LAS 2001 NOCHES Nº 70

EL ARTISTA CREADOR

PABLO NERUDA

EXPOSICIÓN "RETRATOS Y LUCES" OLGA DE LUCIA VICENTE

EZRA POUND

ODA A LA SOLIDARIDAD

EXPOSICIÓN "COLORES DE LA MIRADA" DE AMELIA DÍEZ CUESTA

CAUSA

ODA AL CRÁNEO

ACERCA DEL CD DE INDIOS GRISES "EL ARTISTA CREADOR"

LOS OJOS

ODA A LOS POETAS POPULARES

PARA MIGUEL OSCAR MENASSA

INSTRUCCIONES ÚLTIMAS

ODA AL PERRO

INDIOS GRISES EN BUENOS AIRES

EL RESTO

ANIMAL DE LUZ

COLORES DE LA MIRADA "AMELIA DÍEZ CUESTA"

ITÉ

DEBER DEL POETA

SOCIOS DE HONOR

ENCARGO

SÓLO LA MUERTE

FERIA DEL LIBRO DE BUENOS AIRES

AFORISMOS- RAÚL GUSTAVO AGUIRRE

VIVIMOS EN MADRID

NOVEDADES 2004

EL ARTISTA CREADOR

NUEVO CD DE

INDIOS GRISES

"Las cerezas maduran paulatinamente del verde al rojo. Algo similar ocurre con el sonido de una cuerda: el artista logra que las disonancias maduren paulatinamente en armonías." Esta frase, escrita por Lichtenberg a mediados
del S. XVIII, refleja la tan corta como intensa trayectoria del Grupo poético-musical INDIOS GRISES.

En enero, absolutamente verdes, lanzaron al mercado su primer single, Primera Entrega. Casi inmediatamente, dos LP: Carnaval 2004 y Pepe el Conformista, álbum éste donde sus pieles lucen ya un naranja brillante. Apenas tres meses después, nos ofrecen un nuevo trabajo, El artista creador, diez canciones grabadas íntegramente en Buenos Aires. Los músicos: dos guitarras,
Leandro y Emiliano Briscioli; el bajo, Adrián Castaño y el batería, Martín Cipriano.

Para el músico uruguayo Jorge Drexler, "La melodía es como un fijador que se añade para dejar claro lo que queremos trasmitir." En este LP, INDIOS GRISES van más allá. Cada tema ha sido especialmente estudiado y, con exquisita puntería, elegido para fundirse con la letra. Delicada pero firmemente, el revolucionario decir de Menassa se asienta en el hacer de estos músicos y el
resultado es un producto redondo que, sin exagerar, podemos calificar de clásico.

Clásico viene del latín classicum (de primera clase), y se aplica a aquello que se adapta a las normas y costumbres consideradas como fórmula de perfección establecidas (Larousse).

Y es que la seriedad de los componentes del Grupo es digna de mención. Esto se nota, tanto en el resultado final como en cada uno de los temas, pasando por la manera en que cada músico se entrega al instrumento para ser pura vibración.

Vayamos de lo general a lo particular. Este álbum ha sido pensado con inteligencia, hasta el último detalle.

Rock, blues, jazz, son los ritmos que marcan la pauta, pero libres de aquellas suciedades sonoras, de texto, de rabia y de actitud que, a veces, el género exige. El grupo se siente más cómodo entre baladas clásicas tratadas como porcelanas y retazos sabiamente avinagrados de las formas libres de los sesenta.

El primer tema, a modo de presentación, nos va introduciendo en el clima necesario para captar la dimensión del hecho. Y no deja lugar a dudas. Un comienzo de alto nivel que no decaerá en ningún instante, al contrario, irá aumentando en intensidad, controlando la energía hasta
el momento final en que el sonido pareciera estallar en mil pedazos, sin que por ello nos sintamos agredidos.

Difícil apuesta, tratándose de este tipo de ritmos, que los músicos resolverán con exquisita rigurosidad. Con una elocuencia honrada y sincera, ligarán conceptos y acordes sin el pie de la técnica encima del cuello. Muestra de ello es el último corte, una auténtica fiesta para los oídos, donde cada instrumento (guitarras, bajo y batería) tiene su momento de gloria. Y vaya si lo aprovechan.

Rock casi académico, donde Leandro nos muestra sin tapujos, pero también sin excesos, la fuerza de su voz. Soberbio ejercicio de doma para este pura sangre, que le permitirá recorrer todos los registros y sus matices, con la libertad de quien sabe que ya ha elegido sus cadenas.

 

Como muestra, baste un botón: "Soy un hombre cautivado por su propia ternura" reza la letra del tema 6 y podemos reconocer en esa frase una ley. En todas las canciones, por muy crudo que sea el mensaje, hay un
punto de ternura, logrando un sonido poderoso y recio, autentificado por esas grietas y desconchones que todos los artistas íntegros aprovechan en beneficio de un punto de expresividad adicional.

Estamos de suerte, hoy se vuelven a poner de moda otros valores musicales que poco tienen que ver con la feria de las vanidades comerciales que es el pop ahora mismo. El trabajo por combustible, canciones de verdad y un sonido fresco son las armas de este cuarteto que dará mucho que hablar. Fecundo mestizaje que acaba produciendo, seguramente sin pretenderlo, como fruto de indudable madurez, una creación siempre abierta: EL ARTISTA CREADOR, música de primera clase.

Carmen Salamanca Gallego
Gerente de la Editorial Grupo Cero


 

PÍDELO EN:
MADRID: 91 758 19 40
BUENOS AIRES: 49 66 17 10

125.001 ejemplares: NADIE, NUNCA, ME ALCANZARÁ, SOY LA POESÍA


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EZRA POUND
Estados Unidos, 1885


CAUSA

Reúno estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo;
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas.

LOS OJOS

Descansa, Maestro, pues estamos cansados, muy cansados,
y sentiríamos los dedos del viento
sobre estos párpados que se nos cierran
humedos y pesados como el plomo.

Descansa, hermano, pues ¡mira! ¡fuera está el alba!
La llama amarilla ha empalidecido
y la cera se derrite lentamente.

Libéranos, pues afuera hay hermosos colores,
el verde del musgo y el color de las flores,
y frescor bajo los árboles.

Libéranos, pues perecemos
en esta monotonía que no cesa
de feas marcas de impresión, negras
sobre el blanco de los pergaminos.

Libéranos, porque hay alguien
cuya sonrisa es más valiosa
que todo el viejo saber de tus libros,
y nos gustaría contemplarla.

GRUPO CERO
GETAFE
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
Tel. 91 682 18 95
Previa petición de hora

 

GRUPO CERO
ALCALÁ DE HENARES
DEPARTAMENTO DE CLÍNICA
Tel. 91 883 02 13
Previa petición de hora

 

INSTRUCCIONES
ÚLTIMAS

Venid, canciones mías, expresemos nuestras pasiones
más bajas,
expresemos nuestra envidia del hombre con trabajo
estable y sin preocupación por el futuro.
Sois muy perezosas, canciones mías.
temo que acabaréis mal.
quedáis por las calles
holgazaneáis en las esquinas y las paradas de autobús,
hacéis prácticamente nada.

siquiera expresáis la nobleza de nuestro carácter,
vais a terminar pero que muy mal.
yo?
he vuelto medio chiflado,
hablado tanto con vosotras que
casi os veo aquí conmigo,
pequeñas bestias insolentes, sin vergüenza, totalmente desnudas!

Pero vosotras, canciones nuevas del montón,
sois lo bastante viejas como para haberos portado
tan mal,
traeré una chaqueta verde de China
con dragones bordados,
traeré los pantalones de seda escarlata
la estatua del niño Jesús en Santa María Novella,
para que no digan que nos falta gusto
que no hay casta en esta familia.

EL RESTO

Oh, los pocos desamparados de mi patria,
remanente esclavizado!

Artistas rotos frente a ella;
aislados, perdidos en los pueblos,
vistos con malos ojos, de los que se habla mal,

amantes de la belleza, muertos de hambre,
frustrados por los sistemas,
desamparados frente al control;

vosotros que no podéis salir adelante
persistir en busca de éxitos,

vosotros, que sólo podéis hablar,
que no podéis endureceros en la reiteración,
vosotros, los de exquisitos sentidos,
rotos frente a la falsa sabiduría,
que podéis conocer de primera mano,
odiados, encerrados, vistos con malos ojos:

tomad en consideración:
he capeado la tormenta,
me he librado de mi exilio.

www.indiogris.com

ITÉ

Id, canciones mías, buscad la alabanza de los jóvenes y
     de los intolerantes,
moveos solamente entre los amantes de la perfección.
Intentad resistir siempre la dura luz sofoclea
y aceptar con agrado las heridas que os provoque.

ENCARGO

Id, canciones mías, al solitario y al insatisfecho,
id también al desquiciado, al esclavo de las convenciones,
llevadles mi desprecio hacia sus opresores.
Id como una ola gigante de agua fría,
llevad mi desprecio por los opresores.

Hablad contra la opresión inconsciente,
hablad contra la tiranía de los que no tienen imaginación,
hablad contra las ataduras,
id a la burguesa que se está muriendo de tedio,
id a las mujeres de los barrios residenciales,
id a las repugnantemente casadas,
id a aquellas cuyo fracaso está oculto,
id a las emparejadas sin fortuna,
id a la esposa comprada,
id a la mujer comprometida.

Id a los que tienen una lujuria exquisita,
id a aquellos cuyos deseos exquisitos son frustrados,
id como una plaga contra el aburrimiento del mundo;
id con vuestro filo contra esto,
reforzad los sutiles cordones,
traed confianza a las algas y tentáculos del alma.

Id de manera amistosa,
id con palabras sinceras.
Ansiad el hallazgo de males nuevos y de un nuevo bien,
oponeos a todas las formas de opresión.
Id a quienes la mediana edad ha engordado,
a los que han perdido interés.

Id a los adolescentes a quienes les asfixia la familia...
¡Oh, qué asqueroso resulta
ver tres generaciones reunidas bajo un mismo techo!
Es como un árbol viejo con retoños
y con algunas ramas podridas y cayéndose.

Salid y desafiad la opinión,
id contra este cautiverio vegetal de la sangre.
Id contra todas las clases de manos muertas.


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AFORISMOS

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE
Argentina, 1927


- El sonido, sin precedentes internos, es hábito de la nada. Abusar de la Esfinge sin acudir a su necesidad, divulgar noticias gimnásticas, es silencio. Ese ruido estará siempre al servicio de los amos de la tierra: los grandes testigos han ejercitado hasta la perfección un silencio tal que en ellos no calla más que un abismo, una mirada enorme hacia la Poesía.

- La pasión inventa su cantera, y la cantera su canto. El poeta es aquél que, sin autorización y sin prever las consecuencias, escarba siempre el fondo del socavón maldito.

- La Poesía está hecha de diálogo, de pasión, de circunstancia, como si en un enorme telar en movimiento surgieran de improviso, entre las fibras neutras, veloces hilos color de relámpago que nos es preciso incrustar para siempre en el manto real de la existencia. Hace falta obstinarse ante la sospecha de nuestras manos inhábiles, no dar nada a la nada, no permanecer extáticos ante la fabulosa riqueza que la vida nos desea mostrar. No hay otro ademán ante la Noche que el de esa verdad que se pierde y ese diamante que el poeta retiene, exhausto, ante nuestra mirada.

- Siempre se servirá la poesía de esa alianza impenetrable entre la confusión de un hombre y la presencia de un niño.

- Nada puede sustraer al poeta de su alianza entrañable con los seres humanos. Sean hijos del rayo o de la niebla, sean milagrosos u opacos, irradiantes o acumulativos, y cualesquiera el estado actual de sus relaciones, su presencia en el mundo le es ratificada constantemente y es en ellos donde encontrará siempre la única razón de su metabolismo: esa trasmutación de evidencias que le elige cuerpo y árbitro, trasvasador inquieto. (Hablo del poeta y no del alquimista verbal, siempre a sueldo de algún demonio triste).

- Espejar el sol a los hombres, pero sin falsear las tinieblas del sol, y en tanto interrogarse sobre tales existencias y tales atribuciones: he aquí el maremagnum donde nada el poeta.

- El poeta debe tener el don de atravesar esos falsos resplandores donde giran inútilmente toda suerte de iluminados. No es posible pasarse la vida tratando de dejar un barbijo sobre la cara de este lado de la muerte.

- El poeta no penetra impunemente en la región votiva de la realidad. Sus ojos atentos le delatan siempre al Minotauro.

- La antigua disidencia entre la poesía y la realidad origina ese abismo en cuyos bordes reinan los lenguajes de las metafísicas esquizofrénicas. Es preciso asumir el riesgo de una vida que salte de la una a la otra, y viceversa, con tanta rapidez que acabe por confundirlas: vidrio de Calibán, cabeza de arco voltaico, universo enorme, son los supuestos del poema.

- La magia de la existencia es enorme. La tarea del lenguaje es revelarla, no sustituirla.

- El poeta es el hombre de la lenta obsesión.

- El poema te desea, te hace jugadas crueles, te obliga a destrozar
tus herramientas y, una vez ocurrido, malogra tu deslumbramiento
incorporándose a ti.


- El poeta puede sentir a veces necesidad de concluir, mediante una ecuación multivalente, apta para la solución de sus diferencias internas, esa constante amenaza de muerte que anula, en nombre de un juego interminable y absurdo, las posibilidades de una ciudadanía complaciente en la felicidad de la Creación. Pero los resultados a que le conduce esta búsqueda son apenas provisorios: vuelve a nacer el fénix, ave insistente, curiosa y detestable. Y detrás de ella, el cazador sin alma, sin victimario cíclico.

- Hay piedras que no pueden retener una inscripción falsa sin maldecirla por dentro. Son el magma de los mundos libres. El poeta las prefiere a las otras.

- La poesía tiene sus parásitos, sus chambelanes, sus grandes sacerdotes, sus ayudas de cámara, etc. Es necesario aclarar que en nada le conciernen los orgasmos de estos fabulosos posesos.

- Una situación alarmante, un privilegio que abruma, son previos a cualquier movimiento hacia el lenguaje y deben ser alcanzados por el poeta a riesgo de caer en los círculos mágicos de la mistificación. Es preciso pagar por la verdad que se mueve y abraza a los otros.

- El poema suele ser a veces ese crujido aterrador tras una puerta clausurada.

- Tiempo sin eufemismos donde cada mirada es un desafío, cada movimiento una liberación. El poeta, ausente del orden público, echa a perder sin cesar, combatiente anónimo en la terrible sesión secreta, las pruebas del fracaso del hombre.

- Si el poeta no se complica en la realidad, entonces dispone de un espacio muy reducido, a pesar de las apariencias.

- ¿Qué surco no es esencial para el arado? ¿Qué semilla no importa para la tierra viva de los muertos?

- Se trata de llevar hasta el fin -manotazos de ahogado de por
medio- cierto orden, esencial para uno, cuya predicación a los
demás está excluida de antemano. Mejor aún: la contemplación edificante de un orden inventado y sostenido por uno. Un orden brillante, que mantiene a la muerte en el interior de nuestra casa pero a su rostro más allá del horizonte.

Un orden hecho con el mundo y en el que Dios puede entrar o no
entrar sin que ello se advierta.

Un orden que la razón, fuera de su lugar, deseca; y en su lugar perfecciona.

Esencial para uno, es decir, núbil para uno y mortal para uno
Para los otros, el silencio y la palabra.

- Irrumpir en el prójimo para depositar nuestro huevo de abismo y de tristeza, he aquí el mal que borra el bello rostro de tantos.

- Actuar allí donde la acción concreta es posible. No avergonzarse
de las apariencias reducidas del campo. (El sentido de la
realidad es el de los límites. Un sólo ilimitado: el amor).
- No estar es acceder, sin hambre y sin dolor, a ser reflejo, a ver
reflejos.

- El estado de alarma y el estado de gracia son uno en el poeta.

- La omnipresencia del crimen y la obstinación del poeta. Nada más bajo el cielo.

- No es desdeñable un toro enfurecido bajo el sol.


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- La poesía, cuyo origen se halla en la disolución de esas piedras lustrales que nos habían penetrado arbitrariamente, no puede permanecer mucho tiempo en su forma abstracta e incorruptible.

Es en el ejercicio de las tareas concretas y descalificadas para el gran sacerdocio, y sospechosas de malversación ante las gentes del papel, donde se concreta por fin esa posibilidad bienhechora y sutil que acaba por residir en nosotros. A cierta altura de los acontecimientos se verifica, para el poeta, un momento de retención suprema y equidistante que, a menudo, destroza su cabeza para volverla capaz, por mucho tiempo, de vivir en el mundo.

- Tener que ver con los juncos de la orilla, las piedras del fondo, los fuegos cerca de la danza del agua nocturna. Tener que ver con los gritos indescifrables, el miedo de la luna por los países inmensos y las más lejanas constelaciones ligadas al lento cataclismo de una mujer en libertad que, ausente y presente, viaja dentro de uno por el abismo en explosión con su macho despavorido por el rayo y la música. Y esto, sólo una estación más allá de aquella donde estuvimos a punto de bajar, de nuevo, para vender nuestro corazón.

- Yo siembro en el campo de tu inmensidad. Oh insólita a quien la noche sorprende, como yo, lejos del reino de la noche.

- Yo no estoy en el camino de los que detonan el universo y los que se deshacen por su cuenta, yo no quiero elegir entre los acuarios y el mar muerto.

- Escribe. La lámpara que te sustrae de las tinieblas -todo el dolor que la sostiene desde lejos, y la magnificencia de un querer obstinado- sólo está para eso: para que te consumas, para que te consumes.

- Amigo que te pierdes entre la bruma. Esta silla fiel, a mi lado, roída por los fantasmas, es para ti.

- El tiempo de la mano que corta es menos rápido que el de la mano que comprende. Pero la estrella de la develación también termina por aparecer (un poco tarde quizá para tu cálculo de monje, pero siempre en su aurora para tu corazón de aparecido).

- ¡Cuánto esperabas, para empezar a existir, que alguien te descubriera, rostro escondido detrás de la extraordinaria complicación!

- Aquello de que huyes es el poema. Aquello que te detiene y te espanta, es el poema. Él quiere pasar por aquí, eso es todo.

- No te puedes desentender sino de aquello que, por anticipado, entregaste a la muerte. Todo lo demás va contigo, a tu lado, en ti, adonde quiera que vayas.

- No hay reino: sólo la claridad que hiere y la tiniebla que repara.

- El tiempo que me lleva no conoce mi amor.

- Cuidado con las tareas sagradas. Cuidado con la justicia. ¿Qué hubiera sido -qué seré- yo, en otras circunstancias? ¿Víctima de los hunos? ¿Cazador de
cabezas?

- ¿Con qué sueñas, rostro que morirás sobre mi rostro, mientras los asesinos pasan lista?

- La modificación es lenta. De ahí lo inesperado. En las orillas del mañana nos espera el deseo de ayer con sus implicaciones. El cobre negro dialoga con el
sol sobre el manto del rey.
- La línea de la noche parte en dos un país: sólo queda un agujero en la llanura blanca de la gran libertad.

¡Ah, corazón trabado por las lianas imbéciles!

 

30 años de la Editorial Grupo Cero
1974-2004

Presentando este ejemplar de
LAS 2001 NOCHES
en nuestra sede:
c/Duque de Osuna,4 - Locales

¡¡TE REGALAMOS UN LIBRO DE POESÍA!!

 Un libro por persona y mes *
-Excepto alumnos de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero-

 

100 AÑOS DE SU NACIMIENTO

PABLO NERUDA
Chile, 1904


ODA A LA
SOLIDARIDAD

¿Y allí qué hicieron?
¿Sabes?
¿Estás de acuerdo?
¿Quiénes?
Algo pasa y es tu culpa.
Pero tú no sabrás.
Ahora
yo te advierto.
No puedes
dejar así las cosas.
¿Dónde
tienes el corazón?
Tú tienes boca.
Me estás mirando
de manera extraña.
Parece que de repente
sabes
que te falta una mano,
los dos ojos,
la lengua,
o la esperanza.

¿Pero
es posible, Pedro
o Juan o Diego,
que perdieras
algo tan necesario
sin que te dieras cuenta?
¿Caminabas
dormido?
¿Qué comías?
¿No miraste
los ojos de las gentes?
¿No entraste
a un tren, a una barraca,
a una cocina,
no notaste la luz
enmascarada,
no has visto que las manos
del que va y viene
no sólo son sus manos:
es alguien
y algo que te buscaba?

A ti, no mires
a otro lado,
porque
no llamo a tu vecino,
a ti
te estoy hablando.

Los otros me dijeron:
“Búscalo,
estamos solos”.
Las hojas
recién nacidas de la primavera
preguntaron:
“¿Qué hace Pedro?”
Yo no supe, no pude
contestar
y luego
el pan de cada día
y el cielo con estrellas
todo
pregunta
dónde vive
Juan
y
si Diego
se ha perdido
y ellos,
ellos
allí solos
cada día
solos,


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entre
silencio
muro
mientras
que tú,
que yo,
fumamos.
Humo,
círculos, arabescos,
anillos
de humo
humo,
anillos de humo y humo,
son las vidas?
No es cierto.
No te escapes.
Ahora
me ayudarás. Un dedo,
una palabra,
un signo
tuyo
cuando
dedos, signos, palabras
caminen y trabajen
algo
aparecerá en el aire inmóvil,
un
solidario sonido en la
una
estrella en la terrible paz
entonces
dormirás tranquilo,
vivirás tranquilo:
serás parte
del sonido que acude
de la luz que rompió la soledad.

ODA AL CRÁNEO

No lo sentí
sino
cuando caía,
cuando perdí
existencia
rodé
fuera
de mi ser como el hueso
de una fruta
aplastada:
no supe
sino sueño
oscuridad,
luego
sangre y camino,
súbita
luz
aguda:
los viajeros
que levantan tu sombra.

Más tarde el lienzo de
blanca como la luna
el sueño al fin pegándose
tu herida
como un algodón negro.

Esta mañana
extendí un dedo sigiloso,
bajé por las costillas
cuerpo
maltratado
únicamente
encontré
firme
como un casco
mi pobre
cráneo.
Cuánto
en mi edad, en viajes,
me miré cada pelo,
cada arruga
de mi frente,
sin ver la magnitud
de la cabeza,
huesuda
torre del pensamiento,
coco duro,

la bóveda de calcio
protectora
como una caja de reloj
cubriendo
con su espesor de muro
minúsculos tesoros,
vasos, circulaciones
increíbles,
pulsos de la razón, venas del sueño,
gelatinas del alma,
todo
el pequeño océano
que eres,
el penacho profundo
del cerebro,
las circunvoluciones arrugadas
como una cordillera sumergida
y en ellas
la voluntad, el pez del movimiento,
la eléctrica corola
del estímulo,
las algas del recuerdo.

Me toqué la cabeza,
descubriéndola,
como en la geología
de un monte
ya sin hojas,
sin temblorosa melodía de aves,
se descubre
el duro
mineral,
la osamenta
de la tierra,
y
herido aún,
en este
canto alabo
el cráneo, el tuyo,
el mío,
el cráneo,
la espesura
protectora,
la caja fuerte, el casco
de la vida,
la nuez de la existencia.

ODA A LOS
POETAS
POPULARES

Poetas naturales de la tierra,
escondidos en surcos,
cantando en las esquinas,
ciegos de callejón, oh trovadores
de las praderas y los almacenes,
si al agua
comprendiéramos
tal vez como vosotros hablaría,
si las piedras
dijesen su lamento
o su silencio,
con vuestra voz, hermanos,
hablarían.
Numerosos
sois, como las raíces.
En el antiguo corazón
del pueblo
habéis nacido
y de allí viene
vuestra voz sencilla.
Tenéis la jerarquía
del silencioso cántaro de greda
perdido en los rincones,
de pronto canta
cuando se desborda
y es sencillo
su canto,
es sólo tierra y agua.

Así quiero que canten
mis poemas,
que lleven
tierra y agua,
fertilidad y canto,


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a todo el mundo.
Por eso,
poetas
de mi pueblo,
saludo
la antigua luz que sale
de la tierra.
El eterno
hilo en que se juntaron
pueblo
y
poesía,
nunca
se cortó
este profundo
hilo de piedra,
viene
desde tan lejos
como
la memoria
del hombre.
Vio
con los ojos ciegos
de los vates
nacer la tumultuosa
primavera,
la sociedad humana,
el primer beso,
y en la guerra
cantó sobre la sangre,
allí estaba mi hermano
barba roja,
cabeza ensangrentada
y ojos ciegos,
con su lira,
allí estaba
cantando
entre los muertos,
Homero
se llamaba
o Pastor Pérez
o Reinaldo Donoso.
Sus endechas
eran allí y ahora
un vuelo blanco,
una paloma,
eran la paz, la rama
del árbol del aceite,
y la continuidad de la hermosura.
Más tarde
los absorbió la calle,
la campiña,
los encontré cantando
entre las reses,
en la celebración
del desafío,
relatando las penas
de los pobres,
llevando las noticias
de las inundaciones,
detallando las ruinas
del incendio
la noche nefanda
de los asesinatos.
Ellos,
los poetas
de mi pueblo,
errantes,
pobres entre los pobres,
sostuvieron
sobre sus canciones
la sonrisa,
criticaron con sorna
a los explotadores
contaron la miseria
del minero
y el destino implacable
del soldado.

Ellos,
los poetas
del pueblo,
con guitarra harapienta
y ojos conocedores
de la vida,
sostuvieron
en su canto
una rosa
y la mostraron en los callejones
para que se supiera
que la vida
no será siempre triste.
Payadores, poetas
humildemente altivos,

a través
de la historia
y sus reveses,
a través
de la paz y de la guerra,
de la noche y de la aurora,
sois vosotros
los depositarios,
los tejedores
de la poesía,
y ahora
aquí en mi patria
está el tesoro,
el cristal de Castilla,
la soledad de Chile,
la pícara inocencia,
y la guitarra contra el infortunio,
la mano solidaria
en el camino,
la palabra
repetida en el canto
y transmitida,
la voz de piedra y agua
entre raíces,
la rapsodia del viento,
la voz que no requiere librerías,
todo lo que debemos aprender
los orgullosos:
con la verdad del pueblo
la eternidad del canto.

ODA AL PERRO

El perro me pregunta
y no respondo.
Salta, corre en el campo y me pregunta
sin hablar
y sus ojos
son dos preguntas húmedas, dos llamas
líquidas que interrogan
y no respondo,
no respondo porque
no sé, no puedo nada.

A campo pleno vamos
hombre y perro.

Brillan las hojas como
si alguien
las hubiera besado
una por una,
suben del suelo
todas las naranjas
a establecer
pequeños planetarios
en árboles redondos
como la noche, y verdes,
y perro y hombre vamos
oliendo el mundo, sacudiendo el trébol,
por el campo de Chile,
entre los dedos claros de septiembre.
El perro se detiene,
persigue las abejas,
salta el agua intranquila,
escucha lejanísimos
ladridos,
orina en una piedra
y me trae la punta de su hocico,
a mí, como un regalo.
Es su frescura tierna,
la comunicación de su ternura,
y allí me preguntó
con sus dos ojos,
por qué es de día, por qué vendrá la noche,
por qué la primavera
no trajo en su canasta
nada
para perros errantes,
sino flores inútiles,
flores, flores y flores.
Y así pregunta
el perro
y no respondo.

Vamos
hombre y perro reunidos
por la mañana verde,
por la incitante soledad vacía
en que sólo nosotros
existimos,


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esta unidad de perro con rocío
y el poeta del bosque,
porque no existe el pájaro escondido,
ni la secreta flor,
sino trino y aroma
para dos compañeros,
para dos cazadores compañeros:
un mundo humedecido
por las destilaciones de la noche,
un túnel verde y luego
una pradera,
una ráfaga de aire anaranjado,
el susurro de las raíces,
la vida caminando,
respirando, creciendo,
y la antigua amistad,
la dicha
de ser perro y ser hombre
convertida
en un solo animal
que camina moviendo
seis patas
y una cola
con rocío.

ANIMAL DE LUZ

Soy en este sin fin sin soledad
un animal de luz acorralado
por sus errores y por su follaje:
ancha es la selva: aquí mis semejantes
pululan, retroceden o trafican,
mientras yo me retiro acompañado
por la escolta que el tiempo determina:
olas del mar, estrellas de la noche.

Es poco, es ancho, es escaso y es todo.
De tanto ver mis ojos otros ojos
y mi boca de tanto ser besada,
de haber tragado el humo
de aquellos trenes desaparecidos:
las viejas estaciones despiadadas
y el polvo de incesantes librerías,
el hombre yo, el mortal, se fatigó
de ojos, de besos, de humo, de caminos,
de libros más espesos que la tierra.

Y hoy en el fondo del bosque perdido
oye el rumor del enemigo y huye
no de los otros sino de sí mismo,
de la conversación interminable,
del coro que cantaba con nosotros
y del significado de la vida.

Porque una vez, porque una voz, porque una
sílaba o el transcurso de un silencio
o el sonido insepulto de la ola
me dejan frente a frente a la verdad
y no hay nada más que descifrar,
ni nada más que hablar: eso era todo:
se cerraron las puertas de la selva,
circula el sol abriendo los follajes,
sube la luna como fruta blanca
y el hombre se acomoda a su destino.

DEBER DEL POETA

A quien no escucha el mar en este viernes
por la mañana, a quien adentro de algo,
casa, oficina, fábrica o mujer,
o calle o mina o seco calabozo:
a éste yo acudo y sin hablar ni ver
llego y abro la puerta del encierro
y un sin fin se oye vago en la insistencia,
un largo trueno roto se encadena
al peso del planeta y de la espuma,
surgen los ríos roncos del océano,
vibra veloz en su rosal la estrella
y el mar palpita, muere y continúa.

Así por el destino conducido
debo sin tregua oír y conservar
el lamento marino en mi conciencia,
debo sentir el golpe de agua dura
y recogerlo en una taza eterna
para que donde esté el encarcelado,
donde sufra el castigo del otoño
yo esté presente con una ola errante,
yo circule a través de las ventanas
y al oírme levante la mirada
diciendo: ¿cómo me acercaré al océano?
Y yo transmitiré sin decir nada
los ecos estrellados de la ola,
un quebranto de espuma y arenales,
un susurro de sal que se retira,
el grito gris del ave de la costa.
Y así, por mí, la libertad y el mar
responderán al corazón oscuro.

SÓLO LA MUERTE

Hay cementerios solos,
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido sin perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado, como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos,
la muerte está en la escoba,
es la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.


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VIVIMOS EN MADRID
¡y vemos cada cosa!

EXPOSICIÓN “RETRATOS Y LUCES” DE OLGA DE LUCIA VICENTE

“Hace falta un humano para ver otro humano” dice un personaje de la película Monter’s ball. Una foto nos puede dar la ilusión de la exactitud, la apariencia de la realidad, pero en ella se escapará ese rasgo que caracteriza lo propiamente humano. Porque “la cámara fotográfica y el globo ocular son ciegos” sin una mirada que los sostenga y haga de ellos un instrumento para la ciencia o para el arte. Mirar como lo hace el científico o el artista requiere de un complejo aparato teórico y de formación que llene de humanidad su mirada. No basta con tener buena vista.

El jueves 2 de marzo se inauguró la muestra “Retratos y luces” de la pintora Olga de Lucia Vicente en la Sede del Grupo Cero. La exposición, compuesta por 46 cuadros no figurativos y 37 retratos, recoge una parte importante de la producción pictórica de esta polifacética artista. Odontóloga de profesión, Olga de Lucia tiene dos libros de poesía publicados (Agua fresca y Para seguir viajando), dirige la Asociación Pablo Menassa de Lucia y son conocidos sus magníficos trabajos en escultura y en cerámica.

De la muestra sorprende, en primera instancia, el amplio registro social de los retratos. Desde los imponentes retratos de la Familia Real, pasando por los de Menassa, Beckam, De Brasi, hasta los de familiares y amigos, constituye una verdadera “democratización del arte”. Y es que la mirada de la artista no tiene objetos exclusivos, objetos dotados por sí mismos de cualidades nobles o artísticas.

Al contrario, es su mirada la que crea sus objetos, la que inventa para ellos una realidad nueva en la que se despliega su verdadera potencia creadora. Por eso ni la falsa pretensión de exactitud ni la correspondencia con una realidad previa tienen lugar en el trabajo del artista. Es un rasgo lo que captura y que da cuenta de su tremenda humanidad. Como Robinson Crusoe, el artista descubre una huella, el rastro de otro hombre en la arena y eso lo salva de su propio silencio. No es suficiente ser un buen dibujante, es necesario además perder los escrúpulos, perder el asco al otro.

En otro sentido discurren, según Nowens, aquellos cuadros de “tendencia abstractizante y automatista”, que sin embargo hacen que nos cuestionemos los límites que los separan de los retratos. Si logramos ir más allá de las apariencias figurativas conseguiremos vernos reflejados, y no en menor medida, también en ellos como en los retratos. Cuadros de una enorme intensidad y riqueza cromática como “Me dejo conducir a la deriva” o el magnífico “Calma después de la tormenta”, consiguen retratar nuestra más sutil humanidad, aquella de la que sólo la poesía consigue dar cuenta.

Para demostrarlo, en la inauguración Carmen Salamanca compuso, entretejiendo los títulos de la muestra, un “cadáver exquisito”, una lectura poética de aquello que constituye el núcleo de la exposición, el hilo rojo que nos habrá de permitir comprender su sentido.

Verdaderamente hace falta un humano para ver otro humano.

Ruy Henríquez
Taller de poesía de los sábados a las 17 h,
coordinado por Carmen Salamanca Gallego

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La historia nos lo está contando; el retrato es un género muy antiguo. Los egipcios, los griegos le dedicaron un lugar importante.

Igual que hoy, estas obras tenían un papel amplio en la vida social, las efigies mantenían el culto de los ancestros y homenajeaban a los hombres políticos, las personalidades sociales.

Como en la poesía se suele confundir el contenido de los versos con la vida del autor, en el retrato esa confusión está mucho más marcada. Se pretende interpretar al cuadro por las características del modelo.

Una idea antiquísima: Leonardo da Vinci validaba el éxito de un retrato por su similitud con los rasgos espirituales del modelo. Y así seguimos preguntándonos hoy en día, la pregunta del millón, ¿quién es la musa de Leonardo en La Gioconda?

Se habla también del encuentro de dos individualidades, de un diálogo con el otro, se busca la exactitud por amor a la verdad. De allí viene el gran problema que plantea el autorretrato, con la utilización de un espejo y su imagen inversa, el juicio imparcial de su propia figura, el autorretrato sería el testimonio de un gran interés por sí mismo. Y si seguimos avanzando en el tiempo los retratos hiperrealistas nos enseñan que es por medio de una técnica muy compleja que se quiere igualar a la máquina fotográfica, es decir,
reemplazar lo humano por lo técnico.

En fin, frente a los retratos pintados por Olga de Lucia Vicente todas estas ideas, por suerte, quedan invalidadas y nos introduce en un mundo autónomo, que tiene su organización propia, con grados variables de aproximación a lo real.

 

El ser que vienen a retratar es del orden de lo humano, y es en esa imagen ligeramente deformada que aparece. Respecto a la fórmula
de Kandinsky “oposiciones y contradicciones, he ahí nuestra
armonía” en el caso de Olga, podríamos decir: “contradicciones y
diferencia, he ahí nuestra armonía humana”.

En el beso del cuadro “La mujer y yo” ella más que besarlo, lo va absorbiendo en un sobresalto del goce. El ojo único de “Menassa 2004” a la entrada de la exposición revela de forma brutal el rasgo de lo siniestro que nos interpela en todos los retratos. Y podríamos tomar para siniestro la definición que nos trae Schelling: “Sería algo que, debiendo haber quedado oculto, se ha manifestado”.

38 retratos y cada uno su rasgo, su diferencia, a veces hacia la perfección, como por ejemplo en el retrato de Stella Cino y su detalle
luminoso o en el de Menassa 1970 por el trabajo detallista de la cara.

Así que los retratos de esta exposición, más que representar a los
modelos, representan a la pintora y el quehacer de sus manos.

Clémence Loonis
Taller de poesía de los sábados a las 17 h,

 

EXPOSICIÓN
"COLORES DE LA MIRADA"
DE AMELIA DÍEZ CUESTA

Podríamos partir de la tesis de que la pintura de Amelia Díez hereda lo esencial de la de J.M.W. Turner. Este pintor dijo, defendiendo su pintura de los críticos: “No pinté para que fuera entendido, sino porque quería mostrar cómo luce semejante espectáculo”.

Y así Amelia Díez, en su pintura. llega a la maestría de las tramas de colores, puesto que la franja divisoria entre ellos no existe, alcanzando así la más delicada exquisitez, donde el color es un continuo cambiante, es luz; recuperando así la inocencia de los ojos, como quien se abre a la mirada por primera vez, color en estado puro, sin estructura previamente conocida.

Cuadros que nos sitúan en una niñez de la mirada, como si fueramos ciegos que repentinamente recobraran la vista y se encontraran con un mundo sin saber qué significa, donde lo que prevalece es la textura cromática sin que sepamos qué fisonomía estructural esconden, o bien, ofreciéndola delicadamente. Aparecen a modo de velos, cuadros delgados, ligeros, flotantes, composiciones que encubren más o menos la vista de algo distinto y que es lo que cautiva la mirada.

Al igual que Turner, Amelia Díez contraviene la tendencia al realismo,
a la reproducción fotográfica de la realidad. Así, rechazando las composiciones cerradas, continúa en esa ruptura con la tradición
artística que reduce la realidad al disfraz de sí misma. Nos hallamos ante la abreviatura de la imagen que recupera para nosotros la visión microscópica de la luz, la seda del color acariciando la retina, la fuerza sugestiva de una mirada unificadora sobre la totalidad de las composiciones. La superficie de los cuadros no se muestra como sistema cerrado sino como un universo con el límite de su meticulosidad.

Lo minucioso, que al ser secuestrado en el tiempo, puede engrandecerse en el espacio y nos es devuelto. “Si la totalidad de los colores se ofrece desde fuera al ojo como un objeto, ello le producirá
placer, puesto que tendrá delante de sí, como un hecho real, la suma
de su propia actividad”, esto dice Goethe en su Teoría de los colores,
y Turner afirma que ése es el objeto de la pintura; podemos decir entonces que los cuadros de Amelia Díez muestran el objeto de la pintura y recuperan para nosotros el oficio de la mirada.

Eva Méndez
Taller de poesía de los sábados a las 17 h,
coordinado por Carmen Salamanca Gallego

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Fue Horacio, a finales del siglo I a. C., quien declaró a la pintura el equivalente de la poesía: “ut pictura poesis”. En la exposición de la joven pintora Amelia Díez, hay una poeta que pinta y una pintora que poetiza.

Ese trabajo pictórico es poético y esa poesía es ritmo. Cada línea es prolongación del trazo de la artista. Con esa mano descubre, hiere, delimita, pule, transforma y acaricia el óleo hasta convertirlo en parte de una composición definitiva. Una forma que se hace y se deshace sin cesar. No existen los límites: lo ilimitado lo limita todo. El espacio consigue desvanecerse. En definitiva, pinta lo que no está.

Gamas sutiles, asombroso juego de colores, refinadas transparencias, soltura de la composición, se unen para otorgar al conjunto de cada obra una riqueza plástica excepcional.


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Ciudadana del Universo, sin duda, pero habitante de la Tierra. Y en ambas funciones, abanderada por el movimiento. Movimiento de luz, como si la pintora la hubiese ganado para siempre en su aspiración de inmensidad.

Es un hacia dentro en el espacio hasta palpar su médula, el vacío.

No obstante, se resuelve en ecos orgánicos, finitos, humanos, porque esa médula del espacio, ese vacío, no es otra cosa que el ser
humano como ser mortal.

Todas estas miradas son columpios en el abismo y si “lo profundo es el aire” como dice Jorge Guillén, cada una de esas pinturas de densas superficies será miradas diluidas “en la cuna del tiempo/memoria incontinente/memoria rota, abierta,/misterio sin causa” como ha escrito la poeta Amelia Díez.

Clémence Loonis
Taller de poesía de los sábados a las 17 h,
coordinado por Carmen Salamanca Gallego

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ACERCA DEL CD DE INDIOS GRISES
"EL ARTISTA CREADOR"

Hay un movimiento internacional que ha propuesto a Bob Dylan candidato al Premio Nobel de Literatura. Con ello se reivindica la calidad literaria de sus letras, que se consideran poesía, así como la función social de la canción, por llamarla de algún modo, popular.

Esto es importante, porque es una de las cosas que estos premios señalan: no sólo la calidad del laureado, sino también cierta postura ética del mismo. Este carácter poético de las letras no es, por supuesto, exclusivo de este cantante. Diversos géneros (tango, bolero), nos han llamado la atención por sus versos. En la llamada música moderna, el pop, el rock, siguiendo la estela de las músicas de la que provenían (gospel, hip-hop, jazz), han reflexionado en sus letras sobre la situación del hombre actual. Hombre de ningún lugar, de Los Beatles, es un buen ejemplo. Pero aparte de ser en inglés, y sabemos nuestra dificultad histórica con las lenguas extranjeras, debemos decir que todas esas letras son descriptivas.

Tenemos que llegar a Serrat, con su musicalización de algunos poetas, para encontrar palabras que no sólo describan, sino propongan alguna interpretación de nuestro avatar humano. No es raro que eso ocurra, si se escogen poetas: “Caminante no hay camino/ se hace camino al andar” sirvió de divisa a una generación que coreaba este estribillo, sintiendo que esta vez, era cierto. Por eso señalamos la importacia de este CD, nueva producción de la discográfica Éxito Fácil, con el trabajo del grupo poético musical Indios Grises, versión porteña. Aparte de la indudable calidad musical, y de su deseo de entroncarse en músicas que nos permiten reunir varias generaciones (reggae, rock clásico, español), sorprenden las letras, que ya no describen sino que acercan una lectura teórica, tanto de las relaciones hombre mujer, como de las relaciones de ambos con la relación amorosa, y aún, de los mecanismos de poder o la política. Saludamos, entonces, no sólo la aparición de un nuevo CD, sino la de una nueva manera de concebir la música, los músicos y el público.

