LAS 2001 NOCHES Nº 77

FEDERICO GARCÍA LORCA JORGE LUIS BORGES KHALIL GIBRAN
CESAR VALLEJO RUBÉN DARÍO AFORISMOS
SAN JUAN DE LA CRUZ CONSTANTINO CAVAFIS JOHANN WOLFGANG VON GOETHE
GABRIELA MISTRAL VICENTE ALEIXANDRE RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
ARTHUR RIMBAUD PABLO NERUDA FIEDRICH HEBBEL
GERMÁN PARDO GARCÍA ANTONIO MACHADO OSCAR WILDE
FERNANDO PESSOA FIEDRICH HÖLDERLIN RECITAL DE POESÍA:
5 MUJERES EN EL MUNDO
RUBÉN DARÍO HENRY MICHAUX RECITAL DE POESÍA:
"VAMOS TODOS QUE GANAMOS"
SOCIOS DE HONOR PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS EL OJO DE CRISTAL Y A PLENA LUZ CIERRE DE LA MUESTRA DE ÓLEOS
"COPIANDO EN CASA 2004"
MIGUEL OSCAR MENASSA FRESCORES INDIOS GRISES
EL MEJOR REGALO PARA ESTAS NAVIDADES

FEDERICO GARCÍA LORCA
España, 1898


HABLA LA SANTÍSIMA VIRGEN

Si me quito los ojos de la jirafa,
me pongo los ojos de la cocodrila.
Porque yo soy la Virgen María.
Las moscas ven una polvareda de pimienta.
Pero ellas no son la Virgen María.
Miro los crímenes de las hojas,
el orgullo punzante de las avispas,
el asno indiferente, loco de doble luna,
y el establo donde el planeta se come sus pequeñas crías.
Porque yo soy la Virgen María.

La soledad vive clavada en el barro...

NAVIDAD EN EL HUDSON

¡Esa esponja gris!
Ese marinero recién degollado.
Ese río grande.
Esa brisa de límites oscuros.
Ese filo, amor, ese filo.
Estaban los cuatro marineros luchando con el mundo,
con el mundo de aristas que ven todos los ojos,
con el mundo que no se puede recorrer sin caballos.
Estaban uno, cien, mil marineros,
luchando con el mundo de las agudas velocidades,
sin enterarse de que el mundo
estaba solo por el cielo.

El mundo solo por el cielo solo.

Son las colinas de martillos y el triunfo de la hierba espesa.
Son los vivísimos hormigueros y las monedas en el fango.
El mundo solo por el cielo solo
y el aire a la salida de todas las aldeas.

Cantaba la lombriz el terror de la rueda
y el marinero degollado
cantaba el oso de agua que lo había de estrechar;
y todos cantaban aleluya,
aleluya. Cielo desierto.
Es lo mismo, ¡lo mismo!, aleluya.

He pasado toda la noche en los andamios de los arrabales
dejándome la sangre por la escayola de los proyectos,
ayudando a los marineros a recoger las velas desgarradas.
Y estoy con las manos vacías en el rumor de la desembocadura.

No importa que cada minuto
un niño nuevo agite sus ramitos de venas,
ni que el parto de la víbora, desatado bajo las ramas,
calme la sed de sangre de los que miran el desnudo.
Lo que importa es esto: hueco. Mundo solo. Desembocadura.
Alba no. Fábula inerte.
Sólo esto. Desembocadura.
¡Oh esponja mía gris!
¡Oh cuello mío recién degollado!
¡Oh río grande mío!
¡Oh brisa mía de límites que no son míos!
¡Oh filo de mi amor, oh hiriente filo!

CÉSAR VALLEJO
Perú, 1892


NOCHEBUENA

Al callar la orquesta, pasean veladas
sombras femeninas bajo los ramajes,
por cuya hojarasca se filtran heladas
quimeras de luna, pálidos celajes.

Hay labios que lloran arias olvidadas,
grandes lirios fingen los ebúrneos trajes.
Charlas y sonrisas en locas bandadas
perfuman de seda los rudos boscajes.

Espero que ría la luz de tu vuelta;
y en la epifanía de tu forma esbelta,
cantará la fiesta en oro mayor.

Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos los místicos bronces
que ha nacido el niño-jesús de tu amor.
 

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA


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SAN JUAN DE LA CRUZ
España, 1542



ROMANCE 8

Prosigue la misma materia

Entonces llamó a un arcángel,
que San Gabriel se decía,
y enviólo a una doncella
que se llamaba María,
de cuyo consentimiento
el misterio se hacía;
en la cual la Trinidad
de carne al Verbo vestía.
Y aunque tres hacen la obra,
en el uno se hacía;
y quedó el Verbo encarnado
en el vientre de María.
Y el que tenía sólo Padre,
ya también Madre tenía,
aunque no como cualquiera
que de varón concebía;
que de las entrañas de ella
él su carne recibía:
por lo cual Hijo de Dios
y del hombre se decía.

ROMANCE 9

Del nacimiento

Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,

abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la agraciada Madre
en un pesebre ponía,

entre unos animales
que a la sazón allí había:
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,

festejando el desposorio
que entre tales dos había:
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,

que eran joyas que la esposa
al desposorio traía;
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía;

el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.
 

GRUPO CERO
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DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
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GABRIELA MISTRAL
Chile, 1889


PINOS DE NAVIDAD

A la medianoche justa,
en llegando el Bienvenido,
los que se durmieron hombre
se van despertando pinos.

Los gigantes son nonada,
los fuertes son temblorcillo,
y la Tierra sube y sube
por los brazos de los pinos...

