SUMARIO
Editorial
Robert Desnos
El cementerio
Notas de dirección
Carmen Salamanca
Oliverio Girondo
Lo que esperamos
A pleno llanto
Confidencia prosaica
Pablo Neruda
Significa sombras
Sólo la muerte
El fantasma del buque de carga
Agua sexual
Colección nocturna
Carilda Oliver Labra
Última elegía
La cita
Jueves
Adelanto del libro
“ANTOLOGÍA POÉTICA”
de Miguel Oscar Menassa
El verdadero viaje
 
Flamenco, Tango y Poesía
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OLIVERIO GIRONDO

Argentina, 1891

CONFIDENCIA PROSAICA

Yo también
¡Sí! Yo tengo
-¿por qué no confesarlo?-
un pequeño fantasma,
un duende de familia.

No vaya a suponerse que mi pequeño duende
sea un fantasma hierático,
espectral,
de castillo;
uno de esos fantasmas que arrastran el espanto
entre viejas panoplias
y gritos coagulados,
o delatan incestos
dentro de una armadura,
cuando el silencio calza las funerarias mallas
con que a Hamlet le place pasearse entre las tumbas.

Mi fantasma es doméstico,
recatado,
apacible.

Jamás le he sorprendido actitudes de almena,
ni lo he visto hospedarse
en la caja de un péndulo,
para que sus entrañas se pueblen de latidos.

Cotidiano,
tranquilo,
modesto,
de bolsillo,
mi pequeño fantasma
no ahuyenta los retratos,
ni adopta almas de piedra
o heráldicas posturas.

Tal cual es,
sin embargo,
engalana mis noches
y es el único lujo de mis horas vacías.

Ya sé que con frecuencia revuelve mis papeles,
esconde alguna carta,
empaña mis anteojos,
me humilla al obligarme
a buscar los gemelos debajo de la cómoda,
me esconde la boquilla;
pero es él quien mitiga la fiebre del insomnio,
quien impide que pierdan el compás las canillas,
quien oprime las llagas de las puertas pintadas
y conforta el silencio,
la soledad,
el frío,
al pasear por los cuartos
su corpórea presencia de fantasma benigno,
de duende que vigila
las sombras
y los ruidos.

PABLO NERUDA

Chile, 1904

SIGNIFICA SOMBRAS

¿Qué esperanza considerar, qué presagio puro,
qué definitivo beso enterrar en el corazón,
someter en los orígenes del desamparo y la inteligencia,
suave y seguro sobre las aguas eternamente turbadas?

¿Qué vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de sueños
instalar en mis hombros dormidos para seguridad perpetua,
de tal manera que el camino entre las estrellas de la muerte
sea un violento vuelo comenzado desde hace muchos días
y meses y siglos?

Tal vez la debilidad natural de los seres recelosos y ansiosos
busca de súbito permanencia en el tiempo y límites en la
tierra,
tal vez las fatigas y las edades acumuladas implacablemente
se extiendan como la ola lunar de un océano recién creado
sobre litorales y tierras angustiosamente desiertas.

Ay, que lo que yo soy siga existiendo y cesando de existir,
y que mi obediencia se ordene con tales condiciones de
hierro
que el temblor de las muertes y de los nacimientos no
conmueva
el profundo sitio que quiero reservar para mí eternamente.

Sea, pues, lo que soy, en alguna parte y en todo tiempo,
establecido y asegurado y ardiente testigo,
cuidadosamente destruyéndose y preservándose
incesantemente,
evidentemente empeñado en su deber original.

www.indiogris.com

 

NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA