LAS 2001 NOCHES ÍNDICE DEL NÚMERO 32

SALTO MORTAL

Demonio de la Muerte

Introducción

Dios de la Muerte

Comienzo Posible

Ahora que el Sexo y las Drogas están de Moda,
es Hora de Partir

Carta del Adiós

Zarpar I

Buenos Aires, la Reina de Plata, Adiós

SEGUNDO MANIFIESTO DEL GRUPO CERO

Puesta en Escena

X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO 
PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

Dedico este Libro

Miércoles, 23 de febrero

Poema Cero

Jueves, 24 de febrero

Invocación a los Demonios

Viernes, 25 de febrero

Invocación a los Dioses

Sábado, 26 de febrero

SALTO MORTAL
BUENOS AIRES - MADRID
1975 -1977

INTRODUCCIÓN

Quisiera escribir algo sencillo
algo que me hiciera saber.

Ayer decidí publicar un libro.
Me hizo mal darme cuenta que sólo tengo escritas algunas
páginas, que por otro lado no me parecen demasiado
                                                                     interesantes
para ningún editor. Me imagino un libro de tres mil páginas,
escrito como las últimas siete páginas de «Querida». Para
publicar el libro imaginado no me importaría tener que trabajar
toda mi vida. Pero gastar mis pocos dineros, en estas pocas
páginas, casi sin interés; no sé.

Sólo en algunas páginas la poesía alcanza su sentido de verdad.
El resto, se me ocurre, florecimiento de un posible nuevo estilo.
Es decir:
demasiada juventud
demasiada ocurrencia acerca de todo
en definitiva,
                  poca historia
                                    demasiada soledad.

Carlos Gardel por Hegel, puede porqué no, recordar el tango
cambalache y eso es verdad, pero no, ser garantía de las palabras dichas acerca de la sexualidad femenina o el asunto de la esclavitud.

Poco a poco me voy rindiendo a la evidencia
No deseo hacer lo necesario para ser,
entonces
             no seré.
                        Prefiero los rincones,
los cálidos rincones del garche perfecto.

En fin, la vida fácil.
Un cierto respeto por los muertos,
sol, mucho sol y drogas para el hastío.

La mujer me interesa compleja,
                                             extraviada en algún destino.
Que no sepa pensar, hacer el amor o lavar los platos,
me da lo mismo.
Alegre cuando pueda,
                               la vida en general no es fácil.
Deseo en ella
—y quiero que se entienda— en todas ellas,
alguna locura por otra mujer.
Un cierto desenfado en mostrarnos las mutilaciones.

Al hombre lo quiero
                            hombre y mujer
                            amo y esclavo
                            mortal e inmortal
                            amenazado,
                                             siempre amenazado.
Prefiero la belleza aunque reconozco no poseerla.
La prefiero de gala, tirando a cómoda.
A plena penumbra,
que no se sepa quién es el amor,
                                                que nunca se sepa.
Preferir,
prefiero vivir en una casa de campo con río y árboles añosos,
con mil personas a mi alrededor y solo.
Trabajar, lo que se dice trabajar,
—tiempo por dinero o cualquier otra combinación parecida—
me afecta los nervios.
Hablar con la gente me gusta,
hablar con la gente, siempre, en todos los casos,
me trae complicaciones.

Primera dificultad,
siempre hablo tres tonos más arriba de lo que corresponde.
Segunda dificultad,
me río muchas veces o no me río ninguna. Me burlo siempre.


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Tercera dificultad,
tengo silencios prolongados y monólogos extensos.
Me callo siempre.
Cuarta dificultad,
tengo prejuicios, siempre creo que el que da más soy yo.
Quinta dificultad,
mi discurso es bisexual, sirve a todos.
Sexta dificultad,
Estoy dispuesto a demostrar que lo que siento es verdad.
Y no me importa que me lleve 1.000 años,
                                                         hay tiempo para todo.
Complicación primordial,
a pesar de todo, mis encuentros con las personas son
                                                                      favorables.

Dicen de mí, que soy inteligente o raro.
Sospechar no sospechan.
A lo más piensan que soy un poco megalomaníaco.
Jamás que están en presencia de un genio. Eso, jamás.
A mí, no me duele. A mí, me da lo mismo.
                                                             Yo espero,
alguna vez, alguna mujer en el paroxismo del goce,
me dirá que soy único,
                                caballo de la noche,
                                                             Yeti inmortal.
Tengo vicios: El amor a escondidas. Insisto:
                                                               que nadie sepa.
Redes,
          historias,
                       amo las historias.

 

APERTURA DEL
2000
EN BUENOS AIRES

Sigmund Freud, Jacques Lacan
Clínica Psicoanalítica

La espléndida zona del misterio,
                                              toda para el amor.
Sexo y virtud, las prefiero en secreto.
Para desnudarme y esas cosas prefiero rituales,
rituales breves que no tengan que ver con la muerte
y donde cualquier nombre propio sea bienvenido.
Deseo labrarme un futuro, una pequeña finca a orillas del mar.
Asegurar un color sádico para mi piel, todo el tiempo.
Ser necesario para alguien o para algo en general,
eso sí, me gustaría ser.
Si no voy más como escritor, me lo dicen y basta.
Plantando patatas, también soy feliz.
Os lo aseguro,
seguiría resultando interesante para ustedes.
Nacerían patatas deformes, inteligentes o raras.
Y sepan que sé,
que no hay buenas medicinas para el alma,
porque el alma no existe.
Caricia tenue, caricia de verano,
racimo de uvas maduras sobre tu piel,
uvas negras, redondas, arrancadas,
más que por su sabor, por su belleza.
Amo en los estilos clásicos el refinamiento para la estupidez.
Las condecoraciones, en fin, todo lo inútil.
Hubo de haber habido entre mis parientes, algún hombre de bien.
Alguien con una cadena de oro alrededor de los huevos.
El Conde de la Cadena. El Extrangulado.
Suprimiendo el sexo todo saldría perfecto y bastante más barato.
Utilizado para cualquier deseo, el trabajo es mucho mayor.
Hago el idiota, eso está claro.
Él cree.
Ella cree lo contrario.
Yo pienso que ella y él hicieron lo único posible:
Él un sentido a su locura.
Ella un destino a su sexo.


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  La humanización fue completa.
Me dejé llevar,
me llevaron por los entretelones del sexo y la locura,
sus máscaras para la fiesta.
Y fui Dios y Lucifer y el Mago del Sexo
                                                            y todo, sin saber.
Nadie preguntó por mí. Estaba dispuesto a quedarme hasta el fin.
¿De qué soy responsable? pregunto.
Acaso de haberlo visto todo.
                                           Lo vi todo.
De haberme emocionado en algún momento.
                                                     Me emocioné siempre.
¿De qué se me acusa?
De llevar hasta el paroxismo un saber,
de que mis hijos vayan a la escuela.
De haber visto la muerte en su locura
y la muerte también en su sexo.
Fui discreto, galante, convencional,
amé todo lo que me fue indicado amar.
Tonto y maravilloso,
                              siempre,
                                           con la misma pasión.
Me pusieron un precio.
Un lugar demasiado pequeño para mis explosiones  cósmicas.


Usted vale tanto, hágase valer.
Yo no puedo más,
ambiciono el sol,
las tontas conversaciones con mis amigos, por nada.


Mi cuerpo
                vibra
frente al más pequeño movimiento de la naturaleza.
Me parece bien, para mis hermanos,
cualquier manera de vivir.


Y si bien he perdido mi pasión por los encuentros inútiles,
no he perdido el registro de lo mortal,
la inmaculada pasión negra,
                                         el encuentro de las voluntades.
Y si bien es cierto que me encuentro andando a la deriva,
la deriva es una referencia.
Se la puede signar y calcular,
se la puede hacer saltar en mil pedazos.
Se la puede recubrir de pieles y piedras preciosas,
se la puede amar.
¡Oh! mis pobres ciegos de amor,
mis ciegos de la ceguera fatal.
                                            Ella es la deriva.
Un amor imposible. Una puesta de sol inolvidable.


Que soy un gran escritor, ya lo sé.
El dilema:
Cómo hacer para que algún otro se entere de semejante verdad.
Con los familiares no se puede, me aman.
Ellos prefieren que a mí, me vaya bien.


Entre los desconocidos,
a quién puede gustarle esta mezcla de rabia y lucidez.
Frases donde se entrecruzan los destinos de dos civilizaciones.
Lugares donde reina la locura o la estupidez.
                                                              Todo es posible.


¿Nuevo estilo? o ¿Fragmentación esquizofrénica de la realidad?


Seguiré escribiendo, porque escribir me hace bien.
Sentir que soy un gran escritor me hace bien.
Por lo demás,
eso de encontrar un alma gemela o un lector hermano,
puedo esperar.
Por lo de publicar puedo esperar,
aunque tal vez debería intentarlo.

ESCUELA DE
PSICOANÁLISIS
 GRUPO CERO
Departamento de Clínica  en Madrid
Tel.:91 541 47 60
De 10 a 13 horas y de 16 a 19 horas

COMIENZO POSIBLE

Apago la luz
para que una triste luciérnaga sobre mi piel
me anuncie el universo de la locura.

Deseo en mis jardines
las perfumadas rosas de la pasión.

 

CARTA DEL ADIÓS

                                             Agosto 1976, Buenos Aires

Todo poeta
y así he de llamarme de ahora en más
debe escribir —tarde o temprano—
su carta del adiós

Pretendo todo lo que sea posible
en el recorrido hacia lo inefable,
lo inefable en sí, no me interesa.

Soy lo que se dice un caminante, un viejo marino.

De los puertos,
sólo tenues fragancias,
sólo el color maduro de las fresas.
                                                  Mi vida está en el mar,
en las distancias,
en las lejanas sombras de la noche.

Algas marinas y serenas luces de ultramar, guían mi destino.

Toda voluntad será deliberada o no será.
Y habrá quien busque desesperadamente el manto de oro,
las letras del origen.
Habrá quien mate y quien bendiga
el inquietante murmullo del recuerdo.
Adoradores del sol,
                              atletas del olvido,
                                  burdos encantadores de serpientes.
Abomino de todas mis pertenencias.
                                                      Dejo la nada.
La violencia de un gesto imperceptible,
donde la locura,
                        la verdadera locura,
es todavía una esperanza.

Hago un tajo feroz sobre la tierra.
                                                  Divido el mundo en dos.

 

                    


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BUENOS AIRES,
LA REINA DE PLATA,
ADIÓS

             24 de junio de 1977, Madrid,
Fiesta de San Juan

Para saber de pequeño y de loco
olía los olores buscando aquel olor.
Serpiente adolescente recupero tu piel,
para ser tan sólo contra el tiempo mi tiempo.

Hurtaba de las noches sueños y flores negras.
Opacas madres reventando sus sexos
                                           entre la algarabía y los colores
de la palabra puta.

Ella era el otoño.
Sus frutos secos su color marrón,
su frío entrecortado por el sol
                                            palabras del pasado.

Dormía bien
comía mi bocado de pan
                                     y amaba de ella
los resplandores.
                         Su cuerpo contra mi cuerpo
todo lo primordial.
Sus humedades contra el dolor de la vigilia.

Recuerdo sus pechos en mi propio latir
redondos como toda la nieve
como la blanca nieve universal,
                                              sus pechos
altas fragancias en mis ojos. Olor de los olores.
Busqué,
con toda la impiedad de la locura
tus pechos en la tierra.
Y en cada flor, y en cada hombre
y en cada letra de mis versos,
                                            busqué,
tus ojos en la tierra.

Supe del tiempo de los despedazados pétalos
entre las manos.
                       Y fue imposible ser.
Del viejo amor
del desenfado de mi cuerpo
sobre tu bajo vientre,
sólo me quedan en las manos,
astillas
encuentros con la muerte.

En mis pequeños oídos malheridos
el ronroneo de tu voz, la vociferación de tus encantos
entre mis piernas. Lenguas de fuego
tu voz, tu canto amable, tu nada misteriosa.

Y fui para saber, tu dios
el rey de tus aullidos
el omnipresente legislador de tus blasfemias.
Tu poeta inmortal.
La grieta en tu mirada, para siempre.

Bebedor insaciable, lleno de sed
pleno de rabia y de lujuria, bebí toda tu sangre,
tu embriagadora leche, bebí, todo el dolor.
Tus líquidos orgánicos,
tus carnes desgarradas con mis dientes
no bastaron.
Mi sed era insaciable.
Era una sed de tiempos, de palabras.

El sol que yo buscaba era otro sol
ni llamas, ni fulgores, ni roncas caricias sobre mi piel.
El sonido del sol, el estruendo del sonido del sol.
El nombre de tu cuerpo.