Los bultos de gladiadores,
de almirantes y caudillos
serían escamoteados,
que esta noche manda un Niño...

Pesaban los animales,
las montañas y los ríos;
pero ahora pesa el mundo
lo que la aguja del pino.

El aire no huele a fruto
a flor, ni a viento marino.
Huele a renuevo de un día,
al Dios-Chiquito, al Dios-Niño.

De ramos verdea el mundo
porque está bajando un Pino,
¡rompe el aire, da en la Tierra
y posa el pie a lo divino!

 

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ARTHUR RIMBAUD
Francia, 1854



MAÑANA

¿No tuve en un tiempo una juventud amable, heroica, fabulosa, como para escribir sobre hojas de oro, -demasiada suerte? ¿Por qué crimen, por qué error, he merecido mi debilidad actual? Vosotros, que pretendéis que las bestias lancen gemidos de pena, que los enfermos desesperen, que los muertos sueñen mal, tratad de contarme mi caída y mi sueño. Yo no sé explicarme más que el mendigo con sus continuos "Pater" y "Ave María", ¡Ya no sé hablar!

Sin embargo, hoy, creo haber terminado el relato de mi infierno.
Era ciertamente el infierno; el antiguo, aquel cuyas puertas abrió el hijo del hombre.

Desde el desierto mismo, en la misma noche, siempre mis ojos cansados se despiertan a la estrella de plata, siempre, sin que se conmuevan los Reyes de la vida, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu. ¿Cuándo iremos, más allá de las playas y los montes, a saludar el nacimiento del nuevo trabajo, la nueva sabiduría, la huida de los tiranos y de los demonios, el fin de la superstición, a adorar -¡los primeros!- la Navidad sobre la tierra?

¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos! Esclavos, no maldigamos la vida.
 


 

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ALCALÁ DE HENARES
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
Tel. 91 883 02 13
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GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia, 1902
 


ÁNGELES DE LAS PARVAS

Diciembre activo en las recientes eras
su nuevo gluten leudador vertía.
En los cuerpos salud y valentía.
Calor en las gramíneas forrajeras.
Mi padre, un semental de las praderas,
ya vienen los arcángeles! decía.
Los arcángeles vienen! Y sentía
sus alas triguecer por las laderas.
Cribad esas espigas y sus granos
verted en las arrugas de mis manos!
Ángeles del pradal, venid en coro!
Y descendían insolando el viento,
en las barbas de ese hombre corpulento
esparcían los gránulos de oro.
 

RUBÉN DARÍO
Nicaragua, 1867



SONETO PASCUAL

María estaba pálida y José el carpintero:
miraban en los ojos de la faz pura y bella
el celeste milagro que anunciaba la estrella
do ya estaba el martirio que aguardaba el Cordero.
Los pastores cantaban muy despacio, y postrero
iba un carro de arcángeles que dejaba su huella;
apenas se miraba lo que Aldebarán sella,
el lucero del alba no era aún tempranero.
Esa visión en mí se alza y se multiplica
en detalles preciosos y en mil prodigios rica,
por la cierta esperanza del más divino bien,
de la Virgen, el Niño y el San José proscripto;
yo, en mi pobre burro, caminando hacia Egipto,
sin la estrella ahora, muy lejos de Belén.

FERNANDO PESSOA
Portugal, 1888


NAVIDAD

Nace un dios. Otros mueren. La Verdad
No vino ni se fue: el Error cambió.
Tenemos ahora otra Eternidad,
Y era siempre mejor lo que pasó.
Ciega, la Ciencia la inútil gleba labra.
Loca, la Fe vive el sueño de su culto.
Un nuevo dios es sólo una palabra.
No busques ni creas más: todo es oculto.
 


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INDIOS GRISES

EL ARTISTA CREADOR
EL MEJOR REGALO
PARA ESTAS
NAVIDADES
 


RECITAL DE POESÍA GRUPO CERO
“VAMOS TODOS QUE GANAMOS
Miguel Oscar Menassa,
Olga de Lucia, Manuel Menassa,
Antonio Menassa, Alejandra Menassa,
Fabián Menassa, Norma Menassa

MARTES , 18 DE ENERO DE 2005
A LAS 20:00 HORAS

GRUPO CERO
C/ Duque de Osuna, 4 - 28015 Madrid
Tel. 91 758 19 40 - www.grupocero.org

 


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“COPIANDO EN CASA”
Alejandra Menassa de Lucia, Claire Deloupy Marchand, Cruz González Cardeñosa

CIERRE DE LA MUESTRA
Jueves, 27 27 de Enero a las 20 h
GRUPO CERO- c/Duque de Osuna, 4
Información: 91 758 19 40
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LAS 2001 NOCHES
en nuestra sede:
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Un libro por persona y mes*

*--Excepto alumnos de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero--

 

LAS 2001 NOCHES

DIRECTOR:
Miguel Oscar Menassa.
SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA EUROPA:
Carmen Salamanca Gallego.
DUQUE DE OSUNA, 4.º (locales). 28015 MADRID (ESPAÑA).
Teléfono: 91 758 19 40

SECRETARIA DE REDACCIÓN PARA AMÉRICA:

Inés Barrio
C/ Mansilla 2686 - Planta Baja
Dpto. 1- Clínica
Dpto. 2 - Escuela y Editorial
Buenos Aires
Telf.: 00 5411 4966 1710 Escuela  
00 5411 4966 1713 Editorial