Mónica Gorenberg
Taller de poesía de los sábados a las 17 h,
coordinado por Carmen Salamanca Gallego

 

 

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25 de marzo. Buenos Aires 2004

PARA MIGUEL OSCAR MENASSA

Distinguido poeta y amigo:

Tu paso por Buenos Aires, trayendo el fervor y la alegría al Teatro General San Martín, con una murga y sus músicos, que de alguna manera se repitió en el Bar Tuñón, también de Buenos Aires, me recordaron, pero en otro sentido, aquellas fiestas que le rendían al dios Saturno o a ese Lupercu, la diosa en forma de lobo que amamantó a los mellizos Rómulo y Remo, los fundadores de Roma. Fue, en cuanto al Teatro San Martín, un festejo brillante en la casa del arte, donde no faltaron tus versos punzantes, la danza y la inmensa alegría que habías traído de España. No faltaron las danzarinas en las que también se mezcló el fervor de Norma que animaba a las danzarinas. Ni aun la danza anhelante de Enriqueta Mayo.

Fue todo un acontecimiento en la casa de Jano, el dios de la comedia y la tragedia, cuyas carátulas nos miraban asombradas en esa fiesta que habías inventado para que el espíritu exaltara la creación.

Yo y los tuyos como Vanesa, Marcela y todo el Grupo Cero de Psicoanálisis y Poesía, nos divertimos como si el Paraíso, mediante tu impulso, hubiera descendido a la tierra.

No sé que harás ahora en España. Pero tu sola presencia, además de movilizar el fervor, alimentará los anhelos de creación.

Un abrazo y un beso de Enriqueta que sigue soñando con otra fiesta igual.

Juan-Jacobo Bajarlía

Nota: Espero que todo esté bien después de esa tragedia de los trenes que enlutó a España. No dejes de escribirnos, porque te queremos como un hermano maravilloso.

INDIOS GRISES EN BUENOS AIRES

La discográfica Éxito Fácil sigue creciendo... el 25 de Febrero, en pleno verano porteño, presentaron por primera vez en público la banda Indios Grises, que interpretaron temas de su propia creación, musicalizando letras que integran la serie de Canciones Populares, cuyo autor es Miguel Oscar Menassa.

Más de 150 personas colmaron el subsuelo del bar Tuñón, alegres y expectantes con los primeros acordes de la banda, que marcarían el ansiado nacimiento.

Tom Lupo presentó la fiesta, y con la voz de Leandro Briscioli, cantando Toda vanidad, arrancó el espectáculo poético-musical: “Toda vanidad aunque salga de mí es propia de mi raza...” Fueron 10 las canciones que la banda interpretó a todo rock, con la alegría de la novedad creada.

Los integrantes de Indios Grises, con Leandro Briscioli, en segunda guitarra y voz, Emiliano Briscioli, en primera guitarra, Martín Cipriano en batería y Adrián Castaño en el bajo, mostraron en sus interpretaciones, la magia de las letras... Participaron como invitados, Mariano Moure haciendo la percusión y Alejandra Madormo cantando “Allí donde la tierra”.

El espectáculo contó también con otro invitado de lujo, Guiseppe Puoppolo haciendo sonar su saxo, con un color sublime, inolvidable.

Casi sobre el final de la fiesta poética-musical, la banda invitó al poeta Miguel Oscar Menassa a recitar uno de los poemas que lleva por título Soy el cantor y que fue musicalizado por Leandro Briscioli.

Y así, como un manjar de los dioses, la noche fue oda de la música, toda de la poesía. Resuena aún en los oídos de toda la concurrencia como un eco difícil de olvidar estas estrofas:

“Aunque en verdad nadie lo quiera,
vivir, vivir
podríamos mil años
yo sería el cantor
y usted mi canto.”

Marcela Villavella
Taller de poesía de los viernes a las 11 h,
coordinado por Miguel Oscar Menassa
 

Las 2001 Noches
ES UNA REVISTA Y TAMBIÉN UN CICLO POÉTICO–MUSICAL
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de Buenos Aires (Sarmiento y Rodríguez Peña)
Coordinadora: Lucía Serrano
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GRUPO CERO
le invita a la muestra de óleos
“ COLORES DE LA MIRADA”
de
AMELIA DÍEZ CUESTA

Integrante del taller de pintura
de los sábados a las 13 h.
Del 1 al 30 de Abril de 2004

Amelia Díez Cuesta ha sabido capitalizar todos sus otros saberes a la hora de enfrentarse con el lienzo en blanco. La muestra de sus pinturas es como un ejercicio de moderna arquitectura, en el que cada cuadro es una columna, un arco de medio punto, una bóveda de un mismo edificio. Son cuadros que nos muestran una espacialidad que no tolera otro nombre que el de topológica.
Botellas de Klein, toros topológicos, bandas de Moebius.... se expanden por el lienzo, deslizándose como queriéndose escapar de sus límites.

En todos los cuadros hay, sin embargo, algo que trasciende la arquitectura de hormigón y se confunde con una humana arquitectura, donde el fantasma del cuerpo fragmentado nos evoca algunos cuadros de un adelantado para su época: el Bosco. Senos de mujer al borde de los capiteles, atléticas piernas de varón, facies de colores imposibles, abruptos genitales tridimensionales.

El color es otra interesante característica de esta pintura: violetas, rosas, verdes, azules, ocres, se presentan en el lienzo, no se tocan, no se mezclan jamás, están trabajados de tal manera, torturados a tal punto por el incesante
movimiento de la espátula o del pincel, que las figuras cobran vida y movimiento, en el momento justo en el que parece que estaban condenadas a desaparecer. El color adquiere volúmenes que trascienden el espacio euclídeo.

Son cuadros fáciles de mirar, como si estuvieran hechos para ser mirados, a veces hay más de 20 planos que se cruzan y entrecortan. A esta complejidad de la técnica, que corresponde a una complejidad en la concepción teórica
del espacio, se une la aparente facilidad para impregnarse de esta pintura. Es como cuando un experto conoce tan bien un tema, que lo explica a sus discípulos con extrema sencillez, de manera que uno puede tener la ilusión de entender. Así, podríamos decir: lo que se explica bien se concibe bien; en este caso: lo que se mira con tanta complacencia es que está bien pintado.

Alejandra Menassa de Lucia

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