Caen explicaciones de nada,
fatuos argumentos del odio.
Esperando resurgen fantasías
acerca del amor y el olvido.
Nada concuerda en tus ojos,
todo retorna mientras duermes.
Esta espera agoniza en mis manos,
siembra astucia en los rincones,
ésos donde escondíamos el rencor
para volver, de nuevo, al comienzo. |