LAS 2001 NOCHES DIGITAL:
MADRID: grupocero@grupocero.org
BUENOS AIRES: grupocero@sinectis.com.ar
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Violeta Clara Peribañez Malugani (Ibiza) 6 €
Cristina Fernández Argudo (Madrid) 6 €
Carles Frabregat (Ibiza) 6 €
Miguel Fernández Cruz (Madrid) 6 €
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Miguel Oscar Menassa  (Buenos Aires) 500 us.
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Roberto Molero (Buenos Aires) 200 us.
Carmen Sílvia Presotto (Brasil) 200 us.
Lucía Serrano (Buenos Aires) 200 us.
Marcela Villavella (Buenos Aires) 200 us.
Alejandra Madormo (Buenos Aires) 100 us.
Ángela Cascini (Buenos Aires) 100 us.
Jorge Montironi (Buenos Aires) 60 us.
Cesira Cignoni (Buenos Aires) 20 us.
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...Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

MIGUEL OSCAR MENASSA
Argentina, 1940 y España, 1976


NOCHE VIEJA

Caigo, voy cayendo por la comisura de tus labios,
detengo mi caída para besarte, porque voy a morir.
Deslizo por tus pechos, agonizantes, mi sonrisa
y alcoholes y locuras inician la danza del adiós.

No es que se baile festejando mi cercana muerte,
no se emborrachan las almas puras para llorarme,
ni se quiebran las voces altas para oírme partir,
ni estallan los vientres de pasión para olvidar.

Se danza para que los temblores lleguen a tu piel,
para que tu piel alcance en los sonidos quebrados,
la música radiante e imposible, las voces del amor.

Antes de morir la caricia negra se contorsiona,
vive con frenesí los últimos goces de tu cuerpo
y doce campanadas desesperadas devoran el final.

SOCORRO
NO PUEDO
DETENER MIS PALABRAS

Este año quiero comenzar el año
brindando y no escribiendo
como todos los años anteriores.

Brindo por la revolución
porque nací en su tiempo
y por ser éste el tiempo de la furia
brindo por el amor a la revolución
y en ese amor
bebo la sangre y, también,
bebo la poesía de la revolución.

Levanto mi copa cual estandarte
para brindar por la mujer
porque Ella es de la revolución
su poesía.

Brindo por el hombre que no podré ser.

Tiro el contenido de mi copa
a la tierra
y brindo con los muertos.

En mi copa vacía penetran
los espíritus burlones
y poéticos de la noche,
y yo me los bebo
no sólo para divertirme
sino también,
para brindar contra la muerte.

Oscuridad para las luces
que huyen de mi cuerpo
violencia de claveles afiebrados.

Me detengo en la mirada de los amigos
para llenar mi copa con este verso.
Arranco de la espesura de la mañana
palpitantes estrofas.

Dejo caer sobre mi cuerpo
vertiente iluminada,
licores y sueños.

Hundo mi cuerpo con babas perfumadas,
polvoras humedecidas por el llanto,
olores de una revolución asesinada
y brindo por mi Patria.

En el intento de universalizar mi canto

pongo sobre mi cuerpo
las sedas del ocaso
terráqueo sin medida
palabra rota
descuartizado ser
hacia el espacio
brindo por mí.

Delicado y fugaz
me parto en tus entrañas,
como el cristal del tiempo
como el cristal que suena
en la garganta cósmica
canción del Universo.

Hago de las astillas una flor,
dejo que los más pequeños,
rompan la flor entre sus manos
y arrojen al viento
las partes más bellas de la flor.

Caballero de la poesía
monto en pelo
a lo indio
una yegua con alas.

JORGE LUIS BORGES
Argentina, 1899
 


ARTE POÉTICA

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Ítaca
verde y humilde. El arte es esa Ítaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.


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RUBÉN DARÍO
Nicaragua, 1867


AÑO NUEVO

A J. Piquet

A las doce de la noche, por las puertas de la gloria,
al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
                                                                             [San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra, hecho cual si fuese para Salomón.
Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
su capa raras piedras de una ilustre Visapur:
colgada sobre el pecho resplandece la divina Cruz del Sur.
Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco,
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco del Arquero.
A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno,
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, le corona el blanco Invierno,
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.
Cada flecha que dispara, cada flecha, es una hora;
doce aljabas, cada año, para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora del Arquero.
Alredor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.
San Silvestre, bajo el palio de un zodiaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales,
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes inmortales.
Reza el santo y pontifica; y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo; y su brazo abarca el arco
[y el Arquero.

LOS TRES REYES MAGOS

- Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: La vida es pura y bella.
Existe Dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina Estrella!

-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe Dios. Él es la luz del día.
¡La blanca flor tiene sus pies en lodo
y en el placer hay la melancolía!

-Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe Dios. Él es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la Muerte.

- Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.
Triunfa el amor, y a su fiesta os convida.
¡Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la Vida!

CONSTANTINO CAVAFIS
Grecia, 1863


ÍTACA

Cuando salgas de viaje para Ítaca,
desea que el camino sea largo,
colmado de aventuras, colmado de experiencias.
A los lestrigones y a los cíclopes;
al irascible Poseidón no temas,
pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino,
si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita
emoción te toca cuerpo y alma.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.

Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que -¡y con qué alegre placer!-
entres en puertos que ves por vez primera.
Detente en los mercados fenicios
para adquirir sus bellas mercancías,
madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,
y voluptuosos perfumes de todas clases,
todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.
Y vete a muchas ciudades de Egipto
y aprende, aprende de los sabios.

Mantén siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que viejo al fin arribes a la isla,
rico por todas las ganancias de tu viaje,
sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas.

Ítaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.

Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.

VICENTE ALEIXANDRE
España, 1889


QUIEN HACE VIVE

La memoria de un hombre está en sus besos.
Pero nunca es verdad memoria extinta.
Contar la vida por los besos dados
No es alegre. Pero más triste es darlos sin memoria.
Por lo que un hombre hizo cuenta el tiempo.
Hacer es vivir más, o haber vivido,
O ir a vivir. Quien muere vive, y dura.
 


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PABLO NERUDA
Chile, 1904


ODA AL TIEMPO

Dentro de ti tu edad
creciendo,
dentro de mí mi edad
andando.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la mirada
y junto a las castañas
quemadas de tus ojos
una brizna, la huella
de un minúsculo río,
una estrellita seca
ascendiendo a tu boca.
Sube el tiempo
sus hilos
a tu pelo,
pero en mi corazón
como una madreselva
es tu fragancia,
viviente como el fuego.
Es bello
como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Cada día
fue piedra transparente,
cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
y este surco en tu rostro o en el mío
son piedra o flor,
recuerdo de un relámpago.
Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
pero tú eres mis ojos.
Yo fatigué tal vez bajo mis besos
tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.
Amor, qué importa
que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
mi cuerpo y tu dulzura,
mañana los mantenga
o los desgrane
y con sus mismos dedos invisibles
borre la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.

ANTONIO MACHADO
España 1875


PROVERBIOS Y CANTARES

XLIII

Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

 

FIEDRICH HÖLDERLIN
Alemania, 1770


EL ESPÍRITU DEL TIEMPO

La vida es la tarea del hombre en este mundo,
Y así como los años pasan, así como los tiempos hacia lo más
       alto avanzan,
Así como el cambio existe, así
En el paso de los años se alcanza la permanencia;
La perfección se logra en esta vida
Acomodándose a ella la noble ambición de los hombres.
 

HENRY MICHAUX
Bélgica, 1899


LOS QUE FUI

Estoy habitado; hablo a los que fui y los que fui me hablan.
Experimento a veces la molestia de sentirme extranjero. Los que fui constituyen ahora toda una sociedad y acaba de ocurrirme que ya no me entiendo a mí mismo.
-¡Acabemos! –les digo-. Yo he ordenado mi vida, no puedo ya prestar oídos a vuestros discursos. Que cada cual se tome su trozo de tiempo: vosotros habéis sido, yo soy. Yo trabajo, escribo una novela. Comprendedlo. Y mandaos mudar...
-¡Publícame, por favor!... –me espeta uno.
-¡Vaya!... ¡Hay cada pobre loco en mí!
-Vosotros vivisteis un año, dos años a lo sumo, en común en mi pellejo y ahora queréis venir a dominarme, a mí, que soy.
-Yo no quiero morir –dice uno que fui.
"Yo no quiero morir", y es sin embargo un escéptico.
Es así como uno se deja engañar. Y es también así como se pierden tantas oportunidades. Se tiene el deseo de escribir una novela y se escribe sobre filosofía. Nunca se está solo en su pellejo.


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PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS A PLENA LUZ DE MARÍA CHÉVEZ Y
EL OJO DE CRISTAL DE CARMEN SALAMANCA
PREMIO PABLO MENASSA DE LUCIA

 

Hay poesía cada vez que un escrito nos introduce en un mundo diferente al nuestro, que dándonos la presencia de un ser, lo hace nuestro también.

La poesía es creación de un sujeto que asume un nuevo orden de relación simbólica con el mundo.

“Si es posible el poema es posible la vida”, enunciación que, en la Escuela de Poesía Grupo Cero, soporta el deseo del poeta, y es desde ahí que estas poetas inician la partida.

A plena luz de María Chévez y El ojo de cristal de Carmen Salamanca, dos libros, cada uno perteneciente a su propio nudo.

Si la belleza te abarca, te estruja y aún te ama/algo te espera en ella.

Un verso más,/imperceptible torsión del alma,/y la vida comienza de nuevo.

Dos comienzos que muestran su procedencia.

Una poesía que no cesa de decir donde la belleza toma su forma y una poesía de una intensidad inusitada, ahuecada por un silencio propio, donde hasta el incienso se hace página.

Una poesía del pliegue y una poesía del despliegue, surgen cuando escriben bajo los auspicios del vacío irreductible.

Bajo la atracción del vacío que la Cosa poética ejerce sobre el poeta, una y otra poeta, hacen surgir una metáfora del sujeto, un sujeto que muestra las transformaciones en el sujeto y otro que muestra en sus efectos estas transformaciones.

Un “hacia” cruza impasible estos textos que hace que se instalen en un tiempo reversible, un tiempo que instala un punto de comienzo, un punto de no retorno. Ya nada será lo mismo, toda próxima vez será una primera vez, toda vida es a ras, a ras de la inocencia, a ras de la ignoracia, a ras del suelo, a ras de la vida misma que se escapa antes de alcanzar el goce de la palabra, y después queda esa huella que habla en cada quien.

Una poesía que muestra el despliegue de un sujeto entre otros, donde los otros son abstracciones simbólicas y otra poesía donde los otros se muestran como lugares marcados por un orden simbólico.

“y escribo, con tu nombre, mi mirada”, escribe Carmen Salamanca.

“Aquella mujer escribía y también la otra y aun esa
que vivía en un país de sombras...”,
escribe María Chévez.

Cuando hablamos desde el otro, hablamos del sujeto, de lo humano
por excelencia, del lenguaje que nos estructura.

MI EPITAFIO, de Carmen Salamanca Gallego

Equivocada, una vez más,
ciega y perpleja, resisto
crueles embestidas del abismo.
Recorro paisajes imposibles,
rutas de una huída postergada
donde el eco del dolor
espera, vigilante, mi derrota.

Otra vez la temida ausencia:
el mundo detenido entre mis manos
agonizando a ritmo de nada.
Seducida por eternas magnitudes
recupero el rastro de mis huellas
atiborradas de mágico desdén.

Resucitar sin paliativos, me digo
impasible ante el reproche, y decido:
Este poema no será mi epitafio,
esa costra tendida
en el extremo sur de la muerte.
No será éste mi último beso.

SI LA BELLEZA TE ABARCA, de María Chévez
-Fragmento-

Si la belleza te abarca, te estruja y aún te ama
algo te espera en ella.
Yergue los hombros abatidos, mueve ambos brazos

siente como pájaro o pianista
ejerce esta vida que murmura entre los dedos.
Cedro y música.
Valkirias y nibelungos, bosques azules, entre las marcas.
Y, sobre todo, aspira en los perfumes suaves
tu destello infinito esfumado y efímero.

Si algo se pudre y aún no lo soportas,
si estalla la muerte en pueblos amados,
si tu planeta se quema en medio del verano,
honra a tus antecesores y también a Dios
cuando sea necesario.
Escombro y bruma, adelanta el paso,
toda latido y hallazgo.

Aquella mujer escribía y también la otra y aun esa
que vivía en un país en sombras y todavía le cantan
también algunas de gesto audaz equivocado,
sometido a inmensidad y perdularios.
Éstas provenían del sur desolado, eran aguas antárticas
las que rozaban sus versos.
Y en pleno caribe, mujeres más viejas aún que yo misma
alternan el odio con ocio y amor...

La poesía hace a los poetas. La poesía es una espera abierta, una
herida reincidente, tanto más deliciosa cuanto más insoportable.

El estilo es el sujeto para el poeta consumido por los versos, “Un poeta asesinó su hombre para escribir este poema/y eso, es un hombre”, una poesía donde los pasos dados están anudados a otros pasos, una poesía donde se pone en juego lo omitido y lo pronunciado, siempre por venir, una pasividad activa, una entrega a lo indecible que deja marca en el cuerpo del poema.

Un sujeto surge, una metáfora del sujeto se desliza de forma metonímica.

Una y otra poeta, singulares y abismales, nacen en el abismo y permanecen en él hasta dejar rastro, María Chévez mostrando las construcciones del deseo, desplegando la metonimia del deseo del sujeto, una alegría por vivir, por escribir, una historia de impasse y nacimiento: “Cadenas de entusiasmo sin memoria,/sin sed, moviendo secuencias/continuas y abiertas” y Carmen Salamanca mostrando el sujeto desplegado en sus articulaciones significantes, el sujeto del deseo, atrapado en sus designios y todavía libre, danza del tiempo que no se detiene a pesar de los hábitos: “y, frente al asombro de mis ojos,/mudo la piel para seguir soñando.”

Podríamos decir que María Chévez es poeta de la metonimia del deseo del sujeto y Carmen Salamanca es poeta de la metáfora del sujeto del deseo, dos formas singulares de poetizar lo humano por excelencia, la propia constitución del sujeto en su funcionamiento, siempre singular, dividido y múltiple.

María Chévez publica por primera vez en 1976, fecha del nacimiento del Grupo Cero Madrid, y es la primera vez que la Editorial Grupo Cero publica un nombre de mujer. Este libro es su sexto libro de poesía. Carmen Salamanca publica por primera vez
en 1995, fecha del nuevo nacimiento del Grupo Cero Buenos Aires,
y es su cuarto libro publicado. Estos libros muestran su deseo de
permanecer en la poesía, permanecer en la formación del deseo del
poeta.

Gracias por perseverar.

Amelia Díez Cuesta. Psicoanalista
Madrid: 91 402 61 93

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Hoy es un día de fiesta para todos. A plena luz, dorada luz cayendo
en picado sobre el amor, sobre la vida, sobre todas las cosas...

El libro que nos toca presentar hoy, es el resultado del trabajo de una poeta que lo fue desde el comienzo. Nos lo muestra en este libro, como en todos los anteriores, empezando por Afrotiki en 1976. Veintiocho años en la poesía.

La poética que recorre el libro, la posición que la poeta tiene con
respecto a la historia de la poesía y en relación al arte poética, se
despliega en todas sus páginas, una poética que es un nudo que no
puede ser sin lo real, lo imaginario y lo simbólico. Tiene por tanto
en cuenta la realidad, al lector y a los grandes poetas.

María Chévez tampoco rehúsa en sus versos a su ser psicoanalista.

Poesía y Psicoanálisis, nombre del proyecto Grupo Cero, también cruzan como el rojo fadián, ese hilo que en la armada inglesa
atraviesa todos los nudos y los hace inconfundibles, todo el libro.

La poesía de María habla de una realidad humana, en la que siempre
hay un sujeto que se implica, que dice, en ocasiones narrativa,
nunca explica siempre desrealiza, le presta su voz a los habitantes
de la calle, a los soldados, a los muertos en guerras, a las mujeres
amadas, a los hombres amados, a las mujeres maltratadas, y ahí va
haciendo su propia voz, entre poetas amigos.

Una especie de emoción, y por qué no decirlo, de orgullo, que si


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no nombro entorpecerá las próximas palabras, cuando María me regala uno de los últimos ejemplares de Afrotiki, su primer libro, hoy hace unos cinco años, siento que se me da el lugar de poeta, lugar que por otra parte nadie te puede dar, pero en ese sentir, di mis próximos pasos hacia la poesía. En ese momento pensé que se me escogía entre otros posibles para recibir ese obsequio, ahora ese pensamiento de haber sido escogida entre otros, en este caso para presentar este poemario, se repite. Agradezco porque pude leer este libro de nuestra primera mujer poeta. Y la lectura siempre te transforma.

Hoy todas las mujeres poetas del Grupo Cero somos María Chévez y Carmen Salamanca.

Por poeta, ciudadana del mundo, siempre tiene no obstante una palabra para su América, pletórica, selvática, madre exuberante.

Después de este pequeño paréntesis, retomamos aquello que habíamos señalado sobre la poética de la autora. En el envés del libro se pueden leer los siguientes versos:

Quehacer abrupto sin fondo conocido/bálsamo y recóndita alegría/
trazo un rasgo y otro y algo más...” El abrupto quehacer del poeta, que en este caso es una mujer: “aquella mujer escribía, y también la otra y aún esa que vivía en un país de sombras”, este verso es del poema que abre el viaje, de su primera puerta a la poesía.

Insiste: “Otra mujer escribe y dice que soy sus torbellinos de humo,”.

Confiesa: “Esta mujer que soy, todavía dentellada y luz, se esconde entre la especie,”.

Se delata: “Esta mujer que soy escribe.”.

Agradece: “Porque el poeta que vive en la poesía le sopla los versos en pleno viento de furia juvenil”. O: “Poeta en suaves colores/ arranco de tu luz/mi voz primera”.

Poeta que sabe que la poesía tiene que ver con la posición femenina, con dejarse escribir, por eso su poeta le sopla al oído los versos.

Sabe que un poeta no puede ser más que entre semejantes, entre otros poetas, se sabe escrita por otras escrituras: “Otra mujer escribe..”. Se implica: “Esta mujer que soy, escribe”. Y también:

“Vendré, lo sé, a acurrucarme entre las alas/de una paloma eterna, inconmensurable/Poesía”.

La implicación, la posición, el reconocimiento del Otro, en este caso la historia de la Poesía, y el reconocimiento del otro semejante, el compañero poeta, más allá de su cercanía o lejanía son hilachas escarlata de este hilo que llamamos Poesía y Psicoanálisis.

María es una poeta social, su obra no escaparía a la aseveración de que la poesía es la verdadera historia de los pueblos, una poeta culta, que pulsa al ritmo de su tiempo, sus palabras no envejecen porque ella tiene la valentía de ser una mujer de su edad, que no retrasó su crecimiento cuando tocó crecer con el mundo: “Apurar la copa de virtud/si nos embriagamos,/consuetudinario/ Baudelaire,/será escanciando la poesía que sorben con fruición las almas de todos los continentes./Poder amar esta locura veintiúnica...

¡Intrépida ambición/la del poeta!”

Por eso la poeta es un hombre que cada mañana introducía en la ranura de su corazón las monedas necesarias y pensaba la venganza, o es la voz de los muertos en presencia de la Guerra: “Es que hoy/los muertos/se amontonan sobre mi mesa y cada veta -noble caoba-/adquiere contornos de magullones, huesos quebrados, vísceras sangrantes tornándose óxido de aire”. O la voz de una mujer golpeada: “Hay que amar este cuerpo de mujer atormentado, esta piel suave escarnecida, casi sólo alma entre las emboscadas. Hay que ser capaz de recoger/los trozos de carne desparramados/quitárselos al viento/para que el aire sólo encuentre de todas ellas un perfume”.

Y también nos hizo llegar con sus palabras a todo el dolor del siglo XXI: Kosovo, Iraq, las torres cayendo en Norteamérica...

Por lo tanto, Kosovo, si puedes, escucha: emperifóllate, maquilla tu rostro, tapa las huellas. Exige lo mejor, sedas, claveles, zafiros, y hasta un poco del famoso oro, para amurallar y quemar tu alma dividida, hecha trizas. Que no vean tu rostro lleno de lágrimas. Que no vean tu cuerpo muerto, amoratado. Que nadie perciba tu insostenible esqueleto encadenado.

 

LAS 2001 NOCHES
ES UNA REVISTA Y TAMBIÉN UN
CICLO POÉTICO–MUSICAL

BAR CELTA
de Buenos Aires (Sarmiento y Rodríguez Peña)
Coordinadora: Lucía Serrano
ÚLTIMO MARTES DE CADA MES
A LAS 21,30 H
Informes: Enciso 1363 - Tigre
 Tel.: 4749 6127
luciaserrano@las2001noches.com

 

Ahora en Bagdag, donde los califas arrojaban brillantes a un corazón
de fauces abiertas entre jades y remolinos Tigris, Eúfrates, cuna y martirio de la civilización occidental -demócrata y cristiana vuelan sobre Babilonia siete pájaros oscuros desolando jardines.

Cuando la indagación despiadada transforma el vuelo de un avión de pasajeros en trayectoria de misil, se ha iniciado el siglo XXI...

