SUMARIO
Editorial
Miguel Oscar Menassa
Cumplir 60 años. Prisionero. Al Grupo Cero
Notas de Dirección
Carmen Salamanca
Bertolt Brecht
A los hombres futuros
Pedro Salinas
Amor mundo en peligro
Jorge Luis Borges
Ajedrez
César Vallejo
Los nueve mostruos
Enrique Molina
Información
Miguel Oscar Menassa
La guerra
Edgar Bayley
Es infinita esta riqueza abandonada
Jacques Prevert
Todo se iba...
Bárbara
Miguel Hernández
Para la libertad
Agenda Grupo Cero

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NOTAS DE DIRECCIÓN

 

Esta vez me resulta complicado comenzar estas notas de dirección. Los sentimientos son ambivalentes: por un lado, la alegría de haber podido llevar adelante esta revista durante 25 años; por otro, la resistencia a reconocer precisamente eso, el paso del tiempo, de la vida. Pero, como dijo Abraham Lincoln, "lo que importa no son los años, sino la vida de los años."

La trayectoria podría resumirse en dos párrafos: El primer número salió en enero de 1997, bajo el lema "Si es posible el poema, es posible la vida". Impresa en papel de periódico, con una tirada de 20.000 ejemplares de difusión gratuita, llegaría en el número 26 (apenas 2 años y medio después) a los 125.000 ejemplares que se repartían en universidades, colegios, centros culturales y cualquier otro lugar de la ciudad que quisiera acogerla.

El director, ideólogo y trabajador incansable ha sido Miguel Oscar Menassa, hasta el número 125 (junio de 2011), fecha en que se jubiló y pasó el testigo a Carmen Salamanca, con la que comparto nombre. Cruz González pasó a ser Secretaria de Redacción. Desde el número 100 adopta un formato digital, estando disponibles todos los números.

Pero detrás de los datos está todo lo demás, la parte más interesante, y a nosotros nos gusta la verdad. "Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces de ser es la única finalidad de la vida", escribió Robert Louis Stevenson, y ésa precisamente es nuestra investigación, ver hasta dónde podemos llegar, porque vamos a seguir, es necesario.

Sabemos de sobra que quien controla los medios, controla la cultura, como nos recuerda Allen Ginsberg, y nuestra función es crear un poco de aire fresco que se cuele por las rendijas del control de los poderosos, que nos permita pensar, una brújula que nos guíe a través de la desinformación general.

"Transmitid la cultura a todo el mundo, sin distinción de razas ni de categorías", nos enseñó Confucio.

“Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con qué pasará, otras hacen que suceda”, como decía Michael Jordan, así que seguiremos trabajando, porque queremos estar en el tercer grupo.

¡Feliz aniversario!

 

Carmen Salamanca
Directora
carmensalamanca@grupocero.info

 

 

 

 

A los hombres futuros

1

Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.

Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.

¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?

Es cierto que aún me gano la vida.
Pero, creedme, es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara,
[estaría perdido).
Me dicen: "¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!".
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.

Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia,
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.

2

Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

3

Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.

Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.

Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.

Bertolt Brecht
Las 2001 Noches Nº 1

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