PUESTA EN ESCENA

Sé que este libro no es exactamente un libro de poesías.
Pero sé también que este libro no es ninguna otra cosa
que un libro de poesía.
Sólo quiero decir que sometido a sus leyes inexorables,
la palabra hace sus estragos.
                                          Ella es impune, se combina
con todo.
Ama desaforadamente las imperfecciones. Su ser es todo tiempo.
En este estado
todas las combinaciones de la palabra generan poesía.
Para ello es necesario, que las formas espaciales
—último lujo de la razón contra lo poético —humano—
estallen en fragmentos.

La forma será, sin más, las deformaciones que la violencia
de las combinaciones, le imponga.

                                                  Decir, siempre decir.

 


DEDICO ESTE LIBRO

                         a Juan, mis amigos
                         a Ellas, su mujer
                         a todos sus hijos.
                                                       Muertos por la patria.


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POEMA CERO

Perseguido por todos los universos
más que Satanás, distinto de Dios
enfriaré con mi maldad
los fuegos sagrados del infierno
y encenderé pasiones
allí
donde la luz del bien refleje en mi mirada.

Diferente entre ángeles, superior entre demonios,

no tendré paz.


INVOCACIÓN
A LOS DEMONIOS

Dónde están los demonios.
Aquellos que me fueron anunciados
en el santo bautismo.

Aquí conmigo todos los pecados
y aquellos que vendrían por las noches
a vigilar mi sexo,
                        enamorados de mis ojos.


INVOCACIÓN
A LOS DIOSES

Venid atletas del amor.
Venid a destruir las diferencias
traed vuestros arcángeles a compartir
mi mesa y mis olores.
                                Mi fragancia
es la fragancia antigua de los templos.
Venid
        venid con vuestras vírgenes.


DEMONIO
DE LA MUERTE

Tengo para entregarte mis endemoniadas pasiones,
mi carne joven quemada por el viento,
para nombrarte
                     reservo por si acaso
                                                  mis palabras.

DIOS DE LA MUERTE

Poderoso dios
te sobrevivo.
Mis poemas y mis valientes hijos
vuelan hacia el futuro.
Acontecerán
más allá de tus reinos.

GRUPO CERO
ZARAGOZA
Tel. 608091060. C/ Maestro Estremiana
previa petición de hora

AHORA QUE EL SEXO Y LAS DROGAS ESTÁN DE MODA, ES HORA DE PARTIR

I

Cantemos
              la muerte ha llegado y vive entre nosotros.
Goce infinito para quien olvide,
las cálidas ideas del sol y de las certidumbres.

Morías
          mi pequeño animal
                                     para que me fuera dada la muerte.
Aprehensible,
                   cotidiana también ella,
como una puta o como una mirada.

Morías
          mi pequeño animal
                                     envuelto en el invierno.
El calor de tu cuerpo
                              resquebrajó la helada.
El calor de tu cuerpo
                              resquebrajó mi ser.


II

Sé que las realizaciones no bastan.
Sé que hice todos los deberes mal.
Quiero volver desesperado
                                     a los lugares
                                                       donde empezó el error.
Sé que no podré,
y sin embargo las idas y vueltas
hacia el pasado,
son mi regocijo y mi calma.

Nos matarán
                  sé que nos matarán y sin embargo,
miro dulcemente hacia los días donde ya no estaré,
y escribo para aquel hombre que sin saber quién habla,
escuchará mi voz.


III

Te escribo desde una mañana,
desde una mañana verdaderamente gris,
una mañana que se hizo gris a causa de la muerte.

No tengo en mi mirada nada de luz.
Amo los archipiélagos nocturnos,
y los lugares donde el hombre renuncia
definitivamente
                     a vivir.
Distraigo mi ser con las palabras de mis hijos.
Ellos me recuerdan que lo terrible ya sucedió.

Todo es el desorden de la fiebre.
Fiebre y locura,
                      castigos esperados,
                                                   castigos del alma.
Y ahora, por fin,
                       definitivamente locos,
nos dejaremos hacer el bien.
¿Qué imaginación puede tener un hombre que vive
entre cuatro paredes?


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IV

Morir es fácil, ¿quién será el próximo?

                                                       Y entonces vi el horror.
Sólo su muerte
podía ser más importante que mi poesía.
Sólo el final de su plan
más importante que mis acercamientos a la verdad.

Veníamos a darnos cuenta,
precisamente el día de tu muerte,
que la fe era necesaria,
que ciertas palabras
—aunque sepamos no significan nada—
deben significarlo todo.

Pensé y lloré todo el tiempo,
pensé en la libertad de mis alondras,
en la libertad de mis pájaros celestiales.

Tu carne era mi carne.
                                Brisa de mar, atlántico de noche.
Tu carne era mi palabra en la tierra.

Tu muerte es el lugar donde mi mente estalla.
No habrá tiempo más justo para el hombre,
ni libertad,
               ni nada.
                          Estamos encadenados.
Misteriosa y cruel es la palabra que no pronunciaremos.
Además,
la justicia terminaría con nosotros.
Imaginemos las mujeres iguales a los hombres.
Probemos el horror, hagamos la revolución a fondo:
borremos
              las diferencias de los rasgos.


V

Frente a tu muerte han de venir,
los cálidos estúpidos,
                               los hambrientos,
a preguntar por tu salud.
Esta vez les diré que estás muerto,
que se acabó la joda de tu cuerpo,
que te mató la vida,
                            la ausencia de palabras.

Te prometo buscar entre las mujeres amadas,
los misteriosos hongos de tu piel.
Les pediré que hablen de tu fuerza,
les pediré que hablen de tu imbecilidad.

Amigo
el vino no será suficiente.
Amigo,
muerto de tu misma muerte:
                                        No creo en nada.

 

 

VI

Tenemos para decir cosas de casi todo el mundo.
La mayoría de nosotros habla por lo menos dos idiomas.

A los 35 años se tienen los recuerdos
y sólo
         algunas posibilidades.

El reino de los estúpidos está cerca.
Ellos tienen pasiones exageradas.
                                                 Son peligrosos.
Solamente estas posibilidades y no otras,
no significa
ni que sean pocas
ni que tengo pensado luchar mucho por ellas.
Yo sé
que un hombre,
                      una mujer,
                                     alguna vez,
tendrán mis mismas intenciones.
                                           Ese día corregiré mis defectos.
El cielo es gris en estos días cerca de la primavera.
Los espejismos acechan
y el que no sufre porque tiene,
sufrirá porque no sabe,
y nada es mejor.