Alejandra Menassa de Lucia. Psicoanalista-Médico
especialista en Medicina Interna
Madrid: 91 758 19 40

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Es un poemario escandido en tres partes, habitado por treinta y dos poemas. Se podría aventurar que El ojo de cristal es la misma mirada ciega de la poesía, diseminada en la frágil conjunción de la memoria y el olvido. Sobre este tramado el ojo ya no es el que percibe con más o menos nitidez, sino el portador de una memoria inmemorial (“ojos cegados de eternidad”), canal y caudal para una “mirada huérfana de esperanza y pupilas”. El cristal, quebradizo y trasparente, es la superficie empeñada por los recuerdos. Sus arenas silíceas, silenciosas y movedizas no permiten que ningún poema viva el sueño quieto de su cristalización. Es en ese lecho cristalino, homogéneo y susurrante, donde lo exterior y lo interior quedan sustraídos a la visión para intercambiar sus juegos ópticos, sentimentales y trópicos. Así lo más interno es tal cuando existe deslizándose en su afuera, que es más interiorizado que nunca cuando finca en las cuevas del recuerdo. Pero siempre exteriorizándose en las vastas llanuras de una memoria imposible, pues su pasado es inmemorial, no un suceso que pueda ser retenido y en otro momento expulsado con precisión o rememorado. Ya volveremos a ella porque su materia es la misma textura del retorno de
aquello que nunca estuvo ahí pero que vuelve para decirnos que avanza desde otro lado, que está a nuestra disposición, que proviene hacia nosotros desde su más puro devenir, el porvenir.

Un libro así, urdido como un inmenso trabajo de duelo, atravesado por lo que roza la escritura funeraria, delinea también los senderos de una memoria afligida, compactada por el dolor (“la roca del dolor bajo mis sueños”), “simiente de un futuro perfecto”, tiempo memorial de un hecho no acaecido y de un deshecho efectivo.

Un libro así, que impulsa una memoria productiva, y no una fiel reproducción, es indócil y no domesticable, es decir, exige una operación de lectura al costado de las certezas, desiste “del juicio persistente”, deserta “de la métrica esencial,/escueto descalabro sin acordes”, prefiriendo el rumbo doloroso de su duelo, el acuerdo con sus propios acordes.

Un libro así, es una verdadera puesta en abismo en todas sus polisémicas direcciones (“A la derecha una cifra;/a la izquierda el abismo”).

El espacio está volcado hacia una u otra posición. También podría ser a la derecha una palabra por venir, insospechada, preñada de futuro y como él, cifrado. A la izquierda -para nosotros- el margen que nunca se escribirá, un abismo blanco e inolvidable.

Pero, asimismo, el abismo es la bestia, sin bestialismo, hecha de vértigo y feroces atropellos imprevistos, “crueles embestidas del abismo”. Finalmente el abismo, dicho de otra manera está entre cada palabra (“Finísimas escamas de témpano solar,/herederas de inasibles contenidos”) que cava el agujero bullente del alma poética, “el hueco palpitar de mi alma”, en cuanto alma animada por la palabra y no por algún espíritu trashumante.

Retornando al problema de la memoria que surca, abriendo un surco en todo el libro, vemos que dicha memoria no es un tema reconocible, registrable o fichable. Se trata de un núcleo sin identidad, de un enigma que no permanece escondido a la manera de un significado que es necesario desocultar. Es la que nutre a la poesía y al psicoanálisis, la que pivotea en la misma estructura del lenguaje.

En tanto que tal es poiética, generadora de su propio juego significante, que no le pide ni le exige a lo “efectivamente ocurrido” su certificado de existencia, pues se lo autoemite con sus producciones específicas. Siempre en un presente amplificado, paradójico, ya que avanza desde un “futuro perfecto” en cuanto no cumplido por la potencialidad y anterioridad que lo circunda.

Mnemosyne, memoria poética, madre de las nueve musas, poema incalculable de Hölderlin, resuena en la que teje diestramente, con el olvido, <El Ojo de Cristal>. A su invocación copertenecen la imposible representación de la muerte y la trasmutación del olvido (“La muerte se vistió de olvido”). ¿Y dónde recurre esto? En la simultaneidad geométrica de las “perpendiculares al recuerdo”.

Desde hace mucho, desde un tiempo acristalado en el mito la indisoluble copertenencia ha sido registrada. Se narra que quienes consultaban el oráculo de Trofonio en Beocia (actualmente la unidad fundamental -o nomos- de la división administrativa griega), encontraban dos fuentes la de la memoria y la del olvido. Los viandantes deberían beber de ambas si deseaban remitirse al oráculo de modo satisfactorio. Mnemosyne, que nombraba a la memoria, la poiesis y la vida. Leteo, que apellidaba al olvido, la muerte y el sueño. En sus intersecciones, gracias a sus brebajes, la poesía podía ostentar tanto su capacidad productiva como anticipatoria de los tiempos que ya residían en ella, aunque para la mayoría estuvieran por llegar de un modo peculiar e indirecto. Desplazado de lo que


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señala a lo que alude y anuncia metafóricamente. Pero, en <El Ojo de Cristal>, aún hay una pista que me gustaría seguir en este tránsito hacia una meta que se pierde de vista, que nace perdida para la vista y olvidada de sí misma. En un cuarteto de “Estallido de la Piel”, dice el poema <Fibras y remiendos,/ sencillas renuncias en la noche/ y, después, borrar las huellas,/ recostar el pensamiento>.

Las dos primeras se limitan a constatar un estado de cosas. La tercera a consignar una actividad preparatoria. Sin embargo la cuarta, un bello tropo, sintético y exacto, de esos que se condensan de vez en cuando, nos lanza hacia la memoria sustraída a la cronología, a la retención del dato, de la datación y del datado, “Funés el memorioso”.

