Aldo Pellegrini
Argentina, 1903 |
NECESIDAD
DE LA MÁQUINA DE CALCULAR
Los búhos de cráneo transparente
todas las mañanas engendran el mismo paisaje en
sus ojos
de allí parten las sonámbulas vestidas de frío
para descender las desnudas escalas barométricas
de allí parten galopando las pestañas
para alcanzar la cumbre más alta de la pasión
los búhos de cráneo transparente
confunden el tiempo y la realidad
confunden el hombre y la miseria
confunden la ciencia con el sueño
sólo la máquina de calcular
puede aclarar la inmensa confusión que nos rodea
es necesario calcularlo todo
es necesario estudiar el origen de los precipicios
calcular el número de mujeres de rostro roído por
la niebla
calcular la ferocidad de los dientes
calcular los denominadores frenéticos
calcular los ríos que corren por la memoria
calcular las personas que se detienen bruscamente
en los puentes
calcular el vértigo de las láminas sumergidas
calcular los escalofríos
los castigos
la buena voluntad que se enfría
y calcular la distancia del hombre implacable
que se incorpora
para vomitar.

Crepúsculo de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 50x50 cm.
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Piedad Bonnet
Colombia, 1951 |
DEL REINO DE ESTE MUNDO
Hablo
de la muchacha que tiene el rostro desfigurado por el fuego
y los senos erguidos y dulces como dos ventanas con luz,
del niño ciego al que su madre le describe un color
inventando palabras,
del beso leporino jamás dado,
de las manos que no llegaron a saber que la llovizna es tibia
como el cuello de un pájaro,
del idiota que mira el ataúd donde será enterrado su padre.
Hablo de Dios, perfecto como un círculo, y todopoderoso y
justo y sabio.

El baño de Gulliver de Miguel Oscar Menassa.
Óleo sobre lienzo de 60x60 cm.
CUESTIÓN DE ESTADÍSTICA
Fueron veintidós, dice la crónica.
Diecisiete varones, tres mujeres,
dos niños de miradas aleladas,
setenta y tres disparos, cuatro credos,
tres maldiciones hondas, apagadas,
cuarenta y cuatro pies con sus zapatos,
cuarenta y cuatro manos desarmadas,
un solo miedo, un odio que crepita,
y un millar de silencios extendiendo
sus vendas sobre el alma mutilada. |