El viento suave de primavera y los primeros soles,
ahondarán el dolor.
Un cuerpo acribillado por la noche no tiene misterios.
Los misterios son necesarios para el amor.
Cuando el amor muere,
                                  el sol.
                                          ilumina,
                                                     todos los misterios.

Despojarnos de todas las máscaras es en definitiva
un gesto sin sentido.


VII

A los 35 años se aman tiernamente el ocio y la locura,
y no los arrebatos acerca del ocio y la locura.

La noche es alta en nuestros corazones
cuando el que muere nos pertenece.
Definitivo asombro en aquel lugar de mi ser
donde ya nada florecerá.
                                   Opaca persistencia.
Reino del horror,
donde la imagen infinita serán tus ojos claros y tu cuerpo,
temblando cerca de mi cuerpo.

Yo sé
que nunca más,
podré escuchar tu voz y sin embargo,
giros endemoniados de mi ser proponen,
sin cesar,
              un posible encuentro.
Ahuyento
estas claras proposiciones de muerte y de dolor,
                                                                   y juro en falso.


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VIII

Morena,
abierta como el mar,
pequeña y madre,
                          opaca en la violencia.

Descuidada en ciertos gestos de amor.

Magnolia triste ciertas tardes de otoño
cuando sus fantasmas particulares le recuerdan
los muertos por la patria.
Capaz
de hacer el amor hasta sentirse un animal feroz
o un tulipán abierto por el lento calor de nuestros cuerpos
o un inmundo batracio.
                            Posee como don, la crueldad del silencio.
Esa mujer dice mi nombre,
Miguel, cada mañana
y el sol le brilla en la cabeza.
Ama de mí,
                 mi cuerpo,
                                la savia de mi ser.
Desea con su carne mi pija,
amada pija mi Miguel,
                               mátame, tenme compasión.

Esa mujer no es mi mujer.

Ella se pasea por la casa como si lo fuera.
Ama regar las plantas,
bailar el tango con su macho el cantor,
el que no sabe cantar,
el que siempre tiene desordenados los sentidos,
el que tiene 35 años y un solo dolor:
                                                   NADA NOS PERTENECE
ni el hambre, ni el horror,
ni los olores de la menta en Pompeya creciendo entre mis manos.

Fatal
la guerra al fin será fatal.
El hombre perderá sus sentidos,
el hombre embrollará su corazón para siempre.
Y no tendrán clemencia,
nos matarán uno por uno a todos.
                                                El hombre está perdido.
Tiene sus pies atados a la tierra,
su cabeza en el cielo,
sus brazos extendidos a la nada.

IX

Yo soy,
para que ustedes sepan definitivamente,
uno de los extraños casos del hombre
                                                       y la bestia.
Paso mis días girando locamente
entre las pieles femeninas y los olores de mi infancia.
Amo sin fe
las tardes donde el sol apacigua mis transformaciones.
Como un sereno amante
amo de mí,
los miserables territorios donde mi ser se arrastra
como lejana y tímida babosa,
pidiendo un día más,
                             un hálito de goce o de dolor.
Cuando la bestia se apodera de mí
—sopla mi corazón o muerde ferozmente mis sentidos—
todo es azul y generoso como la leche del verano.

Arduo es el oficio de la convivencia.

Mi pobre hombre ama la muerte y la locura.
Su destino es morir y sin embargo,
tiene en su corazón el recuerdo de las viejas pasiones.
Sigilosa
sumergida entre los desperdicios y la sangre
—con la crueldad que da el silencio—
La bestia ama la soledad.
                                   La bestia no se rinde,
                                                       espera las catástrofes.


X

Otros lo han hecho y para ellos, también fue lo mismo.
En esta encrucijada el suicidio,
es un acto demasiado simple para mis delirios de grandeza.
La vida por la vida,
una ideología demasiado fresca para mi edad.
Para colmo los ideales de que disponemos son mediocres,
la contracultura tiene,
sus períodos de decadencia.
El amor,
            los hijos,
                        y esas otras cosas que hicieron mis padres,
las hice yo también,
                             al pie de la letra.
El drama es que yo,
amo la bestia que hay en mí,
                                          le rindo pleitesías,
le ofrezco sacrificios:
                              jóvenes y estúpidas vírgenes,
para que la bestia
despoje de su sentido también a la carne.

Vamos hacia los territorios donde mueren los guías

cada uno se guiará por su propia ceguera.


XI

Poder despreciar el lodo y pasar mi vida hasta lo último,
en algún triste o soberano hospicio con mierda y pis
y olores de cloacas
                            hasta en los rincones más secretos.
Mi intimidad violada,
mi intimidad hecha pedazos clama venganza.


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Lo que vuelve es el olor de la carne.
                                                   La carne no vuelve.
¿Siervo de qué tengo que ser ahora? ¿Siervo de qué?
Esclavo del arte,
                        linda basura.
                                       La medicina no cura estos males.
Médicos del alma venid,
                                  os mostraré el secreto de la vida.
Soy esclavo de una mujer,
vivo mi vida
al compás de las contracciones de su vagina azul,
que enfurece y se llena de locos arrebatos,
sólo frente a la muerte.
                                 Ella no tiene piedad de mí.
Arranca mis testículos y pisotea uno por uno todos los recuerdos.
Me hace confesar las malas porquerías.
                                                         Yo confieso:
Lamí con mi lengua los culos más ajenos,
escupí con mi saliva los ojos de mi amada,
bebí la leche de los pordioseros.

Al sol,
         me dejé estar al sol.
                                      Lo pensé casi todo.
Alegres,
alegres fueron las mariposas que no retornarán.
Amé con furia los brotes de cada una de mis plantas.
Hojas de otoño en el jardín,
                                       no significan nada.
La guerra de verdad
                            —LA GUERRA—
                                                     no la entiendo.
Y vi morir niños antes de nacer,
y vi nacer niños con extrañas mutilaciones,
y vi morir una mujer entre mis brazos
cuando la violencia de un orgasmo sacudía mis vísceras
y supe,
          que el goce era morir.
                                         Y vi, vi morir,
todos murieron en esa familia y todos,
murieron en la guerra.

Ella, ahora,
se ha quedado dormida en medio del camino.
Sus gestos,
nunca alcanzarán la dimensión de la muerte.
Doy patadas furiosas alrededor de todo su cuerpo,
clavo mis dientes en su espina dorsal,
jadeo,
y salpico con mi baba su cabellera azul.
Ataco sin piedad
su rostro con mis manos.
                                     Ella me deja hacer,
sé entonces que estamos a un paso de la muerte.

Yo no saldré de mi cubil aunque venga la guerra.
¿Qué hombre soy?
decidme, ¿qué hombre soy?
¿de qué mierda estoy hecho?
¡Basta, Putas! el hombre hace agua por todos los costados.
Que se terminen de una vez las pruebas.
Abdico. No tengo fe. Ni religión. Ni patria.
Ni más allá son mis amigos, mis mujeres,
con sus sexos maltrechos,
                                       los sexos de la guerra.

¿Mi muerte no es acaso la lista de mis muertos?


XII

Ya lo sabemos
basura y lodo son para todo el mundo.
Ya lo sabemos
siempre decide el corazón.
                                      Aterrizar es peligroso,
ascender entre vaporosos pedos o pálidas orquídeas,
es peligroso.
                  LA GUERRA LO APESTA TODO.
Yo es Oscar Menassa; Miguel es una historia.
Cabrán en mi cabeza,
sólo aquellos que entren en mi corazón,
ni uno más.
                Ellos serán mi nombre y mi destino.
Ellos serán mis palabras y ellos también,
serán mis cadenas.
Ellos serán,
los que me lleven al hospicio.
Ellos serán,
                los que me maten,
                                          de un soplo al corazón.
                                                                     Ráfaga ligera.

ESCUELA DE

PSICOANÁLISIS

GRUPO CERO

BUENOS AIRES

 

FORMACIÓN DE PSICOANALISTAS DE
LA ESCUELA

• Grupo de supervisiones
Arancel: $100.

• Grupo de Poesía
Arancel: $50.

• Seminario Jacques Lacan
Por el Grupo Cero
Arancel: $100.

SEMINARIOS ANUALES

• Seminario Sigmund Freud I:
«La Interpretación de los sueños»
Arancel: $100.-Comienza: 6 de abril.

• Seminario Sigmund Freud II: «La Segunda Tópica»
Arancel: $100.-Comienza: 21 de marzo.

• Seminario Jacques Lacan: «Relación de Objeto»
Arancel: $100.-Comienza: 21 de marzo.

CURSOS BREVES

• «Introducción al Psicoanálisis»
marzo y noviembre
4 encuentros.

• «Medicina Psicosomática»
mayo y junio
6 encuentros.

• «La Neurosis–La Histeria»
Septiembre
4 encuentros.

TALLERES DE POESÍA

• Sábados: 13.30 horas.
Arancel: $30.

•Martes 17.30 horas.
Arancel: $40.

• Jueves 17.30 horas
Arancel:$40

INFORMACIÓN:  
 43 28 06 14/07 10


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SEGUNDO
MANIFIESTO
DEL GRUPO CERO

15 de octubre de 1975, Buenos Aires

   Escribo, escribo todo el día para saciar mi sed. Debo pertenecer a esa clase de bebedores insaciables. Los de mi estirpe deben ser
considerados seguramente como hombres que viven fuera de la ley. No somos lo que se dice apasionados, somos los que calculamos el destino, tenemos planes acerca del mal que nos corroe, queremos que él sea nuestra manera de vivir.

   No queremos abolir la justicia, queremos agregarle a la justicia la capacidad de detectar las diferencias.

   El hombre siempre es una encrucijada que se resuelve con un asesinato; la justicia debe saberlo.

   La precisión de un acto (aunque en sí mismo sea un acto salvaje) debe tener siempre el perdón de la justicia, si es un acto perfecto no volverá a repetirse.

   Las imprecisiones habrá que castigarlas severamente; ellas
anuncian la repetición inútil y ciega de una realidad infantil sin sentido social.

   ¿O mi ser no es acaso esa diabólica combinación de nuestros destinos?

   Y el que no cree porque no sabe o porque nunca le tocará creer, que haga pruebas, que se desgaste hasta el final, que se vaya, que cierre de un golpe la puerta de nuestra casa, que vuelva malherido, que muera de espanto en un callejón sin salida, que comunique sin ningún cuidado las claves secretas de nuestro poder, que comente entre putas y rancios olores de semen fermentado, nuestros
combates como si fueran frescas historias de amor. Nosotros sabemos que volverá. Nadie olvida lo que no se puede olvidar. Somos especialistas en altas costumbres, nuestro oficio es mostrar lo innombrable.

   En el principio éramos costureras del alma, remendones del piso de la vida, reanimábamos, dábamos calor y esperanzas. A cuanta inmundicia encontrábamos en el camino ofrecíamos nuestra comida y nuestra casa teníamos para cada uno las palabras de sus mediodías y las palabras de su noche. Nuestro oficio, en definitiva, era lavarle los oídos a los sordos. La cantidad exagerada de fieles probaba que nosotros éramos unos imbéciles. La cantidad exagerada
de enemigos probaba que las pasiones no sirven para nada.

   Pero ya era tarde, la carne habría de estallar cuando ya nadie esperaba su estallido. La sorpresa hizo imposible toda defensa. Y conocimos el chiquero y nos dimos cuenta que entre nosotros vivían los miserables. Los que se comen siempre el pan que no les corresponde.

   Los que nunca están dispuestos a hornear el pan que comemos. Los que se aburren por las cosas chicas y por las cosas grandes, digo: los que se aburren en general son los traidores.

   Nosotros sabíamos desde el principio que la carne hablaría. Y la carne habló. En voz baja; sólo unos pocos escuchamos, y dijo de la muerte y habló de que la piel se resquebraja con el tiempo, que nuestro sistema muscular estimulado constantemente (y no sujeto el estímulo a ninguna LEY) termina por agotarse. Su sentido se pierde en su fatiga.

   Ella dijo que todo podía ser goce, pero que la violencia acercaba a la muerte. Cuando dijo de la muerte de nuestros padres, dijo la verdad.

   Amo mi carne porque en ella se encuentran los secretos de los secretos. Porque aprendí a amar mi carne en medio del chiquero, digo que desde hoy el misterio de la cifra exacta de mi ser, sólo será para quien comprenda su verdadera dimensión.

   A los deportistas les aconsejo apartarse de mi camino, soy para ellos una luz mala.

    Impiedad para quienes festejan todas las ocurrencias.
    Impiedad para los que repiten el gesto amado en lugar de amarlo.
    Impiedad para el que siempre diga que no; es un extranjero.
    Impiedad, pura impiedad, para quien confunda nuestra carne con los ensangrentados bofes, que resucitarán, se cree, con la fornicación.
    Impiedad, perfecta impiedad, para quien huyendo de nosotros tropieza con nosotros.
   Y su voz se perdía entre el chapoteo de nuestros excrementos.
   Y la carne dijo antes de morir:
   El goce será el encuentro con lo que no soy ni me pertenece; el goce será: el goce de las diferencias.

   Si nada altera mi razón, si todo es igual, si ningún latido es diferente, si mi pulso es perfecto, si mis genitales mueren a causa de la quietud, no caben dudas, estamos en presencia de un idiota. Lo aconsejable, armar las maletas y partir. Siempre es mejor partir en la búsqueda de nuevos dioses, que morir entre las ruinas de los templos de un dios que se desploma. Huir no siempre es la orden, sabemos que en medio de las catástrofes se encuentran las almas más puras, nuestras almas fueron encontradas en medio de las catástrofes.

SOCIOS DE HONOR EUROPA

Miguel Oscar Menassa (Madrid) 50.000 ptas.
Fernando Ámez Miña (Madrid) 40.000 ptas.
Lidia Andino (Madrid) 40.000 ptas.
Cristina Barandiarán (Madrid) 40.000 ptas.
José María Blasco (Barcelona) 40.000 ptas.
Stella Cino Nuñez (Madrid) 40.000 ptas.
María Chévez (Madrid) 40.000 ptas.
Bibiana Degli Esposti (Madrid) 40.000 ptas.
Claire Deloupy  (Madrid) 40.000 ptas.
Amelia Díez Cuesta (Madrid) 40.000 ptas.
Paola Duchên (Madrid) 40.000 ptas.
Carlos Fernández del Ganso (Madrid) 40.000 ptas.
Emilio A. González (Madrid) 40.000 ptas.
Mónica Goremberg (Zaragoza) 40.000 ptas.
Jaime Icho Kozak (Madrid) 40.000 ptas.
Pilar Iglesias (Madrid) 40.000 ptas.
Fermín Lejarza (Bilbao) 40.000 ptas.
Joaquín Luzón (Ibiza) 40.000 ptas.
Miguel Martínez Fondón (Madrid) 40.000 ptas.
Concepción Osorio (Madrid) 40.000 ptas.
Montse Rovira (Ibiza) 40.000 ptas.
Carmen Salamanca Gallego (Madrid) 40.000 ptas.
Olga de Lucia (Madrid) 20.000 ptas.
Alberto Garreta (Barcelona) 15.000 ptas.
Cruz González (Madrid) 10.000 ptas.
Alejandra Menassa de Lucia (Madrid) 10.000 ptas.
Pilar Rojas (Madrid) 10.000 ptas.
Ruy Henríquez (Madrid) 5.000 ptas.
Pablo J. García Muñoz (Madrid) 3.000 ptas.
Helena Trujillo (Málaga) 3.000 ptas.
Ana Mercedes Albizuri Chévez (Madrid) 2.000 ptas.
Javier Albizuri Chévez (Madrid) 2.000 ptas.
Marina Alonso (Madrid) 2.000 ptas.
Sergio Aparicio (Madrid) 2.000 ptas.
Ricardo Artíguez Iglesias (Madrid) 2.000 ptas.
María Victoria Ávila (Madrid) 2.000 ptas.
Gloria Carrocera (Madrid) 2.000 ptas.
Gema Crespo (Madrid) 2.000 ptas.
Isabel Escudero (Madrid) 2.000 ptas.
Francisco García Palancar (Madrid) 2.000 ptas.
Enrique Iglesias (Madrid) 2.000 ptas.
Hernán Kozak (Madrid) 2.000 ptas.
Ichka León Deloupy (Madrid) 2.000 ptas.
Cloe León Deloupy (Madrid) 2.000 ptas.
Clémence Loonis (Madrid) 2.000 ptas.
Fabián Menassa de Lucia (Madrid)

     2.000 ptas.

Manuel Menassa de Lucia (Madrid) 2.000 ptas.
Magdalena Salamanca (Madrid) 2.000 ptas.
Javier Romero Nouvilas (Benidorm) 1.500 ptas.
Rosa Alonso (Madrid) 1.000 ptas.
Pilar García Puerta (Madrid) 1.000 ptas.
Juan José Grande (Madrid) 1.000 ptas.
Esther Gallego Navarro (Madrid) 1.000 ptas.
Griselda Kozak Cino (Madrid) 1.000 ptas.
Eva Méndez (Madrid) 1.000 ptas.
Mercedes Millán Esteban (Madrid) 1.000 ptas.
Beatriz Pagés (Madrid) 1.000 ptas.
Puvill Libros, S.A. (Madrid) 1.000 ptas.
Ismael Rivera (Madrid) 1.000 ptas.
Daniel San Martín Duchên (Madrid 500 ptas.
Gabriel Henríquez Montes de Oca (Madrid) 500 ptas.
Socorro Montes de Oca (Madrid) 500 ptas.

SOCIOS DE HONOR AMÉRICA

Miguel Oscar Menassa  (Buenos Aires) 500 us.
Inés Barrio (Buenos Aires) 200 us.
Alejandra Madormo (Buenos Aires) 200 us.
Norma Menassa (Buenos Aires) 200 us.
Roberto Molero (Buenos Aires) 200 us.
Karina Pueyo (Buenos Aires) 200 us.
Lucía Serrano (Buenos Aires) 200 us.
Marcela Villavella (Buenos Aires) 200 us.
Lúcia Bins (Brasil) 100 us.
Angela Cascini (Buenos Aires) 50 us.
Próspero Barrionuevo (Tucumán) 25 us.
Juana Koslo (Buenos Aires) 30 us.
Alejandro Baigorri (Buenos Aires) 20 us.
Liliana Capello (Buenos Aires) 20 us.
Ergoto de Bonaero (Buenos Aires) 20 us.
Norma De María (Buenos Aires) 20 us.
Jose Gonzalez (Buenos Aires) 20 us.
Rosalba Pelle (Buenos Aires) 20 us.
Ramón Albizuri Chévez (Buenos Aires) 10 us.
Dante Bustos (Azul Buenos Aires) 10 us.
Leonor Elvira Peralta (Buenos Aires) 10 us.
Lidia Vidale (Buenos Aires) 10 us.