<Recostar el pensamiento> es una línea que podría desencadenar la escritura sobre un largo texto. O más de uno. Quizás, hasta puede ser que ya estén escritos, todos en la serie de las grandes haches parlantes -no mudas, sino anudadas, Hegel, Hölderlin, Heidegger. En ellos la memoria es fundamentalmente producción significante de pensamiento. “Mnemosyne”, “Andenken” (denken: pensamiento) en Hölderlin. “Gedächtuis”, memoria pensante, neutra, alejada de la “Erinnerung”, del recuerdo atrapado, todavía, por la imaginación y la representación en Hegel. Se puede “traer un recuerdo” de China o México, pero no una memoria cuyo nódulo es pensamiento. Otro tanto ocurre con la memoria en Heidegger, no se la puede trajinar, hay que dejarla pensar en uno. Y ese uno dividido lo signará el psicoanálisis en la conjunción abierta, hendida, de psicoanálisis y poesía. Amén de que la verdad se filtrará por la
grieta del olvido, justo por ese vacío donde la memoria es más plena.

Para ir terminando nada mejor que retomar, “de memoria”, algo
que mencioné al comienzo, decía que este libro rozaba la escritura
funeraria, más no fúnebre, un impulso desde la muerte para que la
vida tenga múltiples sentidos. En el poema “Mi Epitafio” convergen
y divergen todos los elementos de un arduo trabajo de duelo,
cuya interpretación delego para miradas más avezadas que la mía.
Me detendré brevemente en el epitafio para finalizar, no hay duda
que es para ello, con un subrayado. W. Wordsworth, ese gran poeta
inglés, decía del epitafio, “está abierto al día; el sol mira la piedra,
las lluvias del cielo tamborilean sobre ella”. El ojo del sol, el ojo
de cristal, se transforman en un ojo poético, un ojo sin yo, que lee
el texto con las menores interferencias posibles o la imposibilidad
total de captar la producción poética, científica, artística, desde la
imposición de un “yo creo”, “yo siento”, “yo estimo”, “me gusta”
“no me gusta”. Aunque este largo cicunloquio por la memoria del
texto creo que me autoriza, mínimamente, para expresar: me gustó,
mucho, más allá de lo que atiné a esbozar en estos trazos provisorios.

Juan Carlos De Brasi Psicoanalista
Madrid: 91 547 56 64

FRESCORES

HALIL GIBRAN
Bsharri (actual Líbano), 1883


¡Qué extraño es el tiempo y qué raros somos nosotros! El tiempo ha cambiado verdaderamente, y nos ha cambiado. Caminó un paso más, descubrió su rostro, nos asustó y nos ensoberbeció.

Ayer nos quejamos del tiempo y temblamos de terror, pero hoy aprendimos a amarlo y a venerarlo, porque hoy comprendemos sus intentos, su disposición natural, sus secretos y sus misterios.

Ayer nos humillamos de espanto como fantasmas temblorosos entre los temores de la noche y las amenazas del día, pero hoy caminamos alegremente hacia la cima de la montaña, sede de la furiosa tempestar y cuna del trueno...

Ayer honramos falsos profetas y hechiceros. pero hoy el tiempo cambió y nos cambió. Hoy podemos dar la cara al sol y oír el canto del mar; nada puede sacudirnos, salvo el ciclón.

Ayer derribamos los templos de nuestras almas y con sus escombros construimos tumbas para nuestros antepasados. Pero ahora nuestras almas se han convertido en altares sagrados a los que los fantasmas del pasado no pueden acercarse, a los que los dedos descarnados de los muertos no pueden tocar.

Éramos un pensamiento silencioso escondido en los rincones del olvido. Hoy somos una voz potente que puede hacer retumbar el firmamento.

 

AFORISMOS

JOHANN WOLFGANG
VON GOETHE
Alemania, 1749


- Lo que no se hace hoy no se hará mañana. No se debe perder por
descuido ningún día.

- El poeta, en una palabra, no considera para nada el tiempo.

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina, 1927


- Vivimos en las fauces abiertas de la nada. Tenemos algo que decir.

- No estamos solos porque no somos eternos.

- ¿Con qué sueñas, rostro que morirás sobre mi rostro, mientras los asesinos pasan lista?

- La modificación es lenta. De allí lo inesperado. En las orillas del mañana nos espera el deseo de ayer con sus implicaciones. El cobre
negro dialoga con el sol sobre el manto del rey.

- No hay reino: sólo la claridad que hiere y la tiniebla que repara.

- El tiempo de la mano que corta es menos rápido que el de la mano que comprende. Pero la estrella de la develación también termina por aparecer (un poco tarde quizá para tu cálculo de monje, pero siempre en su aurora para tu corazón de aparecido).

FRIEDRICH HEBBEL
Dinamarca, 1813


- El momento sostiene siempre a su individuo; el siglo rara vez al
suyo.

OSCAR WILDE
Irlanda, 1854



- El pasado no tiene ninguna importancia. El presente no tiene ninguna
importancia. Sólo el futuro importa. Pues el pasado es lo que el hombre no debería de haber sido. El presente es lo que no debería ser. El futuro es lo que son los artistas.

- La vida es terriblemente deficiente de forma. Sus catástrofes se verifican mal y a gente sin condiciones para ello. Hay un grotesco horror en sus comedias, y sus tragedias parecen culminar en bufonada.

Siempre que se acerca uno a ella queda herido. Las cosas duran demasiado o demasiado poco.

- Antes acostumbrábamos a canonizar a nuestros héroes. El sistema
moderno es vulgarizarlos. Las ediciones económicas de grandes
libros pueden ser deliciosas, pero las ediciones baratas de grandes
hombres son siempre detestables.

- Todo gran hombre hoy día tiene sus discípulos, e invariablemente
es Judas el que escribe la biografía.

- Hoy día todo el mundo es inteligente. No puede uno ir a ninguna
parte sin encontrar personas inteligentes. Esto ha llegado a constituir
una verdadera calamidad pública.

- Los dos puntos flacos de nuestra época son su falta de principios
y su falta de perfil.

 


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