LAS 2001 NOCHES

DIRECTOR:
Miguel Oscar Menassa.

SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA EUROPA:
Carmen Salamanca Gallego.
PRINCESA, 17 - 3º Izda. 28008 MADRID (ESPAÑA).
Teléfono: 91 542 33 49 - Fax. 91 548 33 01

SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA AMÉRICA:
Alejandra Madormo.
MAIPÚ, 459 - 1.er piso. 1006 BUENOS AIRES (ARGENTINA)
Teléfono y Fax: 43 28 06 14 / 07 10

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X CONGRESO INTERNACIONAL GRUPO CERO PSICOANÁLISIS Y MEDICINA

MIÉRCOLES, 23 DE FEBRERO DE 2000

19.00 h. Entrega de documentación y acreditaciones
20.00 h. Conferencia inaugural
Miguel Oscar Menassa
22.00 h. Cóctel de bienvenida para los congresistas

JUEVES, 24 DE FEBRERO DE 2000

10.00 h. La reducción del gasto sanitario, en las afecciones psicosomáticas, con tratamiento psicoanalítico
Carlos Fernández del Ganso. (Madrid)
10.30 h. La alergia y la repetición de los síntomas
Pilar Iglesias Nicolás. (Madrid)
11.00 h. Tratamiento psicoanalítico de las demencias
seniles. Fernando Ámez Miña. (Madrid)
11.30 h. Descanso
12.00 h. Aspectos psíquicos en el dolor
Concepción Osorio. (Madrid)
12.30 h. Endocrinopatías y su relación con el psiquismo
Miguel Martínez Fondón. (Madrid)
13.00 h. Manifestaciones somáticas de la angustia
Paola Duchên Reynaga. (Madrid)
13.30 h. A propósito de psicoanálisis y medicina: qué significa dogmático e impensable en Freud
Juan Carlos De Brasi. (Madrid)
17.00 h. Mecanismo etiopatogénico de la hipertensión
arterial. Sergio Aparicio Erroz. (Madrid)
17.30 h. La identificación en la anorexia
Cristina Barandiarán Piedra. (Madrid)
18.00 h. El tabú de la enfermedad
María Chévez. (Madrid)
18.30 h. Descanso
19.00 h. Cáncer: Una idea mortal
Jaime Icho Kozak. (Madrid)
19.30 h. Castración y cáncer
Inés Barrio. (Buenos Aires)
20.00 h. Mesa Redonda: Psicoanálisis y Medicina
Norma Menassa, Bibiana Degli Esposti,
Carlos Fernández del Ganso e Inés Barrio

PRESIDENTE
          MIGUEL OSCAR MENASSA
COMITÉ ORGANIZADOR:
          CARLOS FERNÁNDEZ DEL GANSO
          MIGUEL MARTÍNEZ FONDÓN
          CONCEPCIÓN OSORIO
          FERNANDO ÁMEZ MIÑA
COMITÉ DE PRENSA:
          PAOLA DUCHÊN
          PILAR IGLESIAS
COMITÉ CIENTÍFICO:
         AMELIA DÍEZ CUESTA
         BIBIANA DEGLI ESPOSTI
         CRISTINA BARANDIARÁN

VIERNES, 25 DE FEBRERO DE 2000

10.00 h. La anorexia detrás del espejo
María Jesús García Polo. (Madrid)
10.30 h. La identificación en la anorexia
Bettina Alfieri. (Buenos Aires)
11.00 h. Trastornos psicosomáticos en la adolescencia
Montserrat Rovira. (Ibiza)
11.30 h. Descanso
12.00 h. El dolor y su relación con lo erótico
Eleonora D’Alvia. (Buenos Aires)
12.30 h. El dolor y su relación con lo erótico
Karina Pueyo. (Buenos Aires)
13.00 h. El lenguaje del hipocondríaco
Marcela Villavella. (Buenos Aires)
17.00 h. La enuresis, una manifestación de la sexualidad
Ana María Barletta. (Ibiza)
17.30 h. Enfermedades autoinmunes: etiopatogenia y tratamiento
Pilar Rojas. (Madrid)
18.00 h. Intervención psicoanalítica sobre la madre en las enfermedades infantiles
Stella Cino Núñez. (Madrid)
18.30 h. Descanso
19.00 h. Insomnio, un tratamiento más allá de los hipnóticos
Norma Menassa. (Buenos Aires)
19.30 h. Cefaleas, jaquecas: diagnóstico y tratamiento psicoanalítico
Roberto Molero. (Buenos Aires)
21.30 h. Recital de Poesía
Presentación del libro: “LA POESÍA Y YO”,
de Miguel Oscar Menassa

ACTIVIDADES
GRATUITAS
CONFERENCIA INAUGURAL
23 DE FEBRERO A LAS 20 HORAS

MESA REDONDA

«PSICOANÁLISIS Y MEDICINA»
24 DE FEBRERO A LAS 20 HORAS

PRESENTACIÓN DEL LIBRO
DE MIGUEL OSCAR MENASSA
«LA POESÍA Y YO»
25 DE FEBRERO A LAS 21,30 HORAS

Declarado de Interés Sanitario por el Ministerio de Sanidad y Consumo

Del 23 al 26 de Febrero de 2000 en el Círculo de Bellas Artes

C/ Marqués de Casariera, 2 Madrid


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SÁBADO, 26 DE FEBRERO DE 2000

10.00 h. Enfermar sin nervios
José García Peñalver. (Palma de Mallorca)

10.30 h. Diagnóstico y tratamiento de las obsesiones en el embarazo
José María Blasco. (Barcelona)

11.00 h. El amor y los avances terapéuticos en la insuficiencia cardíaca
Joaquín Luzón. (Ibiza)

11.30 h. Descanso

12.00 h. La hipocondría, un miedo a vivir
Mónica de Luccio. (Buenos Aires)

12.30 h. Psicoanálisis de los trastornos ginecológicos
Lidia Andino. (Madrid)

13.00 h. ¿Elección de enfermedad psicosomática?
Emilio A. González. (Madrid)

17.00 h. Tratamiento psicoanalítico del colon irritable
Mónica Gorenberg. (Zaragoza)

17.30 h. La angustia y la enfermedad psicosomática
Lucía Serrano. (Buenos Aires)

18.00 h. Psicoanálisis de los trastornos inmunológicos
Alejandra Menassa de Lucia. (Madrid)

18.30 h. Descanso

19.00 h. La hipocondría, un miedo a vivir
Bibiana Degli Esposti. (Madrid)

19.30 h. La angustia y la enfermedad psicosomática
Amelia Díez Cuesta. (Madrid)

21.30 h. Cena de clausura

Información e Inscripciones:

C/ Princesa, 17 - 3º Izqda.
28008 MADRID
Tel.: 91 542 33 49
Fax: 91 548 33 01

Precio de inscripción:
Asistentes: 10.000 ptas.

 ORGANIZA:

ESCUELA DE PSICOANÁLISIS

GRUPO CERO

 

patrocina:

Editorial Grupo Cero

ZARPAR I

2 de septiembre de 1976,
Calafell (provincia de Barcelona)

Tengo en mi piel todo el murmullo de mis años.
Primera y última verdad
                                  cálida sorpresa.
Certera combinación donde mi nombre
nombra el fin del otoño, el fin de los ocasos.

Altas fragancias vienen desde el mar.

Anuncio, porque anuncian, la muerte del pasado.
Todo es un cielo azul, todo es mañana.

I     

Sé de la sinrazón de amar los muertos
y del oscuro drama de las flores
en la ciudad oculta por el mar.

Mujeres y delirios
sé del amor.

II

Navegante feroz
entierro mi tesoro en el mar,
voy a la deriva.
Soy
      el puro deseo.

III

Amante del destierro
—ciudadano del espacio abierto en mi mirada—
cuando gobierno el mar,
mi Dios,
son las palabras que pronuncio
cuando hago el amor.

IV

Nada me falta

poseo del mundo
                         los días por venir.

 V

El que perfora las opacas montañas
y abre con su cuerpo
un nuevo espacio hacia la luz
el Hombre
que hizo del sol una palabra
                                        y su destino.

VI

Atléticos soldados del pasado
desprecio vuestros muertos.

VII

Dispongo de no sé qué saber
acerca de la nada.
                          Ella calma mi sed.
Ella
es fuego voraz.
Destructora inefable de todos los destinos.

VIII

Cuando miro la tierra
el rugido feroz de la serpiente blanca
que anida en mis entrañas
anuncia de los volcanes furia y deseo.
Hirviente lava por doquier.

IX

Tiembla el océano
—muge como una vaca triste—
cuando mi sed por Ella
se detiene en mis ojos.
                                   X

Golpes de viento del destino en el rostro
desvían
en el comienzo del invierno
                                       mi mirada.
Soy
deben saber, entre nosotros,
el que gobierna el tiempo y el espacio.


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10 de septiembre de 1976, Madrid

Soy un pobre aquí en Madrid.
Mi única riqueza,
—en el desesperado intento de ser—
estas palabras que hilvano torpemente.

Cuando el color de los olivos y el olor
aceitoso —casi humano— de las colinas
están conmigo,
                      ella
                           huele su propio olor.

Tener
tengo la quietud de las bestias en saciedad.

                                       10 de septiembre de 1976, Madrid

Quiero que mi escritura sea plena y serena,
llena de suciedad y de lágrimas.
Quiero que mi poesía
                               sea todo el poder.

Agradezco esta experiencia de libertad,
donde las raíces,
                         las verdaderas raíces,
siempre estarán en otro sitio.

Dolor
porque un hombre solo se va volviendo triste.
Y un hombre triste no puede
con las escenas de la muerte.

En el marco del
X Congreso Internacional
 Grupo Cero
-Psicoanálisis y Medicina-
Recital de Poesía
Presentación del libro


LA

POESÍA

Y YO

de
Miguel Oscar Menassa

 

25 de febrero de 2000
a las 21,30 horas
ENTRADA LIBRE
Circulo de Bellas Artes-Madrid
C/Marqués de casa Riera, 2

10 de septiembre de 1976, Madrid

Querido:

Aquí estoy sano y salvo y ella, conmigo.
Haré con ella y sus amantes un movimiento.
Uno de esos movimientos perpetuos hacia la nada.
Haré que ella, haré que sus amantes, se olviden de sus muertos.

Fumo, ahora, tranquilamente mi cigarro después de la comida.

Domingo 12 de septiembre de 1976, Madrid

Allí donde tiemblan las argollas marinas
tiembla el horizonte.
Vengo de la tierra donde la mierda
crece silenciosa
entre las más bellas flores.

Traigo conmigo un corazón tocado por el oceánico
murmullo
             de la muerte.

Dirán de mí, seguramente, que vengo de un país
donde la guerra
                      tiene sus cantores.

12 de septiembre de 1976, Madrid

Se abren y se cierran
las puertas que ocultan los más bellos tesoros.
Se abren y se cierran en vaivén.
Y sin embargo sé
                         que ni muerte, ni locura
atraparán mis manos en ese sortilegio.
El poeta escribe, el poeta se desvive por escribir.

12 de septiembre de 1976, Madrid

Alocado, furioso,
cegado por el resplandor de las luces nocturnas
                                                                     escribo.
Tal vez motivos banales bañan mi cuerpo, ahora, en cálidas
y verdes aguas marítimas.

Madrid es pequeña y compleja de recorrer,
como una mujer.
                        Me quedaré en Madrid, entonces.
Hasta su intimidad,
hasta padecer lo más superfluo de sus mecanismos.

Tender las redes en una ciudad desconocida lleva su tiempo.
Será necesario envejecer.

12 de septiembre de 1976, Madrid

Escribo con la ilusión de escribir.
                                               No envejezco.

Mi rostro en el espejo se ve igual a días anteriores.

Y si esto que me pasa es la locura,
                                                    que sea.
La llevaré conmigo a todas partes.
No faltará quien diga que ella es mi querida.
No faltará quien diga que ella será mi destrucción.
Y sin embargo,
mirarme en el espejo me hace bien,
en ese gesto canta mi soledad.

Soy en verdad
                    entre toda esta gente
                                                   el que se me parece.
Soy un escritor y me alegra saberlo.
Tengo la obligación,
tengo el derecho,
                         de decirlo todo.

15 de septiembre de 1976, Madrid

Escribiré menos en los próximos días.
Intentaré,
              radicarme en Madrid.

NUESTROS LIBROS:
                           
EN TU LIBRERÍA, POR TELÉFONO O PERSONALMENTE

                              MADRID: 91 542 33 49
                              BUENOS AIRES: 14 328 06 14/07 10


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